Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for marzo 2008

brasil_3.jpgEl criterio común, pero nunca bien analizado, de que «no es posible tenerlo todo en la vida», contribuye a que muchas personas se resignen a una vida de carencias, sin mayor expectativa por  alcanzar su  legítima  ambición de lograr todo lo que desean en esta vida.

Ese, como muchos mitos y paradigmas que han hecho al hombre temeroso, inseguro, mediocre e infeliz, no son más que producto de repetir como loros, lo que a alguien en un momento de frustración y sin medir las consecuencias,  se le ocurrió decir o escribir.

Por experiencia propia y circunscrito a la posibilidad de lograr una vida plena, se que sí es posible para un ser humano tener todo lo que desee, porque va a depender de qué es lo que el individuo considera todo lo que quiere alcanzar, en su condición físico-espiritual y  dentro de los límites que nos establecen las leyes naturales.

La satisfacción de nuestras necesidades individuales de sobre vivencia física son limitadas, dentro de una jerarquía natural, y existe toda probabilidad de lograrlas en proporción a nuestra dedicación, inteligencia y  diligencia, que puede traducirse en una vida sencilla o el logro de riqueza y poder, conforme los valores que rijan al individuo.

Desde el punto de vista espiritual, para satisfacernos no requerimos realizar ningún esfuerzo físico o erogación económica, las mismas corresponden a nuestros sentimientos y sensaciones, sobre las cuales sólo nosotros tenemos control.

Tenerlo todo sí que es posible, porque fui dotado de todo lo necesario para lograrlo, en la medida de mi esfuerzo y en función de lo que considero más conveniente para una vida confortable; siendo que mi satisfacción espiritual más que de lo que tengo, depende de lo que siento que no me hace falta.

 Asimismo, si tengo a Dios y amor en mi corazón, sigo las reglas de sana vida, amo y soy útil a mis semejantes, tengo todo lo que requiero espiritualmente.

¿Cómo lograrlo? Ese es nuestro trabajo.

Para obtener todo lo que requiero físicamente, vine dotado de un cuerpo que actúa como  el más sofisticado laboratorio ambulante, con un cerebro dotado de  miles de millones de células, que me permiten en segundos realizar lo que al más avanzado computador le ocuparía minutos u horas.

Satisfacer mis necesidades espirituales depende de mí mismo. Amo a quien, cuánto, cómo, donde y cuando lo deseo, porque tengo libre albedrío.

Si algo no puedo lograrlo, pudiera ser consecuencia de mis  auto limitaciones, derivadas de mi falta de confianza y fe en mis propias posibilidades.

Entonces, no crea en esas consejas negativas. Sí que se puede tenerlo todo, pero todo lo que es necesario y conveniente.

Lo importante es ser felices y es tan fácil, porque depende de lo que sentimos que disponemos, no de lo que carecemos. Si usted siente que puede tenerlo todo, seguramente lo tendrá. Lo contrario sería negativo y no le aportaría nada beneficioso.

La decisión es suya, nadie puede ayudarlo. Todo depende de usted,  tome su opción y… adelante.

Prçóxima Entrega: HACIA UNA SOCIEDAD SIN VALORES

Read Full Post »

madre-teresa-de-calculta-ii.jpg ¿Qué impulsó y que esperaron como recompensa los hombres y mujeres que dedicaron su existencia a la búsqueda del bienestar de sus semejantes?

Jesús de Nazareth, la Madre Teresa de Calcuta o M. Gandhi, entre otros, así como todos los que, reconocidos o ignorados, lucharon incansablemente por lograr justicia social, inclusión, igualdad de oportunidades y trato, paz y crecimiento espiritual para las mayorías, fueron impulsados por el amor y no esperaron una recompensa especial, al menos en el aspecto personal o individual.

En este periplo de más de medio Siglo que ha sido mi paso por esta vida terrenal, he observado que solemos ser recompensados en nuestras acciones en función del amor, dedicación, efectividad y diligencia que pongamos en su realización.

El predicador es digno de su estipendio, pero al predicar ya tiene su recompensa, reza un principio bíblico, que considero extensible a cualquier actuación individual.

Existen leyes o reglas naturales, que aun no estando escritas, a través de los siglos nos han demostrado su efectividad. La famosa regla de oro de Jesús, de hacer a los demás lo que se quiere que ellos hagan por nosotros, representa la concreción de su consecuencia en nuestra existencia.

Expongo mi testimonios y no lo que «podría ser; entonces debo comentarles que he sido siempre recompensado con largueza y en función del amor, interés, decisión, confianza y diligencia que he puesto a mis actuaciones, cuyo resultado ha sido una vida plena y feliz, donde aún sin esperar más de lo que merezco, siempre he recibido más de lo que necesito.

No es sano esperar recompensa por que hacemos, pero es justo recibirla y sin duda llegará; buena o mala, positiva o negativa, pero siempre conforme a la índole, sentido, intención y naturaleza de nuestras actuaciones concretas.

Cuando actuamos en función de la felicidad de nuestros semejantes, estamos fabricando una recompensa cónsona, que llegará oportunamente, aunque pudiera ser que no identifiquemos el evento que como tal la representa… pero llegará.

Como padre, cuando hablo con Dios pido prioridad en sus bendiciones para mi familia, porque si merezco una recompensa por mi intención y actuaciones a favor de mis hermanos humanos, la mejor sería aquella que les beneficie. No olvido al Salmista cuando exponía que en su larga vida no había visto hijo de justo mendigando pan.

¿Podría un padre esperar mejor recompensa?

No debe hacerse el bien esperando recompensa, porque la satisfacción de hacerlo ya la representa. Pero esas leyes de compensación que rigen nuestra vida, hará cónsona su retribución, al resultado de nuestras acciones.

No debemos olvidar que esas leyes funcionan de la misma manera, cuando las actuaciones representan males para nuestros hermanos humanos. Sólo que en tales casos, la recompensa, que será del mismo género, pudiera serlo… con ventaja.

El ejercicio de nuestro libre albedrío, nos posibilita con toda libertad, escoger la opción más apropiada. Es en algo que nadie puede sustituirnos y… debemos hacerlo.

Pròxima Entrega: TENERLO TODO.

Read Full Post »

¿Existe un momento especial y único para realizar cada actividad, que es aleatorio o responde a reglas predeterminadas?

Nunca me he preocupado si es lo uno o lo otro. En mi criterio, si existe un momento oportuno para hacer cada cosa, aleatorio o no, no es precisamente su existencia lo que determine el resultado, sino el hecho de que se realice o no, lo cual no depende del momento sino de la decisión de quien deba materializarlo.

De nada sirve ese momento oportuno si no se identifica y se actúa. En muchos casos, pudiera ser que por la creencia de que existe un momento oportuno para cada cosa, se demoren las realizaciones o nunca se realicen esperando ese momento. Por cierto que, en tales casos, nunca se sabrá si hubo o no un momento oportuno para hacer, lo que nunca llegó a concretarse.

Desde las cosas más elementales como tomar un ómnibus, hasta las más trascendentales como la de escoger pareja, pueden ser de alguna manera afectadas por la consideración de que existe un momento oportuno para cada una de ellas; esto sin ninguna posibilidad de verificación, porque se quedará en el mundo de los supuestos, lo que hubiese sucedido si hubiéramos o no actuado en un determinado momento.

La conclusión anterior es afortunada, porque al restar importancia al aspecto oportunidad, que pudiera ser aleatorio, centra nuestro interés en la importancia de actuar conforme a nuestra propia conciencia; orientados por la razón e inteligencia heredadas de Dios, substituyendo el factor oportunidad por nuestra observación, experiencia y diligencia, que nada tienen de aleatorio sino que se mantienen bajo nuestro control.

Como convencido cristiano, no tengo dudas en cuanto a que lo que me corresponde en todas mis actuaciones es ser diligente, porque al final, la decisión sobre lo que propongo no es mía sino de Dios, quien guía mis pasos en la vía de lograr lo que me sea más beneficioso.

Por eso pienso que la mejor oportunidad es cuando hago las cosas; porque en todo momento, desde que abro los ojos al despertarme hasta que los cierro nuevamente para dormir, pido a mi Padre Celestial lucidez para tomar acertadas decisiones. Como estoy convencido que Él siempre me oye y guía, actúo en la medida y en el momento en que siento que debo hacerlo. Vale decir, lo que para mi equivale a eso que llaman «el momento oportuno».

Como quiera que lo que para uno pareciera oportuno para otro pudiera no serlo, lo que me indica que la supuesta oportunidad es relativa, prefiero olvidarme de que existe una oportunidad que sobreviene fuera de mi control, y bajo los parámetros expresados, simplemente creo mi propia oportunidad.

Es por lo cual cuando oro, no pido bienes ni beneficios especiales, sino que imploro recibir lucidez para tomar acertadas decisiones. Es lo único que necesito, lo demás queda de mi parte y trato de ser lo más diligente posible.

Próxima Entrega: LA RECOMPENSA.

Read Full Post »

«EL DIA QUE NO RIAS ES UN DIA PERDIDO»

Nuestra vida tiene tantas razones y circunstancias que la hacen edificante, que ciertamente, no celebrarlo sería ir contra nuestra propia razón e inteligencia.

Una diferencia fundamental que tenemos con los animales irracionales, es nuestra capacidad de razonar frente al espectáculo maravilloso de este mundo que nos toca vivir, ante el cual abrimos un abanico de observación y expectación que nos hace la vida grata y emocionante, más allá de la satisfacción de nuestras necesidades básicas de supervivencia física.

En nuestro mundo espiritual percibimos sensaciones como las de amar, sentir y disfrutar la belleza; ejercer la voluntad propia, la generosidad, la solidaridad y la utilidad; oír música, crear y disfrutar del arte, entre otras, nos posibilita alcanzar la felicidad, como realización físico-espiritual, que se traduce en la alegría de vivir.

Esa visión de vida que trascienda nuestra materialidad, donde la calidad supere la cantidad, nos hace esencialmente especulativos, curiosos, creativos, impacientes y susceptibles a la angustia y estrés, que afectan nuestra salud física, mental y psicológica.

Frente a esa permanente búsqueda, que como seres inteligentes no podemos obviar, el único antídoto frente a la angustia que produce nuestra ambición nunca satisfecha, lo es el carácter alegre y bien humorado, bajo la premisa de que todo evento o circunstancia, siempre puede ser aprovechada en nuestro beneficio.

El privilegio de poder respirar, sin adicionales valoraciones, es ya una fuente de alegría; pero las muchas bendiciones de que disponemos para disfrutar todos los días una vida llena de retos y sorpresas, conforman una fuente permanente de satisfacción y plenitud.

Amar y ser amado, observar el paisaje geográfico lleno de cosas hermosas, convivir con el ser más noble que puebla el planeta, poder construir nuestra existencia como nosotros mismos con nuestra decisión y esfuerzo lo decidamos, son todos motivos de alegría.

Conozco y trato con persona alegres, que son comunes y corrientes a las que nunca he visto enfermas, tristes, perturbadas o estresadas; siempre sonríen, saludan, estrechan la mano o abrazan afectuosamente y dan muestras de buen humor, produciendo una influencia positiva que es… contagiosa.

Así como el buen humor es el remedio a la tristeza, la alegría previene las enfermedades del cuerpo y el espíritu. La felicidad depende de cómo asumamos la vida, por lo tanto lo inteligente es tomarla como una emocionante e interesante aventura, llena de retos y oportunidades que podemos vivir alegres e intensamente.

Como la solución es fácil y depende de nosotros mismos, mientras más pronto lo asumamos obtendremos mejores resultados. Así que, a sonreír, alegrarse, forzar el buen humor, mirar el lado positivo de todo evento y en vez de preocuparse por los problemas, ocuparse de resolverlos.

Recuerda que, la diferencia entre una persona feliz y otra que no lo es, radica en que la primera cree y practica esta filosofía de la vida.

Próxima Entrega: LA OPORTUNIDAD

Read Full Post »

tn_columnasolar.jpg

«PARA HABLAR CON MI PADRE NO REQUIERO SOLEMNIDADES»

Hablar con Dios es fácil, agradable y puede ser permanente. Él no se impacienta, ni interrumpe, nos responde y satisface nuestras solicitudes… sólo cuando nos convienen.

A Dios podemos contarle todo sin temor a malas interpretaciones, discusiones o reprimendas. Para hablar con Él no requerimos solemnidades, formalidades o palabrería rebuscada, porque gusta de la sencillez y prefiere los hechos.

Su más estimada oración es vernos felices disfrutando esa bella vida que nos dio, amando a sus demás hijos, quienes también son nuestros hermanos.

Dios ama especialmente a los niños, porque no tienen conciencia de esas cosas negativas como el temor, la envidia, la incomprensión, la competencia imperfecta y esas otras rémoras mentales, que nos impiden disfrutar la inigualable aventura de vivir.

Cuando observo un mundo brillante, un cielo azul, una tierra aún manchada de verde, sobre la cual millones de personas transitan detrás de la felicidad, hablo con Dios para agradecerle tantas bendiciones y pedirle que me de capacidad suficiente para poder compartirlas… con mis hermanos humanos.

Presiento que Dios se siente bien oyendo a la gente como yo, que quiere compartir sus sueños, pero que no es fácil que los demás entiendan que un soñador hable en silencio y que alguien pueda oirle y responderle… sin palabras.

No es fácil procesar que podemos mantener una comunicación multifacética entre nosotros y Dios, siendo que, más expresivo que una palabra, pudiera ser el pensamiento, la intención, una mirada, una sonrisa o un apretón de manos.

Cuando hablo con Dios lo hago conmigo mismo pero también con y por mis hermanos. Percibo que Él me oye y me responde, cuando lo considera conveniente. He aprendido a respetar su silencio, como Él acepta el mío, porque para eso me dio libre albedrío.

Asumo sin dolor que algunos hermanos me oigan, y otros no; así hemos sido siempre los humanos y dudo que cambiemos radicalmente. Pero, no por eso voy a callar. No sería justo con mis hermanos tímidos, inseguros, desconfiados, pesimistas, temerosos, faltos de comprensión, aceptación y amor.

Ese Dios maravilloso que me acompaña y que no necesito oír sino sentir, está en contacto permanente con mi espíritu, siempre guiando mis pasos. Lo percibo en todas y cada una de las circunstancias de la vida.

Estoy tan acostumbrado a la sensación de su presencia, que no concibo otra vida que no sea esta que con Él convivo. Esta que sólo aprecian en toda su dimensión, quienes como yo, despiertan ese divino toque de… locura que hiberna en lo más profundo de nuestro ser y nos permite romper mitos y paradigmas.

Mientras escribo, hablo con Dios. Le pido humildemente que me permita llegar al corazón de mis hermanos virtuales, para dejarles el convencimiento y un poco de esa seguridad que siento, de ser como cada uno de ustedes… interlocutor válido de Dios, porque con Él somos uno.

¿Quiere intentarlo? Decídase, hable con Dios que además de ser muy agradable, conlleva esa fuerza poderosa e indiscutible que es la oración.

Próxima Entrega: LA ALEGRIA COMO ANTÍDOTO

Read Full Post »

«LA VIDA DEVUELVE LO MISMO QUE RECIBE»

Conozco que el «boomerang» lo tiras y al final del recorrido da la vuelta y retorna a su sitio de lanzamiento. Así se comportan nuestras actuaciones en esta vida, porque  el impulso del regreso dependerá de la fuerza que le imprimamos. Es un principio físico: toda acción produce una reacción.

Nuestra vida está llena de ejemplos que ratifican las palabras de Jesús, cuando  aconsejaba: «…, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos…»

No tengo notcias de persona que habiendo hecho daño consciente, lograra su tranquilidad o felicidad. Por el contrario, los he visto presos de sus sentimientos de insatisfacción, revanchismo nunca satisfecho y frustración, cometer error tras error hasta terminar iracundos,  pesimistas, frustrados; y en algunos casos, enfermos en sus cuerpos y en sus almas.

La regla no solamente se cumple en el mundo de los objetos físicos de la vida del hombre, sino que su efecto es similar en el ámbito de los objetos ideales, inclusive en la actuación interna e íntima del individuo.

Así, cuando odiamos, envidiamos, deseamos mal  o criticamos a un semejante, su efecto interno es de desasosiego, desagrado y frustración, perturbando en la misma medida de la fuerza del sentimiento o deseo malsano.

Respecto de lo positivo, al amar, ayudar, servir, o sensibilizarse frente a los demás individuos, la felicidad, satisfacción o sentimiento de placidez, lo será proporcional a  esos sentimientos y/o actuaciones.

Así como amar y hacer el bien nos engrandece, al devolvernos como «boomerang» esa sensación de plenitud que nos hace sentirnos tan bien, el desamor, insensibilidad y el daño producido  o deseado, nos retornan desagrado, insatisfacción, frustración  y perturbación; pero adicionalmente: el recuerdo del evento desagradable, que muerde constantemente… el alma.

Nuestra vida se desenvuelve en un basto campo de opciones, dentro de las cuales y gracias a nuestro libre albedrío, siempre podemos optar por las que más nos benefician. Si consideramos que nuestros actos, se comportan como un «boomerang, sin duda extremaremos cuidados al escoger las opciones.

Pienso que los humanos traemos una tendencia que nos orienta al amor y a la bondad. No he visto nunca un niño que intente comerse otro bebé, un pollito o un perrito, sino acariciarlos tiernamente.

Lo apropiado y además conveniente, es amar a las personas, ayudarles y ser consecuentes con sus buenas acciones, rechazando y enseñándoles sobre lo negativo de las  malas, si las hubiere.

No es suficiente no hacer el mal, sino que estamos obligados a hacer el bien. Corresponde ayudar a los demás a encontrar ese camino.

Son nuestros hermanos quienes necesitan ayuda y no podemos negárselas, porque si no lo hacemos el «boomerang», nos devolverá lo mismo que hayamos dado a los demás.

Como padres, no podemos olvidar al salmista cuando aseguraba: «… no he visto hijo de justo mendigando pan.» Para quienes somos feliceas, considero un compromiso, dar a los demás lo mismo que hemos recibido de Dios.

Próxima Entrega: HABLANDO CON DIOS

Read Full Post »

«NUESTRA IMAGEN REFLEJA LO QUE DE NOSOTROS CREEMOS.»

Toda la actividad del cuerpo en el plano físico-mental responde a las motivaciones e instrucciones que, consciente o inconscientemente, recibe del cerebro mediante sus múltiples operaciones mentales.

Como cualquier instrumento operativo, para su efectivo rendimiento requiere óptimas condiciones. Por tanto, así como damos mantenimiento a nuestros instrumentos de trabajo, debemos hacerlo con nuestra mente.

La primera actividad de mantenimiento lo es limpiar la casa mental de todos esos pensamientos negativos que por tanto tiempo nos han hecho daño, como el temor, el odio, el rencor, el resentimiento; así como la envidia, negatividad, timidez, y… la indiferencia afectiva; sustituyéndolos por sus contrarios: el amor, valor, optimismo, la confianza, fe, audacia, aceptación, sensibilidad social y… esperanza.

En segundo lugar, se requiere reconocer, aceptar y convencerse de que los sentimientos y pensamientos negativos que ocuparon la mente por tanto tiempo, nada dejaron beneficioso sino que limitaron los momentos felices y retrasaron el crecimiento espiritual, impidiendo una vida más feliz.

Somos la obra más acabada de Dios y como consecuencia mágicos y milagrosos; generamos corrientes magnéticas que reflejan lo que llevamos por dentro, y esto, de alguna manera indeterminable a simple vista, es percibido por quienes nos tratan, quienes actuarán conforme a esas corrientes e influencias que reciben.

Establezca contacto con una persona feliz, quien normalmente es muy positiva y permanece abierta a cualquier nueva relación; ofrézcale su mano, hable con ella de cualquier asunto o plantee algún problema y verá lo que sucede: seguramente le sonreirá e inmediatamente recibirá su magnetismo e influencia positiva; se interesará por su planteamiento o su vida y será automáticamente solidaria con su situación.

Es que las personas felices son muy celosas con eso de la limpieza y mantienen su casa mental impecable. No es que no caiga polvo, alguien tire su basurita o no entren de vez en cuando moscas, zancudos y cucarachas; lo que sucede es que él siempre tiene a la mano la escobita del optimismo para buscar el lado bueno que tiene toda basurita que entre.

También disponen de esos bio-insecticidas eficientes como son el amor al prójimo, la generosidad, la compasión, la caridad, la aceptación y la comprensión, tan efectivos contra las moscas, zancuditos y cucarachitas.

Ellos recargan sus baterías de bondad, generosidad y plenitud, en esa fuente maravillosa e inigualable de pasión, magia y fantasía, de máxima dimensión físico-espiritual como es la de hacer el amor con la persona amada. Por cierto, como regla general, quienes mantienen su casa mental limpia y practican un buen sexo, también disfrutan de una buena salud física.

Como todo en nuestra vida, la aptitud genera la actitud, como la necesidad la creatividad. Vale la pena reflexionar sobre los beneficios de tener la casa mental bien limpia.

¿Alguien quiere incorporarse al club de los limpiadores voluntarios de basura mental?

Les aseguro que es una actividad increíblemente positiva y enriquecedora, que nos acerca de forma efectiva a esa natural y legítima aspiración humana: el logro de la felicidad.

Próxima Entrega: EL BOOMERANG.

Read Full Post »

«LA MUJER ES LA FLOR DEL JARDIN DE NUESTRAS EXISTENCIA.»

En un arranque de feminismo, de esos que no dejan nada positivo para las mujeres, sino que las equiparan a minorías segregadas -lo que nunca han sido ni serán- escuché que se requiere «…una nueva mujer.»

Durante mis sesenta y seis años de feliz periplo por este planeta, comenzando por mi madre, pasando por miles de mujeres hasta llegar hasta mi inigualable esposa y mis  tres extraordinarias hijas, siento que son una obra única de Dios, porque además de sus múltiples virtudes, representan la belleza de Dios sobre la tierra y son la sal del mundo.

He vivido toda mi vida bajo la beneficiosa influencia, el amor, la comprensión y la ternura de alguna de ellas, a quienes siempre he visto felices, por lo que siento que no se requiere otra mujer nueva.

Tengo tanto respeto, consideración, agradecimiento, admiración y solidaridad por esa mujer que diariamente enfrenta la vida con valentía, decisión, entusiasmo, nobleza, generosidad y… feliz como el factor de equilibrio en su familia que siento que no requiere ser sustituida por una nueva.

Lo que sí estoy convencido y promuevo en este Blog y en toda oportunidad, es que la mujer requiere sentirse mujer, lo que conlleva posesión de su significado en esta vida como factor fundamental en el mantenimiento de la especie, como de su permanencia feliz.

La mujer tiene el papel excelso de parir y formar los reemplazos que continuarán poblando este mundo, ejerciendo la responsabilidad quizás más importante en la sociedad organizada:  mantener unida la familia.

Por otra parte, su amor, ternura, aceptación, generosidad y sensibilidad humanas, desde nuestra más tierna edad hasta nuestro último día,  nos nutre haciéndonos la vida más agradable, emocionante, apasionada y… plena.

¿Quien puede discutir que el mundo sin mujeres sería yermo? ¿No son las mujeres las flores del jardín de nuestra existencia?

Si existen mujeres que no sienten su influencia decisiva en la familia, su comunidad o la sociedad en general, no significa que se requiera una nueva, sino que la actual sienta su peso real y bien ganado poder, exigiendo el debido tratamiento y ejerciendo los derechos que le corresponden, sin permitir mediatizaciones.

Creo más en la convicción personal del valor propio que  en los discursos o  arengas para promoverlo. Las normas jurídicas representan el «deber ser», no el ser. Por tanto, son letra muerta cuando no se hacen cumplir.

Si una mujer no está convencida de lo que vale y merece, al no sentir sus merecimientos, no exige  ni ejerce sus derechos.

Convivo por más de treinta y ocho años con una mujer que sabe lo que vale, que no necesita ser una mujer nueva; conoce su peso específico, su dimensión real y no acepta menos de lo que merece. Esa es la posición correcta.

No es una mujer nueva lo que se requiere, sino una mujer consciente de su valor e importancia como mujer para lograr ser  integralmente… feliz.

Próxima Entrega: LIMPIEZA MENTAL

Read Full Post »

footprintintourquet.jpg

¿Por qué y para qué vine a este mundo?

Para mi la respuesta no es trascendente, porque si pudiera conocerla no creo que modificaría mi comportamiento. Ese mundo nebuloso del por qué y el para qué, lo manejo conforme a mis principios éticos, que son universales y siempre están orientados al bien.

Considero importante para nuestra felicidad aceptar que tenemos una misión que cumplir en esta vida, la cual aunque no conozcamos, debe comportarse, principalmente, en beneficio de nuestros semejantes.

Pienso que como principio general, conviene trabajar sobre lo que se conoce, más que invertir energía en descubrir lo que en nada nos beneficia objetivamente.

Así, respecto de la misión que siento que me corresponde cumplir en este mundo, como no la conozco en su exacta dimensión, imagino que Dios simplemente me la indicará en ese su lenguaje que siempre mi espíritu percibe y que guía todos y cada uno de mis actos.

No camino en busca de mi misión sino que la cumplo conforme a mi propia ideología de vida. La concibo con jerarquías que gustosamente asumo y no transgredo.

Siento que mi primera obligación es conmigo mismo, siendo feliz para poder hacer felices a los demás. En segundo lugar, con mis hermanos humanos, amándolos y no juzgándolos, pero aceptándolos con su sagrada individualidad y diversidad.

No debo ser pasivo en mi misión, sino que debo hacer todo lo que considere positivo y conveniente para ellos, porque será lo mismo que me devolverá la vida.

Por eso amo a las personas y hago el bien que puedo, al tiempo que disfruto su maravillosa condición de seres inteligentes y generosos.

Amo y cuido del medio ambiente que me rodea, porque representa esas maravillosas cosas, incluido los reinos animal, vegetal y mineral, cuales Dios puso aquí para satisfacer mis necesidades y mi deleite.

Siento a Dios en cada persona, en cada cosa; en la brisa que peina los pajonales y entona sus sinfonías de las copas de los árboles; en la sonrisa de los niños y la paz del rostro de los ancianos; en la belleza del cuerpo de la mujer, su nobleza y su ternura… inagotables.

Siento que es maravillosa mi misión de amar, sin importar a quien, cuánto, cómo ni cuándo; sin preguntar si quieren o necesitan de mi amor.

Asumo el privilegio de vivir esta hermosa e inigualable aventura que es mi vida, frente a un mundo maravilloso y unos seres humanos que nacen y hacen un gran esfuerzo por mantenerse nobles.

Tengo la sensación permanente de que camino de la mano de mi Padre Celestial, en ese diálogo inteligible y constante sólo para mi espíritu, pero que yo siento presente todos los días y en cada instante.

No quiero ni necesito otra misión que esta de amar, de sentir que, sin excepción, mis semejantes y yo somos uno con Dios. Con eso me basta, porque eso me hace… muy feliz.

Próxima Entrega: ¿UNA NUEVA MUJER?

Read Full Post »

La verdad nos hace libres y la mentira nos convierte en esclavos, porque perdemos la percepción positiva y enaltecedora del que no tiene nada que ocultar ni de que ocultarse. Así como la verdad es una sola y representa eventos, sentimientos, situaciones ciertas y nacidas de la espontaneidad, la mentira tiene mil facetas, puede utilizar muchas caras y nace de sentimientos que no responden a la realidad de los hechos.

Al mentir, como se distorsiona o niega a plena conciencia la realidad, el ser interno que es la casa del espíritu, siente que esto es contrario a su propia esencia divina, e independiente de su actitud y apariencia externa, en su fuero más íntimo se siente culpable.

La culpabilidad perturba la espiritualidad, alimentando un sentimiento angustioso que se manifiesta en la inquietud de enfrentar o tener que lidiar con los eventos o hechos que son verdaderos y por tanto de una fuerza arrolladora.

La angustia al no sentirse conforme consigo mismo, no obstante que no es percibida en el exterior del individuo, tiene el grave problema que no se puede desterrar porque vive dentro de la persona misma, sin que exista otra solución que no sea la de corregir y… decir la verdad.

Para enmendar se requiere integridad y nobleza, pero como el que miente carece de esas virtudes, los sentimientos negativos internos, tocan su intelectualidad y terminan creándole estados neuróticos productores de estrés que, al final, afectan su salud integral.

La mentira es una violencia contra nuestra propia esencia y sagrada individualidad, porque involucra no actuar como nos corresponde… como deberíamos ser. Al mentir promovemos que nuestros hermanos nos juzguen y de tal manera transgredan el mandamiento de no juzgar.

La mentira voluntaria y a conciencia, distorsionando o enmascarando la realidad de los hechos, al engañar a los demás, nos engañamos a nosotros mismos y eso nos obstaculiza ser felices.

Los efectos de mentir suelen ser graves y acumulativos, especialmente para nosotros mismos al generar estados neuróticos de diversa índole.

En ese mundo interno, donde no podemos engañarnos, sentimos que somos menos nosotros mismos, traicionando principios fundamentales para el buen vivir.

El no poder mirar frente a frente a quienes mentimos, el estar siempre acomodando las actuaciones a la escena preparada de la mentira, nos hace sentirnos incapaces de afrontar la realidad y eso afecta gravemente nuestra autoestima.

La mentira juega en nuestra contra. Es factor perturbador de la necesaria salud mental y física, pero además logra que los demás pierdan su consideración, fe y confianza en nosotros.

La mentira es enfermedad soportable, pero es una patología que al producir efectos nocivos a los demás, también nos daña integralmente, por lo cual es anti-natural promoverla, porque no fuimos diseñados para la enfermedad sino para la salud, cual es una condición indispensable para ser… felices.

La mentira es contraria al amor, porque Dios es amor y verdad; como consecuencia, al mentir se transgrede esa fuerza intangible que une a la humanidad representada por el AMOR DE DIOS.

Próxima Entrega: MISION EN LA VIDA

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »