¿Qué son el tiempo y el espacio más que meras operaciones mentales? Como consecuencia, únicamente pueden incidir en nuestra existencia en la misma medida y como nosotros íntimamente los aceptemos. Siento que los sentimientos más hermosos de nuestra intelectualidad, como el amor y la amistad, trascienden el tiempo y el espacio. El primero, como el más acabado y profundo sentimiento que puede experimentar un ser humano normal, no puede ser afectado por ninguno de estos factores. Uno ama con intensidad por hoy, mañana y… siempre; pero también lo hace en cualquier espacio en que se encuentre, precisamente porque este sentimiento, cuando es verdadero, permanece o sobrepasa en el tiempo en cualquier circunstancia de nuestra vida. En cuanto al espacio donde se experimenta no existe ningún anclaje especial, porque amamos aquí, allá y… más allá. El otro, la amistad, es simplemente un evento extraordinario que marca nuestra vida por siempre. La amistad, que en muchas ocasiones es el preludio del amor íntimo entre dos personas, es un fenómeno humano extraordinario, casi… milagroso. De alguna manera, cuando lo consideramos trascendente, podemos decir que se convierte en la única familia que nosotros escogemos; porque la consanguínea nos llega por la sangre, es decir… obligatoriamente. Nuestros padres, hermanos y/o cualquier otro familiar consanguíneo, deviene de lo genético que nos llega sin solicitarlo; simplemente es un hecho natural que lo normal sería que nos produjera un sentimiento de amor y solidaridad. Pero, la amistad es una escogencia absolutamente volitiva; no nos llega por nuestra naturaleza originaria o nuestra condición gregaria que nos orienta a vivir en grupos para prosperar, sino que es una escogencia que hacemos de algunos de nuestros congéneres, a los cuales amarramos a nuestra alma con ese sentimiento puro que no tiene otro intereses que no sean el compartir, ayuda mutua, solidaridad, como parte de nuestro sentir, y algunas veces hasta de nuestra vida. Con los amigos perdemos uno de los mecanismos originarios de defensa para sobrevivir físicamente, como es el egoísmo. El sentimiento de cercanía, de comunidad de sentimientos en esta relación, al menos cundo es sincera, siempre que la otra persona comparta nuestra filosofía personal sobre la vida y las cosas, se hace similar al amor conyugal: siempre va in crescendo y llega a hacerse tan fuerte que el tiempo, el espacio y la distancia no afectan su solidez sentimental y afectiva.
Si tienes alguna duda o requieres aclaración sobre el tema aquí tratado, el correo del autor está disponible: amauricastillo@gmail.com
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