Archive for the ‘DIVERSIDAD’ Category
¿QUE ES LA AUTOESTIMA?
Posted in AÑOS VIVIDOS, ACEPTACION, ACTITUD PARA SER FELICES, ADULTOS FELICES, ALEGRIA, ALTA AUTOESTIMA, AMAR A LAS PERSONAS, AMAR Y SER FELICES, AMOR EMOCIONANTE, AMOR ESPIRITUAL, AMOR FISICO, APTITUD PARA SER FELIZ, ARTE DE VIVIR, AUTOESTIMA, BAJA AUTOESTIMA, BELLEZA ETIQUETADA, BELLEZA FISICA, BELLEZA NATURAL, CIRCUNSTANCIA VIVENCIAL, COLORES DE LA VIDA, CONTACTO CON DIOS, CUERPO SANO MENTE SANA, DESTERRAR LA TRISTEZA, DIOS NOS AYUDA, DISFRUTAR INTENSAMENTE, DIVERSIDAD, DIVERSIDAD HUMANA, DUALIDAD CUERPO ESPIRITU, EL ETERNO PRESENTE, EQUILIBRIO EMOCIONAL, ESPIRITUALIDAD, FAMILIA HUMANA, FELICIDAD INTEGRAL, LA EDAD, LA FAMILIA, LIBRE ALBEDRIO, MECANISMOS DE DEFENSA, MI YO INTERNO, MIEDO AL RIDICULO, NOSTALGIA VS REALIDAD, OBSEQUIO, OPTICA DE LA VIDA, PASION, PATOLOGIAS INDUCIDAS, PATRONES Y ETIQUETAS, PENSAMIENTO POSITIVO on 14/05/2014| Leave a Comment »
Al tema se da trascendencia, por la supuesta importancia para la satisfacción integral del individuo; especialmente por la atribuida incidencia en la actuación y apariencia personal. Sin embargo, para las personas centradas, no importa demasiado lo que de ellos crean los demás, sino el valor y peso que de ellas mismas tienen; y eso es… la autoestima.
Si se es banal, pendiente de la moda, de las etiquetas sociales y el marketing de los medios masivos, seguramente será difícil fortalecer la autoestima, ya que en tal caso, dependerá en mucho el cómo verse con respecto a los usos sociales del momento. Pero, si tenemos una sólida formación personal, creemos en los valores humanos y nuestro papel fundamental de utilidad dentro de la sociedad; la autoestima no es más que el producto de la propia concepción personal de nosotros mismos, en el rol que nos corresponda como miembros de una familia, comunidad y/ sociedad determinada; y en esa labor evaluativa nadie puede ayudarnos, porque es un asunto puramente interno.
La alta autoestima, aunque fortalece la personalidad en todos sus ámbitos, se reduce a la convicción de lo qué somos capaces de hacer en cualquier momento y ámbito de nuestra vida; y aunque de alguna manera pudiera incidir, no tiene que ver con la belleza, elegancia de nuestro atuendo o ámbito de importancia del medio en que nos desenvolvemos, porque nada de ello puede inferir nuestro ser interno, que es la cuna donde nace, se hace fuerte y vive nuestra autoestima.
Para tener una autoestima alta, debemos estar seguros que corpórea y espiritualmente, somos la obra más acabada sobre esta madre tierra. Esto es que, físicamente, somos especialmente singulares. Nuestro cuerpo es individual, único, hecho a imagen y semejanza de Dios y eso significa que pudiera ser que, según las etiquetas sociales alguien pueda considerarse más o menos bello que otro, pero en realidad sólo somos diferentes, pero siempre… bellos; porque Dios es bello y los hijos se parecen a sus padres.
Tenemos el poder de dar a cada circunstancia la trascendencia que nos convenga, y ese es nuestro mejor escudo para resguardar nuestra autoestima.
Para mantener mi autoestima alta, estoy seguro de lo que valgo, sé que como ser humano, soy único e irrepetible; consecuencialmente, a cualquier edad represento un valioso obsequio para cualquier otro ser humano. Así que, quien no lo descubra, aprecie o desperdicie, simplemente… se lo pierde.
No necesitamos mostrarnos diferentes a como somos, ni desear la vida de otro, y la autenticidad es elemento importante de nuestra personalidad. En función del amor, sabemos superar nuestra originalidad, elevarnos por encima de nuestra propia naturaleza y eso nos hace… espirituales. Disponemos del intelecto suficiente para diferenciar lo bueno de lo malo; lo seguro de lo peligroso; escogimos la generosidad, y ser útiles nos regala el honroso título de hijos de Dios.
Mis tiempos siempre han sido buenos: cuando niño satisfice mi curiosidad y me reí de todo lo importante; cuando joven aprendí a amar la vida, las personas y a disfrutar con fruición… todo, sin darle mayor trascendencia. En mi madurez aprendí que el respeto, la consideración, el reconocimiento y la admiración, fundamentan el amor verdadero y… permanente. Hice de la generosidad y la felicidad mi ruta: por eso comparto mi pan con el necesitado, abro mi corazón al desvalido y presto mi hombre al desventurado, para recostar su cabeza.
Eso es la autoestima; sentirnos, dentro de nuestra natural sencillez, especialmente seguros de estar dotados por Dios, de todos los atributos necesarios para motivar éxito, bienestar, solidaridad y amor; condiciones fundamentales para combatir el egoísmo y lograr nuestra mayor ambición como seres racionales: LA FELICIDAD.
EL LOCO
Posted in ACTITU PARA SER FELIZ, ACTITUD POSITIVA, ACTITUD VIVENCIAL, ADULTOS FELICES, AMARGURA, ANCIANOS, ATIPICIDAD, AUTOANÀLISIS, BAJA AUTOESTIMA, BUEN ESTADO DE ANIMO, CAMBIOS ACTUALES, COHESION HUMANA, COMENTARISTA DE TV, COMPASION, CONFIANZA, DERECHO A SER FELIZ, DESAMOR, DISFRUTAR DEL CAMINO, DIVERSIDAD, DIVERSIDAD HUMANA, EL AMOR DEBE MANIFESTARSE, EL CRISTIANISMO SE DEMUESTRA CON OBRAS, EL ODIO Y EL RENCOR MUERDEN EL ALMA, ENVIDIA, ESTADO DE ANIMO, FAMILIA VOLUNTARIA, HACER EL BIEN ES NECESARIO, INCOMPRENSIÒN, INDIFERENCIA, INDIVIDUALIDAD Y LIBRE ALBEDRÌO, Uncategorized on 19/09/2012| Leave a Comment »
El genio tiene actitudes que asemejan las de unloco
Repetidamente he oído el término “ese tipo es loco”, únicamente porque hace cosas que nosotros no somos capaces de hacer, como permanecer pasivos cuando alguien dice algo inconveniente o cuando alguien ha juzgado alguno de nuestros actos, o emite criterios ideológicos diferentes a los nuestros.
En verdad, somos individualidades y como tales actuamos. Al menos a mi no me hace daño ni me interesa el criterio de los demás sobre mi persona o manera de pensar, porque todo lo hago a mi voluntad, con la intención de ser feliz y sin perjudicar a nade; al menos por acción.
¿Quién podría asegurarme que actuar diferente es ser loco?
¿O que porque alguien no acepta las etiquetas del control social MODA, que tanto dinero producen a los medios masivos de comunicación social, al tiempo que hacen infelices a quienes llenos de vanidad, sufren por no poder adquirir esas cosas?
Mi vida no ha sido un lecho de rosas, pero salvo espacios muy pequeños siempre he sido feliz. He trabajado desde niño en casi todo tipo de actividades lícitas, y en todas nunca he envidiado a nadie y siempre he encontrado la forma de hacer los amigos, a quienes nunca juzgo, precisamente porque creo que su actuación, como a la mía, está dentro de su libre albedrío, y por tanto de ninguna manera podría llamarles “LOCOS”. Entre otras cosas, porque si lo fueran esa sería su locura, que ellos laviven y entienden, con ella han vivido siempre y, pudiera ser que más felices que muchos llamados intelectuales o cuerdos.
Quienes de alguna manera han tratado hacerme daño, yo no los ataqué ni los desprestigié o repudié: porque sin ánimo de juzgador o castigador, creo que con mi actitud feliz y amistosa, es la mejor manera de hacerles pagar su maledicencia o maldad; ya que, más que sentir rencor por ellos siento compasión, porque se pierden el disfrutar de la diversidad del ser humano y convivir sus éxitos. Sin ser un estudioso del más allá soy fan de Jesús de Nazaret. Creo que fue eso lo que quiso decir cuando expresó “… no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
Yo tengo vocación para la felicidad, al punto que creo que la mejor oración a Dios es ser feliz. Quizás por eso a mis 71 años, tendría que hacer un gran esfuerzo para ser infeliz.
LA VENEZUELA QUE PODEMOS SER
Posted in AMOR A LA PATRIA, ANALISIS POLÌTICO, APTITUD PARA SER FELIZ, ARTE DE VIVIR, AUTOCONTROL, BELLEZA NATURAL, BENEFICIO COLECTIVO, CIUDADANOS, COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL, CRITICA MALSANA, DERECHO A DISENTIR, DERECHO A SER FELIZ, DESCONCIERTO COLECTIVO, DIAS MEJORES, DIFERENCIA PERSONAL, DISCERNIMIENTO, DIVERSIDAD, DIVERSIDAD HUMANA, RECONCILIACION, REINGENIERIA MENTAL, VENEZOLANOS, VENEZUELA on 11/04/2012| 2 Comments »
Desde 1972 he visitado y vivido en varios países tan disímiles como Bolivia y USA. En todos siempre tuve la oportunidad de quedarme permanentemente. Pero, en el fondo de mi alma no puedo sacarme el amor y preocupación especial que representan mi sentido de pertenencia con esta noble tierra, que independiente del Régimen Político vigente, nunca me ha negado nada. Aquí me eduqué, me casé, nacieron y se educaron mis hijos, quienes aún viviendo todos en el exterior desde hace más de 15 años, con todo su amor, solicitud y apoyo reiterativo, no han logrado arrancarme de este terruño que amo.
Hoy, lo amo y me preocupa más que nunca; de alguna manera siento como si tuviera un hermano muy querido enfermo. No acepto que aunque la situación político social este alterada y nuestra gente dividida, se trate de una situación sin solución. Creo que esos hermanos que parecieran irreconciliables en sus criterios, son los mismos que hace pocos años nos sentábamos a hablar mal del Gobierno, sin importar cual fuere, pero luego de la tertulia, nos levantábamos, hacíamos chistes, pero seguíamos siendo amigos y solidarios, porque por encima de todo, éramos…venezolanos y… seguimos siéndolo.
Yo no creo que ninguno de mis hermanos venezolanos, independiente de su participación política, quiera el mal para este país. Creo que todos ambicionamos un país mejor y trabajamos por eso. Pero somos diversos y por eso pensamos diferente; por cierto, en el libre ejercicio de nuestro derecho democrático a disentir, lo cual es absolutamente legítimo.
Aunque la situación no es irreconciliable, todos, sin excepción, requerimos una reingeniería mental sobre el proceso político-social que vivimos. Somos 30 millones de venezolanos que tenemos un bello país para nosotros solos, para vivirlo, para disfrutarlo, donde tenemos problemas delicados, pero posibles de resolver, bajo la base del respeto por la ideología y la forma de pensar de cada uno.
La labor de reconciliación no es de un Sector, Institución o individualidad, sino el trabajo de todos, especialmente generando confianza en que vamos a respetarnos de verdad, sin importar las diferencias de opinión; sin recordar agravios; sin mirar hacia… atrás, porque requerimos construir un país de… futuro, amplio y donde quepamos todos.
Tenemos problemas… ¿Quién lo duda? Pero todos solucionables. Por eso debemos que reencontrarnos como hormigas de una misma cueva, abrazarnos, felicitarnos por vivir en este tiempo, cuando podemos ser actores en la construcción de esa nueva Venezuela.
COMPARAR O IMITAR
Posted in AMAR A LAS PERSONAS, AQUIETARSE, ATIPICIDAD, AUTENTICIDAD, AUTOCONTROL, AUTOESTIMA, CALIDAD DE VIDA, COMPARACIÒN, COMPLEJO DE INFERIORIDAD, COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL, DIFERENCIA PERSONAL, DIOS, DIVERSIDAD, IMITACIÒN, INDIVIDUALIDAD, INFERIORIDAD, SUPERIORIDAD, tagged ARMONIA PAZ Y FELICIDAD NECESIDAD VITAL, NO SOMOS SUPERIORES NI INFERIORES SOMOS NOSOTROS MISMOS, NO VALORO LOS HECHOS SINO QUÉ ESTIMO DE ELLOS on 30/05/2008| 4 Comments »
¿A quién me parezco? ¿Con quien puedo compararme?
Creo que con nadie, porque simplemente soy una individualidad; soy particular, diverso, típico… único. No hay ni existirá física o intelectualmente, nunca nadie exactamente igual como yo, o con idénticos sentimientos a los que yo experimento en cualquier circunstancia de mi vida.
De tal suerte, es inútil y sin sentido práctico que me compare con alguien más, porque a ciencia cierta y de forma perfecta, no existen parámetros exactos para la comparación, ya que, como no soy exactamente igual a nadie más, siempre habría un desequilibrio, que de alguna manera, inclinaría el fiel de la balanza a favor o en contra.
Físicamente, siempre ha habido o habrá alguien más alto, bajo, gordo, flaco, liviano, pesado, rápido o lento, fuerte o débil, sano o enfermo que yo. Como consecuencia, siempre ha habido o habrá alguien que me supere, por defecto o por exceso en cualquiera de estos aspectos, por lo cual, desde el punto de vista físico, no puedo considerarme mejor o peor que otra persona; simplemente, soy diferente.
Intelectualmente, siempre han existido y existirán personas con más altos o bajos niveles de coeficiente mental que yo; más o menos nobles, valientes, generosos, amorosos, positivos o negativos. Por tanto, no debo sentirme superior, inferior, mejor o peor que ningún otro individuo, precisamente porque soy diverso.
Mi atipicidad es mi escudo frente a esa sensación, que como casi todos los males que aquejan nuestra espiritualidad, son una creación maléfica de nuestra mente, que se traduce en sentirnos disminuidos frente a las cualidades, características, actuaciones o realizaciones personales de otros, conocido como el sentimiento de inferioridad.
Como es cierto soy atípico, diverso e individual en mi conformación física e intelectual, también lo soy en mis actuaciones y en mi forma de ver la vida y las cosas. Con respecto a otros individuos, soy mejor en algunos aspectos y actuaciones, pero peor en otras. Mis cualidades y condiciones corresponden a mi especial y única forma de ser y actuar, y por tanto, de alguna manera, en justicia son incomparables.
Dentro de mi esencia como ente particular, el resultado de cualquier comparación que haga con otro individuo, va a depender de criterios de «normalidad» predeterminados no por mí, sino por una sociedad, en un momento y espacio determinados.
De la misma manera, no voy a comparar los hechos o actuaciones en sí mismos, sino lo que yo creo, estimo o pienso de ellos, en base a esos patrones sociales aprendidos, cuales considero aplicables en cada caso. En esa posible comparación, en su resultado incidirá especialmente la concepción personal del qué, el porqué y el cómo nos comparamos o medimos.
Estas premisas me llevan a la conclusión de que, definitivamente, nadie es superior ni inferior que yo en todo lo que haga, sino que en algunos asuntos -que no tienen por qué ser los trascendentales- alguien puede ser mejor o peor que yo, pero dentro de los parámetros de lo que, en una sociedad y un momento determinado, esos patrones que la rigen se determinen como «normales».
De hecho, lo que para una persona muy sensible o sentimental sea «normal», pudiera ser que para otra insensible y desentendida no lo sea, no obstante que esa sociedad donde se desenvuelva lo tipifique en uno u otro sentido. En este mismo orden, lo que para una persona resulte importante, trascendente o especial, pudiera ser que para la mentalidad de otro, no reúna ninguna de esas valoraciones y lo estime desprovisto de toda importancia.
Para un jugador de béisbol, no es determinante para realizar bien su trabajo, tener la capacidad de memorización de diálogos o una especial capacidad gestual; como tampoco requiere fuerza en los brazos o velocidad al correr, una artista dramática para concretar una buena representación teatral.
En el caso citado, el primero funda su éxito en su capacidad física, que le permite superar en velocidad, agilidad y fuerza a sus contrincantes; pero la segunda radica su éxito en su capacidad intelectual, que le facilita la memorización de los diálogos y la representación de sus personajes, de tal manera que motive a los espectadores. Por eso, la comparación entre ellos, respecto de lo que cada uno hace, simplemente no tendría sentido práctico.
Diferente es «qué piensa o estima cualquiera de ellos de lo que hace, o la valoración de lo que realiza la otra persona», porque eso corresponde a su manera muy personal de ver e interpretar la vida y las cosas.
Todo esto me lleva a concluir que, como individuos, no somos ni «superiores» ni «inferiores» a nadie con respecto a nuestra vida integral. Simplemente somos «nosotros» y no tenemos por que creernos ni mejores ni peores que nadie, porque esas son apreciaciones personales nuestras, que nacen y se desarrollan en nuestro intelecto, por lo tanto no pueden ser generales, sino como nosotros individualmente las estimemos, cual sin duda puede ser bien diferente a la evaluación de otras personas.
Si algo pudiera ser trascendente en nuestra mayor aspiración vivencial, debería serlo el que, sobre la base de los principios éticos y valores morales que rigen nuestra vida, en todas nuestras actuaciones, en vez de compararnos, imitemos la cosas buenas que observamos en la actuación de otros individuos, que con sus resultados nos demuestren que benefician a nuestros semejantes; lo cual también nos beneficiará como personas, y es completamente diferente a una comparación, que no nos deja nada positivo y casi siempre juega en contra nuestra.
Fuimos hechos por Dios individuales, diferentes y diversos, con el mandato de amarnos y ayudarnos de tal modo que hiciéramos lo más placentera nuestra corta etapa sobre esta madre tierra. Bajo esa consideración, el respeto por la individualidad, la diversidad y la disidencia, son condiciones fundamentales para el logro de la mayor aspiración como personas y como colectivo: armonía, paz y felicidad.