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Archive for the ‘JOHN STEINBECK’ Category

Releyendo al Dr. Ron Jenson en su obra VIVA LA VIDA NO SOBREVIVA, encontré  que El 28 de Febrero de 1960, el Washington Post publicó una carta de John Steinbeck dirigida a Adlai Stevenson, donde decía: “Somos una especie extraña: Podemos aguantar cualquier cosa que Dios y la naturaleza nos provean, excepto la abundancia. Si tratase de destruir a una nación, le daría demasiado y luego la tendría de rodillas, miserable, egoísta y enferma”

Esa cita me produjo reflexión sobre los efectos de la abundancia en general, para  las personas y los Países. Todas las personas, de alguna manera deseamos la abundancia y creo que también para los países debería ser positiva. Sin embargo, en el mundo de la realidad práctica, en ambos casos puede ser grave, en tanto y en cuanto no se equilibre con  las capacidades y necesidades de las personas y la nación en su totalidad.

Personas normales y felices, con ingresos comunes y corrientes en cualquier actividad, llegada la abundancia perdieron mucho de su tranquilidad, sensibilidad y  generosidad. En algunos casos, esa vida fácil disminuyó el incentivo y la importancia del trabajo y estudio, convirtiendo jóvenes que eran proactivos, en despreocupados e inactivos por considerar que esa abundancia les aseguraba su futuro. En este mismo sentido, los padres por dedicar más tiempo a cuidar y mantener los factores de abundancia, produjeron inestabilidad familiar que disminuyó el amor y afectó su felicidad.

En el caso de los Países, como lo decía Steinbeck, la abundancia puede convertirse en su peor enemigo, ya que, de no mantener el nuevo equilibrio necesario, al facilitar la vida a todos, desincentiva la creatividad, el trabajo y la solidaridad social.   Nací en 1941, cuando Venezuela no se consideraba un País rico, sino más bien uno de los países pobres del Tercer mundo. Sin embargo, la gente era trabajadora, generosa, sensible y, aunque no existían grandes facilidades para el estudio, los jóvenes luchábamos hasta lograr acceso a la educación. Igualmente  como conciudadanos nos respetábamos, trabajábamos, todos comíamos y vivíamos arropándonos con lo que nos daba nuestra cobija,  sin envidiar a quien tuviese una mejor posición económica.

Desde que nos llegó la abundancia por allá por los inicios de los años setenta, progresivamente hasta hoy, el país se nos ha venido abajo. División, insensibilidad, desempleo, delincuencia desbocada, inflación y desabastecimiento. Desventuradamente para los venezolanos, se cumplió la sentencia de Steinbeck: no resistimos la abundancia.

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