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LA VIDA ELEMENTAL
Posted in ACEPTACION, ACTITUD PARA SER FELICES, ACTIVIDAD, ACTUAR CON DILIGENCIA, ADULTOS FELICES, AMAR Y SER FELICES, AMOR ESPIRITUAL, AMOR POR LA VIDA, ANALISIS VIVENCIAL, APTITUD PARA SER FELIZ, ARTE DE VIVIR, AUTOANÀLISIS, BENDICIONES NATURALES, BUENA SALUD, CIRCUNSTANCIA VIVENCIAL, COMPETENCIA, CONEXION ESPIRITUAL, CONJUNCIÒN FÍSICO-ESPIRITUAL, CONTACTO CON DIOS, CONTANDO BENDICIONES, CRECIMIENTO ESPIRITUAL, CUERPO SANO MENTE SANA, DESECHAR LA ANGUSTIA, DILIGENCIA, DILIGENCIA Y EFICIENCIA, DISPOSICIÓN PERSONAL, DUALIDA HUMANA: CUERPO Y ESPÌRITU, EQUILIB RIO, ESPIRITUALIDAD, ESTADO DE ANIMO, ESTRÉS, ESTUDIO Y TRABAJO, FORTALEZA ESPIRITUAL, FUNDIR CUERPO Y ALMA, GENEROSIDAD, HACER EL BIEN HOY, LA FAMILIA, LA VIDA, NECESIDADES FISICAS SON LILMITADAS, PAZ CONCORDIA Y ARMONÍA, PERSEVERANCIA, POTENCIALIDAD PERSONAL, POTENCIALIDADES HUMANAS, PROACTIVIDAD, RECURSOS INTERNOS, RIQUEZA ESPIRITUAL, SALUD, SALUD INTEGRAL, SENTIDO DE LA VIDA, SIMPLICIDAD, SOBREVIVIR ES FÁCIL, SOMOS ESPIRITUALES Y CORPORALES, TRANQUILIDAD INDIVIDUAL, VACÍOS VIVENCIALES, VACIOS ESPIRITUALES, VANIDAD, VIDA DIARIA, VIVIR HOY, VOZ INTERIOR, VULNERABILIDAD ESPIRITUAL on 08/06/2012| Leave a Comment »
Hoy, temporalmente lejos de mi lar, en calidad de visitante, en un espacio bien diferente a aquel donde me manejo diariamente, he tenido tiempo para reflexionar sobre lo elemental y sencilla que, más allá de la vanidad humana, es nuestra vida.
Ciertamente, como seres físico-espirituales, nos movemos en dos áreas que potencian nuestra existencia: por una parte, la subsistencia física –que debemos lograr en el exterior de nuestro cuerpo- y por la otra, el mantenimiento de nuestra espiritualidad, que vive, crece o se disminuye en nuestro ser interno.
Así tendremos que la parte física sólo requiere de oxígeno y alimentos apropiados para mantenernos vivos, así como la protección frente a los elementos naturales del medio ambiente, que de alguna manera pudieran afectarnos. Dicho de otra manera: aire, comida y un espacio protegido donde vivir (casa o apartamento).
Adicionalmente para esa parte física, conforme a nuestra actividad, deseos y aspiraciones personales, vamos requiriendo algunos elementos secundarios que nos dan mayor confort y seguridad, como la formación educativa, mobiliario y vehículo.
De tal manera, el oxígeno que requerimos lo tenemos en el aire, sin requerir para lograrlo más que respirar; esto es, sin ningún esfuerzo físico o costo económico. En cuanto a la alimentación, lo más importante que es el agua, normalmente es barata y se encuentra al alcance de todos. Para los restantes alimentos, la sociedad ha creado mecanismos, que los pone a disposición de cualquier persona, a precios alcanzables, independiente de la actividad, profesión u oficio.
Sin embargo, observamos como el mayor estrés no se lo producen las personas por la carencia de estos elementos fundamentales, sino debido a la vanidad o competencia con sus congéneres, sobre tal o cual tipo de cosa que supere o puede ser superada por los demás.
De tal manera notamos como algunas personas, complicándose una vida que es elemental, dejan parte de sus años en el camino, restando el tiempo para su familia y dañando su salud, únicamente para ostentar bienes muy costosos, que permitan a los ojos del público, destascar su supremacía económica.
Respecto de nuestra parte espiritual –que es interna- únicamente requerimos para su crecimiento y mantenimiento, el amor, la comprensión, la generosidad y la convicción de que todo está a nuestro alcance, en la misma medida en que seamos diligentes y proactivos.
Mucha razón tenía el sabio Salomón, cuando escribió que la vanidad no trae más que dolor y aflicción de espíritu.
DAR PARA RECIBIR
Posted in ACTIVIDAD, AMAR A LAS PERSONAS, AUTOESTIMA, COMPARTIR ES CRISTIANO, CONFIANZA, CREAR LA OPORTUNIDAD, DAR LO MEJOR DE SÍ, EL DAR ES ACTIVO, EXITO, LOGROS, REALIZACIÒN, RECIBIRAS LO QUE DES, tagged LA VIDA NOS DEVOLVERA LO MISMO QUE LE DEMOS, NO ES SUFICIENTE NO HACER EL MAL DEBEMOS HACER EL BIEN on 11/04/2008| 1 Comment »
Antonio Estevez (2006)
¿Qué debemos esperar de la vida? Sin duda, lo mejor. Fue para disfrutar de felicidad y plenitud que fuimos traídos a este mundo. Por eso la excepción es la infelicidad y la felicidad la regla.
Sin embargo, existen reglas no escritas que circunscriben lo que de la vida recibimos, proporcional a lo que demos o hagamos por los demás. Son proposiciones que responden al principio de la causalidad y no de la casualidad.
De tal manera, está en nuestras manos y no de la ventura recibir cosas mejores o peores, porque estas llegarán conforme fueren nuestras actuaciones. Dicho de otra forma, se nos devolverá conforme a lo que nosotros demos.
Esta regla va a funcionar en todo los ámbitos de nuestra vida. Así, en el campo de la intimidad familiar y las otras relaciones personales, si queremos recibir amor, ternura, respeto, consideración, lealtad y sinceridad, eso mismo debemos dar.
En verdad, somos nosotros mismos quienes determinamos la medida de nuestras realizaciones físicas y espirituales, que es como decir, nuestra potencialidad para ser felices.
No es suficiente no hacer daño, es necesario hacer el bien. El dar es activo, no pasivo. El dar engendra acción y determina reacción; de allí la necesidad de hacer las cosas de la manera como queremos que nos responda la vida.
No basta con disfrutar la belleza de los bosques y la tranquilidad del agua de los ríos, es necesario preservarlos porque es la manera como obtendremos lo mejor de ellos.
Si queremos la protección de una comunidad positiva, dinámica y respetuosa de las normas y principios que la regulan, tenemos que actuar de tal manera que hagamos sólidos los principios que dan vida a esa normativa; no es suficiente únicamente respetarla sino que debemos participar activamente en el diseño y desarrollo de la misma, desde el sitio donde en la sociedad nos corresponda.
Como esposos y padres que conformamos familias, no podemos contentarnos con la pasividad de la tranquilidad dentro de nuestros hogares, sino que tenemos que participar activamente en la comunidad, en pro de fortalecer y mantener los valores humanos que deben privar en la sociedad, dando lo que queremos que en el futuro reciban nuestros hijos.
Si estudiamos o realizamos cualquier actividad productiva, no debe ser nuestro esfuerzo únicamente el necesario para lograr los beneficios personales en cada caso, sino que debemos ir más allá, dando en interés de los demás y para los demás el mayor esfuerzo posible, como quisiéramos que se hiciera a nuestro favor.
No debemos culpar a la vida o al destino de lo que no logramos, debemos revisar si estamos dando lo mejor de nosotros para obtener las cosas que estimamos convenientes.
De la vida he aprendido que siempre devuelve lo mismo que nosotros damos. Si queremos recibir mucho, mucho debemos dar. Lo demás sería aleatorio y yo creo más en la diligencia, la dedicación, la confianza y el trabajo, que en la suerte. Al menos, así ha sido en mi vida y de eso les doy mi testimonio.
Próxima Entrega: UN VALOR INTANGIBLE.