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PERDON Y ACEPTACION
Posted in AÑOS VIVIDOS, ACEPTACION, ACTITUD PARA SER FELICES, ACTITUD POSITIVA, ACTITUD VIVENCIAL, ADULTOS FELICES, ALEJAR LA SOLEDAD, ALMA ETERNA, ALMA SANA, ALMA SOSEGADA, AMAR ES COMPARTIR, AMISTAD, AMOR, AMOR POR LA VIDA, ANALISIS VIVENCIAL, APRENDIZAJE, APTITUD PARA SER FELIZ, AREPENTIMIENTO, ARREPENTIMIENTO, ARTE DE VIVIR, BONDAD, BUEN JUICIO, CAMBIO DE ACTITUDES, CARENCIA DE MALDAD, COHESION HUMANA, COMPASION, COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL, CONDICION ESPIRITUAL, CONEXION ESPIRITUAL, CONTACTO CON DIOS, CRECIMIENTO ESPIRITUAL, CRISTIANISMO, CULPABILIDAD, DAR LO MEJOR DE SÍ, DECISION A TIEMPO, DERECHO A SER FELIZ, DEUDA SEXUAL, DIOS ES AMOR, DUALIDA HUMANA: CUERPO Y ESPÌRITU, EL ODIO Y EL RENCOR MUERDEN EL ALMA, ENALTECER AL PROJIMO, ENTUSIASMO POR LA VIDA, FE EN DIOS, HACER EL BIEN ES NECESARIO, INMEDIATEZ CON DIOS, INTERCONEXION HUMANA, JESUCRISTO, JESUS DE NAZARET, MORAL, NOBLEZA Y CONFIANZA, OLVIDAR, OLVIDAR AGRAVIOS, OLVIDAR ES FUNDAMENTAL, OLVIDO, PERDON, PERDON Y OLVIDO, PERDONA ES UNA FORMA DE AMAR, RECOMPENSA ESPIRUTUAL, SALUD MENTAL, SENSIBILIDAD HUMANA, SENTIRSE FELIZ, SER FELICES, SOLIDRIDAD HUMANA, Uncategorized, VALOR FRENTE AL TEMOR, VULNERABILIDAD HUMANA on 17/11/2017| Leave a Comment »
En una oportunidad escuché a una dama decir que “…yo perdono pero no olvido.” Tal aseveración me hizo reflexionar sobre el hecho de que, todos los seres humanos tenemos virtudes y defectos; como consecuencia, tenemos diferentes actuaciones y reacciones frente a similares situaciones o en función del comportamiento de nuestros congéneres humanos, sin que por ello tengamos derecho a condenarlos. Pienso que quien perdona pero no olvida, realmente tiene un comportamiento personal e individual muy suyo, que podrá darle la denominación que quiera, pero nunca llamarle perdón. Siento que quien actúa o piensa de tal manera lo que sucede es que confunde el término PERDÓN por el vocablo ACEPTACIÒN. Si alguien te hiere o hace algún daño y tú lo dejas pasar y continúas tu relación con esa persona, pero recordando el daño recibido, en verdad no la has perdonado sino que has aceptado la ofensa y decides continuar con la relación, independiente de cual ésta fuere; me imagino que con la esperanza de que la ofensa o herida no deba producirse nuevamente, pero si no lo olvidas, eso queda en tu ser interno y será muy difícil que mientras mantengas ese sentimiento negativo vivo, puedas volver a confiar en esa persona y como consecuencia ser feliz.
Por otra parte, cuando nos hieren u ofenden y no perdonamos en su verdadero sentido, esto es olvidando por siempre lo sucedido como si nunca hubiera acontecido, pierdes la bendición del perdón, que no es para la persona perdonada sino para quien perdona, porque descarga de su alma un sentimiento negativo y doloroso. En primer lugar, nuestra conciencia de que todos los seres humanos somos imperfectos, nos lleva a aceptar que somos susceptibles, en cualquier caso, de cometer errores, realizar desaciertos y actuar de forma inconsecuente o incorrecta frente a cualquiera de nuestros relacionados. Pero también, debemos estar contestes de que así como podemos incurrir en errores o actuaciones inconvenientes para los demás, tenemos la virtud de que podemos corregir y proponernos nunca más actuar de la forma indeseada. De siglos atrás se ha dicho que “…errar es de humanos y corregir de sabios.” Lo cual yo pienso que es absolutamente cierto.
En segundo lugar, no podemos negar que el fundamento de nuestra vida es Dios y Dios es amor. Pues bien, es precisamente el amor, no solo para los demás sino para con nosotros mismos, lo que nos deberá llevar a perdonar en su sentido integral: olvidando el agravio recibido. Para situarnos en una ejemplarización muy común: la relación de pareja. En el caso de que uno de los integrantes ofende, hiere o hace algún daño a su par, pero luego al reflexionar fríamente el asunto, humildemente pide perdón y promete nunca más volver a hacerlo, surge la interesante pregunta ¿Qué otra cosa podría hacer en pro de compensar el daño, que no fuera solicitar el perdón y prometer no volverlo a realizar? No puede esperar el o la ofendida que en vez de pedir perdón, se suicide, corte un miembro o realice cualquier otra acción descabellada, que realmente, no repararía el daño causado ni haría bien a nadie, sino que por el contrario, podría producir un sentimiento de culpa al ofendido.
En cada caso que toco este tema me siento obligado a recordar a Jesús de Nazaret, quien durante toda su prédica conocida habló de la importantica del perdón, cual aconsejó a sus discípulos debería realizarse tanto como “…setenta veces siete.”, sino que para probarlo, lleno de ese amor que también siempre predicó, en el momento más duro física y espiritualmente de su vida, luego de haber sido expuesto al escarnio público, negado por sus amigos, apabullado, burlado, torturado y finalmente crucificado como un delincuente, sus últimas palabras lo fueron precisamente de perdón cuando imploró a su Padre Celestial: “Padre, perdónalos porque ellos no saben lo que hacen…” y con este último acto de amor, como escribiera un poeta “…conquistó la humanidad entera.”
Finalmente, conteste de mis grandes imperfecciones, pero con mi deseo de llevar un poco de paz al alma de mis hermanos humanos, sugiero el perdón más como remedio para el alma del ofendido, que como beneficio para el perdonado, porque ese acto maravilloso de perdonar con olvido, es lo que nos hace sentirnos sin rencor, tranquilos de espíritu, reconstruir la relación violentada, y sobre todo, sobre la base de ese ejemplo extraordinario de Jesús, sentirnos merecedores de ser llamados hijos de Dios.
Si tienes alguna duda o requieres aclaración sobre el tema aquí tratado, el correo del autor está disponible: amauricastillo@gmail.com
LA MARIONETA
Posted in AÑOS DORADOS, ABRAZO FRATERNO, ABUELOS, ACEPTACION, ACTITUD PARA SER FELICES, ACTITUD POSITIVA, ACTITUD VIVENCIAL, ACTUAR CON DILIGENCIA, ADOLESCENCIA OTOÑAL, ADULTOS FELICES, ADULTOS MAYORES, AFECTIVIDAD, AFIRMACIONES POSITIVAS, AGRADECER A DIOS, AGRADECIMIENTO A DIOS, ALEGRIA, ALEJAR LA SOLEDAD, ALTA AUTOESTIMA, AMAR A LAS PERSONAS, AMAR AL AMOR, AMAR Y SER FELICES, AMOR EMOCIONANTE, AMOR POR LA VIDA, AMOR SIN CONDICIONES, ANALISIS VIVENCIAL, ANCIANOS, APRENDIZAJE, APROVECHAMIENTO, APTITUD PARA SER FELIZ, ARTE DE VIVIR, ASUMIR LOS RETOS, AUTODISCIPLINA, AUTOVALORACION, AVANZADA EDAD, BELLEZA DE LA MADUREZ, BENDICIONES NATURALES, BONOMIA, BUEN ESTADO DE ANIMO, BUEN SEXO, BUENA COMUNICACION, BUENA SALUD, CADA DIA SU MAL, CALIDAD DE VIDA, CAMBIO DE ACTITUDES, CAPTURAR EL MOMENTO, CAUSA-EFECTO, CIRCUNSTANCIA VIVENCIAL, COHESION HUMANA, COLORES DE LA VIDA, COMODIDAD EXCESIVA, COMPARTIR LO BUENO Y LOMALO, COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL, CONFIANZA, CONJUNCIÒN FÍSICO-ESPIRITUAL, CONTAR LAS BENDICIONES, CUERPO SANO MENTE SANA, DAR LO MEJOR DE SÍ, DECISION A TIEMPO, DECRETOS POSITIVOS, DERECHO A DISENTIR, DERECHO A SER FELIZ, DIDACTICA DE LA VIDA, DILIGENCIA Y EFICIENCIA, DIOS ES AMOR, DISCERNIMIEN TO, DISFRUTAR DEL CAMINO, DISPOSICIÓN PERSONAL, DOLOR COMO MAESTRO, DUALIDAD HUMANA, EDAD APROPIADA, EDAD IDEAL, EL ESPIRITU NO ENVEJECE, EL ETERNO PRESENTE, EL PASADO ES UN MUERTO, ENCONTRARSE A SI MISMO, ENSEÑAR A PESCAR, ENVEJECIMIENTO, EPOCA DE SUEÑOS, EQUILIBRIO EMOCIONAL, ERRORES ENSEÑAN, ESCUCHAR CON INTERÉS, ESPERANZA DE VIVIR, ESPIRITU JOVEN, ESTADO MENTAL, ETAPAS DE LA VIDA, EXPERIENCIAS PARANORMALES, FABRICAR SUEÑOS, FE Y CONFIANZA, FE Y ESPERANZA, FE Y OPTIMISMO, FELICIDAD DURADERA, FICCION MENTAL, HACER EL BIEN HOY, HAY UN PLAN PARA NOSOTROS, HECHO CULTURAL, IDENTIDAD, IDIOSINCRACIA, IMPORTANCIA DE LOS RITOS, INDIVIDUALIDAD Y LIBRE ALBEDRÌO, INELIGENCIA EMOCIONAL, INTERACCIÒN HUMANA, JERARQUIZACION DEL TIEMPO, JUVENTUD, LA EDAD, LA MUERTE, LA OPORTUNIDAD ES AHORA, LA PALABRA COMO MANTRA DE LA VIDA, LA SABIDURÌA, LA VIDA, larga vida, LIBRE ALBEDRIO, LIMITACIONES MENTALES, LO POSITIVO COMBATE LO NEGATIVO, LOGROS, LOS AÑOS VIVIDOS, MANOS A LA OBRA, MEDITACION, MEDITAR Y REFLEXIONAR, MELANCOLÍA, MENTALIDAD POSITIVA, MI OPORTUNIDAD ES AHORA, MI YO INTERNO, MIS CIRCUNSTANCIAS, MISION DE VIDA, MUERTE, MUNDO SENCILLO, NIÑOS Y ANCIANOS, NUEVA PSICOLOGIA, OBSERVACION EXPERIENCIA Y DILIGENCIA, OPTIMISMO, PAZ CONCORDIA Y ARMONÍA, PENSADORES POSITIVOS, PERDON, PERDON Y OLVIDO, PERDONA ES UNA FORMA DE AMAR, PERSONALIDAD EFECTIVA, PLENITUD Y SOLAZ, PRINCIPIOS INNEGOCIABLES, PROLONGAR JUVENTUD, PSICOLOGIA DOMESTICA, RAZÓN E INTELIGENCIA, RECHAZO, Uncategorized, tagged AMAR A LAS PERSONAS, CRECER ESPIRITUALMENTE ES EL SENTIDO DE LA VIDA, JOVENES VIEJOS, LA EDAD NO 8IMPORTA, LA MARIONETA, LA VEJEZ, SI VOLVIERA A VIVIR, VIVIR NUEVAMENTE on 25/12/2015| 1 Comment »
Si Dios me obsequiara un trozo de vida…
Aunque algunos erradamente atribuyen la autoría del Poema “La Marioneta” al GABO, ciertamente el texto, aunque pertenece al famoso ventrílocuo y humorista mexicano, Johnny Welch, en su esencia, pudiera ser una recopilación de frases y expresiones que hiciera éste, ya que algunas de ellas también fueron referidas, unas por Borges, otras por el Doctor Ron Jenson en su obra “Viva no Sobreviva”, quien las oyó a una señora que vivió en una montaña de Pensilvania, entre otros. Sin embargo, este interesante poema, sobre una marioneta que especula “…sobre que hubiera hecho si tuviera un poco de vida.” y “…si yo tuviera un corazón.”, expresando pensamientos que merecen especial reflexión y profunda atención, cuando decía:
“…no diría todo lo que pienso, pero pensaría todo lo que digo.” Si esto hiciéramos en nuestra vida diaria, seguramente seríamos más dueños de lo que sabemos y acertados en nuestros juicios.
“…daría valor a las cosas, no por lo que valgan sino por lo que significan.” No tengo duda, estimaríamos menos lo lujoso pero banal y disfrutaríamos más de las maravillosas cosas sencillas que hacen nuestra cotidianidad.
“…dormiría poco, soñaría más.” En verdad, la vida sin sueños, es como nunca despertar;
“…Escucharía cuando los demás hablan, y… cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.” Creo que con tal actitud, aprenderíamos muchísimo más de lo escuchado… y dejar de disfrutar -de vez en cuando- de un buen helado de chocolate, es desperdiciar uno de los grandes placeres de la vida;
“…escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.” Nada más sabio que dejar que el odio se derrita –no tanto con el sol sino con el amor- porque nos libera de una carga pesada y permanente… en el alma;
“…no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero… convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.” Nunca más actual esta admonición, con tanta gente sola, estresada, desorientada, atemorizada y hasta seudo paranoica en la actualidad, cuando hace tanta falta manifestarnos amor, volver a sentir el calor humano de la palabra amiga, el contacto físico del abrazo fraterno, el apretón de la mano extendida, el corazón abierto y un hombro sobre el cual recostar la cabeza, para sentirnos como lo que somos: la familia humana;
“…a los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.» Esta es la más real, cierta y verdadera forma de enfrentar los sentimientos equivocados que normalmente genera la vejez, de que los años aminoran el amor, cuando es todo lo contrario. EN LA VEJEZ EL AMOR ES MÁS FUERTE, SOLIDO, SOLIDARIO Y PERMANENTE”
“…a un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.” Ninguna demostración más grande de amor de un padre a su hijo, para enseñarle a enfrentar su vida.
“…a los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.” Cuánto aprenderían los hijos y los nietos, sobre el bien que harían a sus viejos, de no ignorarlos y visitarlos continuamente porque fueron quienes los trajeron al mundo y… dedicaron a su crianza y educación sus mejores años.
“… un hombre sólo tiene derecho a mirar otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.” No tengo ninguna duda que todos seríamos más humanos, si recordáramos y reflexionáramos sobre esta máxima. Por cierto, me hace recordar algo que me dijo mi padre hace 60 años: “Hijo, un hombre valiente no pisa un gusano ni se humilla ante un Rey.”
Espero que estas reflexiones pudieran servir de algo, precisamente para quienes hoy, ven nublado un cielo que permanecerá brillante… en nuestras vidas.
QUE DESPUES DE LA INFIDELIDAD SEXUAL
Posted in AÑOS VIVIDOS, ACTITUD POSITIVA, ACTIVIDAD SEXUAL, ADULTOS FELICES, AMAR A LAS PERSONAS, AMAR Y SER FELICES, AMOR DE PAREJA, AMOR SIN PREJUICIOS, APTITUD PARA SER FELIZ, ASUMIR LOS PROBLEMAS, BUEN ESTADO DE ANIMO, BUENA COMUNICACION, CALIDAD DE VIDA, CAPACIDAD PARA PERDONAR, CIRCUNSTANCIA VIVENCIAL, COMPASION, COMPROMISO, CONEXION EFECTIVA, CONFIANZA, CRISIS ESPIRITUAL, CULPABILIDAD, DESCONFIANZA ENEMIGA DEL SEXO, DESCUIDO, DESLEALTAD, DOLOR COMO MAESTRO, EL ODIO Y EL RENCOR MUERDEN EL ALMA, EL QUE AMA PERDONA, EQUILIBRIO DE PAREJA, ERRORES ENSEÑAN, EXPERIENCIA SEXUAL, FALTA DE OBSERVACIÓN, FELICIDAD DE PAREJA, FORTALEZA ESPIRITUAL, FUNDIR CUERPO Y ALMA, GENEROSIDAD, LEALTAD Y CONSECUENCIA, LIMITES DE ACTUACIÒN, MENTALIDAD POSITIVA, MUJER INTEGRAL, NOBLEZA Y CONFIANZA, OLVIDAR AGRAVIOS, OLVIDAR ES FUNDAMENTAL, PAZ Y ARMONIA, PERDON, PERDON Y OLVIDO, PERDONA ES UNA FORMA DE AMAR, PROBLEMAS DE PAREJA, PROBLEMAS SENTIMENTALES, PROCESAR Y ASUMIR, RAZÓN E INTELIGENCIA, RECIPROCIDAD SEXUAL, REDIMENSIONARSE, REENCONTRARSE, REINGENIERIA DE PAREJA, SEXO CREATIVO, SEXO RENOVADO, SEXUALIDAD INTEGRAL, SIEMPRE PERDONAR, SOLIDARIDAD DE PAREJA, TOMARSE UN TIEMPO, TRATO AFABLE, TRIANGULO VITAL, VACÍOS VIVENCIALES, VACIOS ESPIRITUALES, VIVIR EL DIA on 28/02/2011| 8 Comments »
Por solicitud de una lectora Bogotana, repito este post que escribí y publiqué el año 2008.
“SI TUVIERA DOS VIDAS TE REGALARÌA UNA; SIN EMBARGO, LA ÙNICA QUE TENGO TE LA OFREZCO PARA HACER UNA SOLA CONTIGO.”
¿Cómo actuar luego de producida la infidelidad sexual?
Para el ofendido su sorpresa, orgullo herido, dolor y frustración no dan tiempo para el análisis racional de la situación, sino para la acción inmediata y violenta de rechazo. Sin embargo, antes de abordar la actuación posterior, conviene analizar someramente los antecedentes previos al suceso.
Tomaré como referencia un caso de la vida real, como textualmente me fue propuesto por una de mis lectoras:
“Descubrí que mi esposo me fue infiel, él me explicó que está muy arrepentido porque me quiere, pero que no sabe que le impulsó a hacerlo. Sólo tuvo contacto sexual una vez para quitarse esa inquietud y que esa relación ya no existe. Yo lo amo y no sé como manejar esto. Tengo tanta rabia, frustración y hasta dudo de mi capacidad sexual. Quiero perdonarlo pero tengo miedo que luego se vuelva a repetir, pero es que tampoco quiero perderlo porque salvo esto, él es muy considerado conmigo, agradable y sé que me ama. “
La infidelidad sexual no se produce por un impulso momentáneo; se trata de un proceso acumulativo de insatisfacciones que desencadena en una actuación cargada de emotividad, frustración, perturbación, confusión, y a veces, irracionalidad.
Es el triunfo de la originalidad sobre la cultura, actualizada por una reacción animal instintiva que supera principios éticos, que soportan la relación de pareja. La permanente lucha del hombre civilizado con su herencia atávica: atracción heterosexual y cópula.
Para el ofendido, el acto desleal violenta los sentimientos, los pactos de amor y solidaridad que produjeron la unión, afectando la fe, confianza, seguridad en si mismo y en la relación: el mundo se pone… oscuro.
Para el ofensor, la fantasía y debilidad dan paso a la realidad. Al momento fugaz de supuesto goce -que la mayoría de las veces no es nada extraordinario- sigue la perturbación, angustia y sentimiento de culpa; los remordimientos y tardía racionalización de las consecuencias cobran un precio demasiado alto, que algunas veces destruye años de esfuerzos, dedicación y… sueños.
La reflexión llega tardíamente, pero… llega. El mundo se pone pequeño y la vida se hace… miserable. El mal está hecho y la sensación es la de un callejón sin salida. Para los dos es un momento aciago, en el cual se encuentran solos, porque nadie puede ayudarlos. El shock da paso al temor a las consecuencias, y ambos, emocional y mentalmente desestabilizados se preguntan: ¿Y ahora qué?
En muchos casos, se trata de personas que por años han tenido una conducta apropiada de fidelidad y consecuencia, pero quienes en un momento dado, por razones que ellos mismos no pueden racionalizar, cometen un error. Surgen entonces algunas interrogantes:
¿Debe condenarse sin término de juicio?
¿No tiene ningún valor su actuación consecuente, honesta, leal y solidaria, frente a un acto equivocado?
¿Cuando se unen dos no se aceptan con sus virtudes y defectos?
¿Acaso la solidaridad no es en las buenas y en las malas?
¿No es cuando nuestro par tiene problemas cuando más requiere nuestra comprensión y… ayuda?
Frente al suceso fáctico sólo queda una opción válida, inteligente, sincera y valiente: controlar el dolor, la ira de uno y la tendencia a la justificación del otro, en pro de analizar los factores incidentes que desencadenaron la situación, poniendo por delante la verdad para decir, sin ambages y falsos prejuicios, lo que se siente que ha fallado en la relación.
De ese análisis sincero surgirá la realidad de cuándo se inició el proceso de deterioro, cómo y porqué se produjo; pero también por qué no fue advertido y tratado a tiempo. Si predomina la verdad y no la justificación, ambos, de alguna manera, consciente o inconscientemente, en mayor o menor grado resultarán con incidencia de culpa.
Si la llama del amor se mantiene viva, la frustración y el temor darán paso a la reflexión sobre valor de lo que se está en juego. La aceptación de la actuación errada, la solicitud del perdón y la contrición resarcirán el dolor. La nobleza y generosidad, hermanas gemelas del amor propiciarán el perdón y… el olvido.
El tiempo dará oportunidad al ofensor de compensar con creces sus errores y el ofendido se sentirá satisfecho de haber tenido la altura espiritual, que se requiere para perdonar y olvidar; con lo cual, por cierto, salvó la relación.
Si por el contrario, no obstante habérsele dado la oportunidad de corregir definitivamente el entuerto, el ofensor resultare reincidente y se terminare la relación, no sería el ofendido el gran perdedor; porque para él, en el camino de la vida, en su misma vía y en sentido contrario, otros vienen en busca de lo mismo, con idénticos deseos, ambiciones y sueños; en un momento, sin importar como ni cuando, se encontrarán, sentirán que llegaron a su destino y se producirá el milagro: el amor nuevamente tocará la puerta y… deberá abrírsele.
Por su parte, quienes no tienen suficiente amor, generosidad y nobleza para entender que la pareja no es de ángeles, sino de seres humanos con virtudes y defectos; ambos tratando de ser mejores en un mundo complejo y progresivamente insensible a la ternura, consecuencia y solidaridad humanas, en una situación de infidelidad dejan que sus más radicales sentimientos decidan la situación, y el resultado siempre es el mismo: irreflexión, incomprensión, odio, rencor, frustración, revanchismo. Como consecuencia, soledad y tristeza, para lo cual por cierto no se requiere tener una pareja.
MUJERES EN MI VIDA
Posted in ADULTOS FELICES, AMAR ES COMPARTIR, AMAR Y SER FELICES, AMOR, AMOR DE PAREJA, AMOR PERMANENTE, AMOR POR LA VIDA, APTITUD PARA SER FELIZ, ARTE DE VIVIR, AUTOESTIMA, BONDAD, BUEN ESTADO DE ANIMO, BUENA COMUNICACION, CALIDAD DE VIDA, CAPACIDAD PARA PERDONAR, CARIDAD, CIRCUNSTANCIA VIVENCIAL, COMPARTIR ES AMAR, COMPROMISO, CONEXION EFECTIVA, CONEXION ESPIRITUAL, CONFIANZA, EL AMOR ES NOBLEZA, ENTUSIASMO POR LA VIDA, EPOSAS Y MADRES, ESPERANZA DE VIVIR, FAMILIA FELIZ, FE Y CONFIANZA, FE Y OPTIMISMO, FELICIDAD DE PAREJA, HIJA Y ESPOSA, HIJOS POR SIEMPRE, HOGARES FELICES, MUJER INTEGRAL, MUJER UNIVERSAL, MUJERES, NOBLEZA, PAZ Y ARMONIA, PERDON, PERDON Y OLVIDO, RESPETO, SENTIRSE FELIZ, SER FELICES, SIEMPRE PERDONAR, TRIANGULO VITAL, TRIUNFADORES, VALORES FEMENINOS, VIDA PLENA, tagged AMOR, CONSIDERACIÓN Y RESPETO ES TODO LO QUE PIDE UNA MUJER" on 27/12/2010| 3 Comments »
«AMOR, CONSIDERACIÓN Y RESPETO ES TODO LO QUE PIDE UNA MUJER»
En mi vida, desde muy tierna edad, siempre existieron mujeres que signaron de manera definitiva mi sino; por ellas he sentido la mayor ternura, respeto, admiración, pasión, y se quiere, devoción. De ellas aprendí el amor, la compasión, la caridad, la gratitud y esos otros valores humanos que nos forjan más cercanos, sensibles y solidarios con nuestros hermanos de especie, haciéndonos merecedores de llamarnos… hijos de Dios.
Comenzó con mi madre, esa dama antañona que llenó de amor el sendero que con ella viví; que proyectó el camino de mi vida, sobre la base de creer en uno mismo, de dar paso a las situaciones por adversas que fueren, con la fe y la seguridad de que, siempre, sin importar cuando, podremos superarlas.
Mi hermanita que convivió conmigo su niñez, que me llenó de afecto; y al final, cuando siendo aun una niña Dios la llamó a su encuentro, por siempre dejó un aroma de azahar en mi alma, que hoy, en este momento, lo percibo en lo más profundo de mi sentimiento.
Luego vino mi esposa, esa compañera de viaje largo que perfumó mi vida y siendo muy joven subió a mi barco, para ayudarme a llevarlo a puerto seguro. De ella aprendí lo importante del compromiso, que conlleva respeto, admiración, aceptación, consideración y buena comunicación, como los tres pilares que soportan cualquier buena relación de pareja: amor, admiración y respeto.
Después vinieron mis tres bellísimas y amorosas hijas, que son la extensión de ese tierno amor que nos permitió edificar y mantener un hogar por más de cuatro décadas, donde somos un equipo, y la felicidad es nuestro color de identidad.
Conozco mis hijas muy bien; las he visto llorar de amor y por amor, enfrentando con entereza pero con generosidad cualquier circunstancia, sin permitir perder la confianza en sí mismas y en los demás seres humanos, por lo cual siempre las he visto perdonar y olvidar agravios, sobreponerse y… triunfar.
Las admiro, porque las he visto hacerse mujeres y sé que no es nada fácil el papel de madres, esposas, leales y entrañables amigas. Fabrican hombres y los hacen seguir el buen camino, aunque la mayoría de las veces no les sea debidamente reconocido.
Constantemente las he necesitado y siempre las necesitaré. Quiero irme primero, porque creo que no se vivir sin ellas; han sido siempre mi mayor acicate para salir adelante, mi mayor bendición y a ellas debo el éxito logrado en mi vida, que resume en una frase: SER FELIZ..
EFECTOS DEL PERDON II
Posted in AMOR, DIOS, FELICIDAD, PERDON, VALENTIA, tagged AMOR, DIOS, PERDON, VALENTIA on 14/12/2007| 1 Comment »
En la entrega anterior les hablé sobre los hoy científicamente comprobados efectos del perdón sobre la salud física y mental de quien lo concede. Debo comentarles que investigaciones científicas muy recientes han ratificado, que en las personas enfermas de cáncer, en las cuales se logra una alta producción de endorfinas, las células buenas que se hacen fuertes, ayudan a combatir y destruir las células cancerígenas.
Ciertamente, para mí no ha sido ninguna sorpresa; yo siempre he estado persuadido de nuestra capacidad de autocuración, a lo cual siempre he atribuido las «curas milagrosas» de las que tantas veces hemos oído hablar. Pienso que en esos casos, de forma inconsciente logramos excitar algunos centros de nuestro cuerpo que actúan y producen ese resultado.
Algo relevante de esos nuevos descubrimientos es que las endorfinas se producen proporcionalmente a como se encuentre nuestro estado de ánimo, y por tanto como todas las cosas trascendentes en nuestra vida, Dios nos las ubicó dentro de nosotros mismos para que no requiriésemos ningún tipo de recurso, esfuerzo o ayuda externa para lograrlas.
La producción de estas hormonas y su consecuente beneficio sobre nuestro cuerpo y espíritu, estarán a nuestro alcance en la medida en que seamos capaces de superar los problemas que se nos presenten en nuestras vivencias diarias. Esto es: cambiar nuestro mal humor por el buen humor; la tristeza por la alegría; el resentimiento por el amor; los pensamientos negativos por los positivos; la frustración por la confianza; el desánimo por la esperanza; la rabia por la risa; el temor por la fe y la oración; y el deseo de venganza por el perdón.
Si logramos producir esos cambios en nuestra integralidad corporal-espiritual, las endorfinas aflorarán en abundancia y sin costo o esfuerzo alguno, para reforzar nuestro sistema inmunológico y de tal manera afianzar una buena salud integral. Creo que Jesús conocía muy bien los beneficiosos efectos del perdón sobre el ser humano, cuando aconsejaba a sus discípulos que deberían perdonar «Setenta veces Siete».
Por tanto, mi recomendación a mis amigos lectores es que perdonen siempre, porque esto no sólo nos pone a distancia del ofensor y le hace perder el malsano efecto por él deseado, sino que abona a nuestra salud, bienestar, paz y tranquilidad espiritual, tan necesarias para ser felices. Considero importante recordar que el perdón no exime de culpa al ofensor, sino que libera al ofendido.
Me corresponde comentarles que existe otro apotegma que aunque muy romántico, poético y de divulgación masiva, es todo lo contrario de lo que indica su enunciado: «Amar es nunca tener que pedir perdón». Quien escribió esto, ciertamente nunca amó, nunca mantuvo una relación personal permanente o con vocación de tal. Yo que amo intensamente y que mantengo una relación sentimental, emocional, activa y mágica con la misma persona por más de treinta y siete años puedo darles testimonio con toda propiedad, de que es todo lo contrario: AMAR ES SIEMPRE TENER QUE PEDIR PERDON.
Es que cuando se ama, el solicitar perdón es una de las formas más trascendentes de decir: te amo, frente a ti, frente a este sentimiento maravilloso no tengo límites; tú persona, el que tú te sientas bien es lo más importante para mì. Pero además, perdonar es un acto que solo puede ser ejercido por personas valientes, que son capaces de aceptar sus errores y reconocer las virtudes de los demás, aunque éstos los superen largamente. Ya lo decía Mahatma Gandhi: «Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.»
Especialmente en el mantenimiento de una relación personal tan emocional como es la de pareja, siempre estará expuesta a malas interpretaciones, actuaciones desacertadas, omisiones involuntarias y susceptibilidades a flor de piel. Por tanto, las palabras o frases como discúlpame, perdóname, lo siento, lo lamento, no quise ofenderte, te prometo que tendré más cuidado, tienen un valor incuestionable.
¿Qué recurso de discusión quedaría a la otra parte frente a un error nuestro, luego que sinceramente pidamos disculpa o perdón?
Si con humildad aceptamos que hemos actuado incorrectamente y solicitamos una disculpa ¿Qué mayor demostración de amor e interés por la relación que reconocer el error y solicitar perdón? ¿Quién podría negarse a concederla, máxime en el caso de una persona que convive con nosotros y que también nos ama? ¿No fue acaso eso lo que quiso significar Jesús cuando enseñó que hay que ir a reconciliarse con el hermano antes de la ofrenda? ¿No es acaso el mejor hermano quien comparte contigo todos los días de tu vida y no es acaso la mejor ofrenda el amor?
Eso fue lo maravilloso de esa enseñanza de Jesús, la cual selló para siempre cuando, en su último momento de vida, solicitó a su padre el perdón para quienes más daño le hicieron porque terminaron con su vida, e imploró: «PADRE, PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN.»
Cuántas veces en nuestra vida diaria de pareja mal interpretamos acciones o palabras, o no entendemos reacciones absolutamente justificadas, que luego resulta que aceptamos fueron consecuencia de una omisión o actuación involuntaria, pero errada de nuestra parte. ¿Qué sería de la relación si quien comete el acto erróneo no tuviera el valor y la nobleza de aceptar humildemente su error y solicitar la disculpa o el perdón? Lo menos que se podría esperar sería una acumulación de sentimientos de frustración y desencanto, que cuando llegaran a su máximo extremo, al explotar, producirían graves problemas, inclusive poner en riesgo la estabilidad familiar.
Siendo así, en tales situaciones la actuación inteligente, solidaria y si se quiere de autoprotección, lo es precisamente la palabra salvadora de la disculpa o el perdón, acompañada del sincero propósito de enmienda, que conlleva el compromiso interno de evitar repetirlas.
Creo muy remota la posibilidad real de mantener algún tipo de relación humana, independiente de cual fuere su rango, sin que medie la permanente disposición de, en caso de actuación errónea o inconveniente, solicitar la disculpa o el perdón. Porque de alguna manera el respeto es su hermano gemelo, y por tanto pudiera ser la forma más gráfica de demostrarlo permanentemente.
Cuando en mi vida me he visto precisado a pedir disculpa o perdón -que han sido muchas veces- para darme valor siempre recuerdo a Jesús, cuando enseñaba: «Porque lo que hagas a los demás, eso ellos harán por tí.»
Próxima Entrega: EL SEXO DE PAREJA I
EFECTOS POSITIVOS DEL PERDON I
Posted in AMOR, FELICIDAD, JESUCRISTO, PERDON, tagged AMOR, FELICIDAD, JESUCRISTO, PERDON on 14/12/2007| 2 Comments »
En una oportunidad leí que «El perdón es divino…» Suscribo en su totalidad esa máxima, porque el hecho de perdonar a quienes nos agravian sin que nada de dolor o rencor quede en nuestro corazón y extirpando de nuestra alma todo sentimiento de frustración o revanchismo, ciertamente nos acerca a Dios y eso nos da un destello de divinidad. Es que el acto de perdonar nos eleva por encima de nuestras miserias humanas. Cuando perdonamos y olvidamos, simplemente vencemos nuestros sentimientos originarios, permitiendo que nuestra espiritualidad supere nuestro instinto natural.
Pero la recompensa del perdón es grande porque sobreviene la tranquilidad y el sosiego, vuelve la calma y se llenan vacíos espirituales. El alma se siente superada, elevada… más limpia. Sentimos que estamos más cerca de Dios. Para Jesús el perdón era tan importante que condicionó el contacto del hombre con Dios a la práctica del perdón, cuando sentenció: «Cuando vengas a hacer una ofrenda y tengas problema pendiente con tu hermano, anda primero y arréglalo y luego ven a hacer tu ofrenda.» Como Él consideraba que el perdón limpia el alma, con esta admonición quiso decirnos que mientras no tengamos nuestra alma limpia no debemos hacer nuestra ofrenda (oración), siendo que para limpiarla simplemente debemos perdonar a quienes nos ofenden.
Tan importante sería el perdón para Jesús que cuando enseñó la más excelsa de todas las oraciones como el Padre Nuestro, condicionó el perdón de su Padre a que a nuestra vez perdonásemos a quienes nos ofenden, cuando dijo: «Padre nuestro (…) perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores…». Lo cual es como decir: si yo no perdono tú no tienes porque perdonarme.
Por otra parte, en las enseñanzas a sus Apóstoles también les decía: «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial.» Y yo puedo dar testimonio de la gravedad para el agraviado de no perdonar, porque tuve la oportunidad de conocer personas que por años vivieron una vida espiritualmente miserable, por sufrir de angustias indeterminables por ellos mismos, hasta que pudieron intuir que el origen de tal estado permanente de mal ánimo, lo era precisamente el recuerdo doloroso por los agravios recibidos. Al identificar el problema perdonaron con el firme propósito de olvidar y el remedio fue efectivo: volvió la calma a su alma y mejoró substancialmente su estado de ánimo.
La misma situación de angustia y desasosiego se da en el ser humano que estando consciente de que ha cometido errores, actuaciones u omisiones que han causado daño a otras personas, no se perdonan a sí mismos. En estos casos, luego de reconocerlo, meditarlo y procesarlo, al perdonarnos nos elevamos por encima de nuestra propia materialidad, nos acercamos a Dios y sentimos otra vez nuestra alma limpia y la recompensa es la tranquilidad espiritual, que es el mejor remedio para eliminar la angustia.
Es que perdonar es amar y amarse, y conviene recordar que «Sólo el amor puede vencer el odio.» No deberíamos olvidar que fue por amor que fuimos diseñados por Dios y por amor engendrados y concebidos por nuestros padres.
Considero que algunos paradigmas muy comunes lo único que han hecho es producir problemas. Por ejemplo, aquel de que «Hay ofensas tan graves que no se pueden perdonar» Siempre me ha parecido muy emocional pero nada inteligente ni práctico, o por lo menos nada beneficioso al agraviado. En principio el mayor efecto dañoso del agravio se produce en la misma medida en que el agraviado lo recuerde. Por tanto, mientras el ofendido recuerde el agravio, sufrirá por ese ingrato recuerdo, con el agravante de que pudiera ser que el ofensor ya ni siquiera recuerde el evento dañoso.
Mientras no se olvide el agravio se estará trabajando a favor del agraviante, ayudándole a lograr mejor su objetivo: producir sufrimiento; y para evitar ese dolor la mejor solución es perdonar y… olvidar. Cuando se logra olvidar y perdonar, simplemente se gana la partida porque pierde su efecto el daño y el agraviado se pone fuera del alcance del adversario, al constituirse el perdón en una solución liberatoria.
Como lo escribiera Francoise de La Rochefocauld: «Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.»
Con absoluta certeza debo referirles que la sed de venganza y el desasosiego que produce el recuerdo del agravio cuando no ha sido perdonado, afecta gravemente nuestro cuerpo físico. Hoy ya no es una especulación sin base científica, el que cuando estamos llenos de rencor nuestra química corporal se altera y nos produce un estado neurótico, que nos hace más vulnerables al desmejoramiento de nuestra salud física y psíquica.
El estado mental que produce el recordar el agravio por no haberlo perdonado, nos convierte en receptores de estrés y como consecuencia, en una fuente generadora de enfermedades, disminuyendo nuestra capacidad de disfrutar de las cosas hermosas que existen en el ambiente que nos rodea, y que hacen agradables y confortables todos los días de nuestra vida.
Por otra parte, descubrimientos científicos en los últimos veinticinco años del Siglo pasado, nos han demostrado la capacidad de nuestro cuerpo de generar hormonas beneficiosas a nuestra salud física, tales como las endorfinas y las feromonas, cuales únicamente surgen y se desarrollan cuando nuestro estado de animo está en su mejor momento, como en ocasiones de alegría y en la práctica de los deportes. Las primeras, conforme al criterio de los doctores Guillemín y Huges (1975) son «moléculas polipeptídicas, en realidad drogas que segrega el cerebro», las cuales tienen un efecto inmediato y casi mágico sobre el carácter del ser humano, e inclusive en el dolor en su parte física.
Dentro de los beneficios de esas hormonas podemos asegurar que son extraordinariamente positivas en el mantenimiento de la lozanía de la piel y el sistema capilar, así como que en estados mórbidos graves como en el caso de células cancerígenas, estas hormonas contribuyen a reforzar las células sanas que al final pueden destruir las enfermas…
Próxima Entrega: EFECTOS POSITIVOS DEL PERDON (PARTE II)