«LA HUMANIDAD HA ATRAVEZADO MUCHAS CRISIS, PERO EL HOMBRE SIEMPRE LAS HA SUPERADO.»
Los humanos siempre hemos vivido situaciones críticas: la guerra, la pobreza, la injusta redistribución de la riqueza, el fanatismo religioso y el radicalismo político han sido las principales fuentes de las crisis humanas; pero siempre, independiente de su origen, el hombre las ha superado y ha salido adelante. De no haber sido así, habríamos desaparecido como especie de la faz de la tierra.
Hoy tenemos que enfrentar quizás la más imprevista, y por su magnitud, global. Se trata de una inadvertida crisis económica de proporciones impredecibles, que amenaza aumentar la pobreza y el hambre de bastos sectores de la humanidad.
¿Qué sucedió que iniciando el Siglo de mayor desarrollo científico, nadie pudo preverla, advertirla a tiempo, o hacer algo para evitarla o aminorarla?
Creo que pasarán años antes de que tengamos una respuesta apropiada, si es que algún día llegamos a tenerla. Por cierto, por ahora no nos serviría de mucho. El mal está hecho y los efectos a corto y mediano plazo se presumen devastadores. Pero está aquí; en menos de dos meses, como en todas las crisis, unos, los menos ganaron, y otros, los más numerosos perdieron, y… seguirá perdiendo.
¿Quiénes son los responsables de tan terrible escenario? Pienso que los mayores depositaros de poder y conocimiento: las grandes potencias mundiales, a quienes poco importa lo que pase más allá de sus fronteras. No obstante, esta vez el problema también los afecta; al menos en los Estados Unidos ya empezó a generar cambios trascendentales.
El resultado de un modelo económico que no fue diseñado en función de la felicidad de todos los hombres, sino para el beneficio de aquellos pocos que manejan el poder económico y político, no se hará esperar: muchos pobres más vulnerables que nunca y los pocos ricos, aún más fuertes.
Sin embargo, sobreviviremos. Al fin y al cabo, seguimos con vida y mientras tengamos vida tendremos esperanza. Se requiere asumir la realidad de la situación, procesar sus posibles consecuencias y movilizarse de inmediato; cada cual en su esfera personal en pro de enfrentarla de la mejor manera posible.
Quienes tenemos fe en que Dios está con nosotros, no tenemos temor. Pediremos guía y si somos diligentes en lo que hacemos, sin duda Él proveerá. Lo más importante es evitar una crisis espiritual y será suficiente actuar de forma correcta, en función propia y bienestar de los demás para tener el espíritu tranquilo; todo lo demás vendrá por añadidura.
No entraremos en pánico. No estamos aquí por accidente sino por un plan divino. El poder heredado de Dios se impondrá y no pereceremos. Actuaremos conforme a cada circunstancia; seremos del tamaño del problema; nos adaptaremos a las nuevas condiciones; enfrentaremos los asuntos y los resolveremos de la mejor manera posible, porque además de nuestro carácter y valor, Dios, como siempre, estará aquí para ayudarnos y si Él está con nosotros… ¿Quién podría destruirnos?
No hay crisis suficiente para vencer a un hijo de Dios optimista, valiente, diligente y decidido.
PROXIMA ENTREGA: ¿LA EDAD CONVENIENTE?
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