“MIS OJOS FISICOS OBSERVAN EL DIA Y LA NOCHE; MI ALMA NO TIENE
DIMENSIÒN DE TIEMPO”
Mi alma, que es eterna, no envejece ni se hace obsoleta. Revisando algunas de mis fotografías más queridas, precisamente de la noche que conocí a mi esposa, me llené de gratísima evocación. Abrí los de mi alma, que me ubicaron en ese ambiente especial y mágico, donde se definió la parte más bella y edificante de mi vida.
Esa regresión de cuarenta años refrescó mis más íntimos sentimientos, al pasearme por la imagen imborrable de esas personas; un ambiente que volví a sentir en su detalles, y algunas frases inolvidables que, de alguna manera, fueron premonitorias de ese futuro maravilloso, que ambos constituimos en un presente… permanente.
Como rechazo la nostalgia, di rienda suelta a mi recreación visual interna para vivir otra vez en ese mundo virtual del recuerdo feliz, esas emociones que los años no han podido envejecer y que los ojos físicos, ocupados en la vida diaria, no pueden detectar ni permitirme disfrutar.
Me vi hilvanando con hebras color de fantasía nuestros sueños, que luego, con mucho amor, optimismo, fe, comprensión y aceptación, hicimos realidad.
Sentí en mi cara interior, la calidez de una noche de verano; la mano suavemente firme de quien desde entonces tomó la mía para hacer de las dos una sola; las voces inaudibles del futuro que sólo oye nuestro espíritu diciendo… ven; y esa emoción especial e indefinible de atracción-sorpresa, atemorizante pero prometedora, únicamente descifrable por los enamorados.
Esa visión arrobadora, de vida y de tiempo, sólo puedo experimentarla con esos ojos mágicos, invisibles pero presentes de mi alma, que Dios me regaló, precisamente, para que no perdiera nunca la visión interna de mí mismo, que no envejece ni pierde el sentido de eternidad, cual es lo que me hace amar mi vida física, que es temporal pero real, emocionante y que estoy obligado a vivir intensamente, con deleite, con fruición con sentido inmutable de… presente.
Si abriésemos a menudo nuestros ojos del alma, nos amaríamos más; veríamos mejor la perspectiva real de una vida que es mucho mejor de lo que, algunas veces, nosotros mismos nos la hacemos; y especialmente, reconoceríamos todo lo maravilloso que es contar, todos los días, con la compañía de nuestros insustituibles hermanos… humanos.
Que hermoso texto, que hermosos ojos del alma que tienes!
Gracias por compartir ! Un abrazo
Dr. Castillo:
Una vez más visito su página que es muy enriquecedora en todos los sentidos.
Aprovecho para desearle felices pascuas y salud y prosperidad en en año próximo, deseos que hago extensivos a su familia.
Un abrazo,
Milagros
Amigo, como siempre con mensajes tan ciertos, muy lindos, enriquecedores.
Dios te bendiga a ti, a Nancy, a los hijos.
Doy gracias a Dios por conocerlos
Un gran abraso, los mejores deseos en este nuevo año, que el 2011 venga cargado de todo lo mejor del universo para Uds.
Un gran abraso y muchas bendiciones