
«Pasaré una sola vez por este camino; de modo que cualquier bien que pueda hacer o cualquier cortesía que pueda tener para con cualquier ser humano, que sea ahora. No lo dejaré para mañana, ni la olvidaré, porque nunca más volveré a pasar por aquí.»
Lo que para Dale Carneige era «este camino», para mí lo es mi vida. Por eso no dejo pasar oportunidad para ser cortés con cualquier ser humano, ni tampoco lo dejo para mañana como él lo predicaba. Cuando me levanto comienzo por ser cortés con este mundo… mi mundo, y doy gracias a mi padre celestial por esas muchas bendiciones que me ha obsequiado.
Así, cuando abro mis ojos en la mañana y observo la luz del día, siendo que tengo la certeza de que tantas personas sobre la tierra nunca lo han hecho, ni podrán hacerlo jamás; cuando oigo el dulce canto de los pájaros, cuando millones de mis hermanos no pueden ni podrán hacerlo nunca; cuando observo sobre la cama, aún sin despertar y a mi lado a mi compañera de viaje largo, quien por más de treinta y siete años me ha hecho feliz, mientras tantas personas igual que yo hijas de Dios, desearían despertarse al lado de alguien que, aunque no les hiciera muy felices, por lo menos les hiciera compañía, pero no lo hacen porque están… muy solas, entonces me echo de rodillas y doy gracias a mi padre Celestial por esas bendiciones de que disfruto.
Cuando observo los retratos de mis cinco hijos y mis nueve nietos, mientras estoy consciente que millones de hombres y mujeres, por algún motivo extraño de la naturaleza nunca podrán lograrlo. Cuando a mis sesenta y seis años de edad, subo los veinte peldaños de la escalera de mi habitación, mientras millones de mis hermanos humanos, no solamente no podrían subir ni los primeros cinco peldaños porque están enfermos, sino que otros aunque quisieran y tuviesen la fuerza física o salud para hacerlo, no tienen esa posibilidad porque carecen de piernas, siento que soy un hijo privilegiado de Dios y lo agradezco con toda mi alma.
Con todos esos regalos de mi Hacedor en mi haber, pido que me de mucha fuerza y más amor para entender y ayudar a esos millones de mis hermanos que carecen de todos los privilegios que a mí me permite disfrutar. Pero no solamente aquellos que carecen de facultades físicas, porque aún con tales limitaciones pudiera ser que sean felices, sino de aquellos que teniendo tanto no lo perciben suficientemente.
Pido por y para aquellos que teniendo a su alcance la posibilidad de ser felices no pueden entender que es dentro de ellos mismos y por su propia convicción como pueden lograr el éxito de sus vidas, representada en una existencia armónica, en paz consigo mismo y su entorno; donde los valores trascendentales como el amor, el respeto, la consideración, el reconocimiento, la sensibilidad, la solidaridad, la lealtad, la aceptación, la generosidad y la caridad, no son físicos o tangibles y por lo tanto no se requieren para obtenerlos de ningún recurso que no sea la propia voluntad y la nobleza de alma.
Es por esas personas mi mayor preocupación. Me entristece sentir que en su errado concepto de contar sus carencias pero no sus bendiciones, se les va lo más hermoso de la vida, mientras descuidan sus valores espirituales que son realmente trascendentes, los cuales por cierto no pueden lograrse a cambio de bienes materiales.
Me deprime observar como en esa vía de lograr beneficios únicamente materiales, van perdiendo la capacidad de vivir el maravilloso mundo de las cosas sencillas, como la risa de los niños, el ruido del agua cayendo de la fuente, el color de las flores, el beso de despedida o llegada del ser amado, la lectura nocturna del cuento a los niños o la asistencia al juego de fútbol de nuestro futuro campeón y el desayuno entusiasta con esa guerrera de todos los días que es nuestra pareja.
Por ellos y para ellos escribo hoy. Lo hago desde lo más profundo de mi alma y con marcado sentimiento de dolor, pero con esperanza; porque es posible que estas reflexiones, de alguna manera abran esa rendija mínima, pero siempre presente, que todos tenemos en nuestra fábrica de sueños, y de tal manera recapaciten sobre dónde estamos ubicados dentro del contexto tratado y actúen en consecuencia, con la seguridad de que todos los momentos son buenos para comenzar o… regresar.
Si tienes alguna duda o requieres aclaración sobre el tema aquí tratado, el correo del autor está disponible: amauricastillo@gmail.com
Próxima Entrega: LA RELIGION Y EL ESPIRITU
BIEN POR ESTE COMENTARIO! AUNQUE SIEMPRE TRATO DE APROVECHAR AL MAXIMO TODAS LAS EXPERIENCIAS DEL DIA A DIA Y DISFRUTARLAS, CON LA FAMILIA, LOS AMIGOS EL TRABAJO ECT. SIEMPRE ES BUENO ESTAS LECTURAS QUE TE REFRESCAN SALUDOS.
Dios los bendiga por ese hermoso trabajo. Dios ha puesto en sus corazones ese mandamiento tan hermoso de amar al pròjimo como a ti mismo. Que nuestro Señor Jesucristo los continùe iluminando en esa obra tan hermosa.
Feliz Navidad
HOLA!!
Que precioso texto escrito con tanto sentimiento y tanta sabiduría de la que te aportado la vida a lo largo del tiempo!!!
Un saludo
Hola escribo este corto mensaje para agradecerle al Dr Amaury por la sensibilidad y al mismo tiempo la profundidad de sus pensamientos, las personas que podamos tener la oportunidad de leer su mensaje nos sentiremos reconfortadas en nuestro camino por la vida, tendremos la mision de compartir este mensaje con mas pesonas, nuevamente gracias Dr Amaury por tener la capacidad de cruzar en la vida de mas seres humanos y dejarles una huella y un mensaje de optimismo y prosperidad…para que recuerden que pueden seguir adelante…
Luis Reyes.
Gracias por hacerme recordar
Una buena palabra puede arreglar el dia de alguien o dañarlo, o mas aun la vida, increíble que algo tan simple tenga tanto poder.
Gracias por compartir un pedacito de ese gran corazón!!!!