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Archive for the ‘DIOS ES AMOR’ Category

Hoy mantuve dos reuniones interesantes; la primera, con un activo luchador social e inscrito desde siempre en las teorías izquierdistas; la segunda, una empresaria desde el punto de vista filosófico-político, en el lado opuesto. En ambas la constante fue la preocupación por los vacíos existenciales que no logra llenar el poder, la riqueza ni la fama, que para mí responde a la necesidad de encontrar un medio para crecer espiritualmente.

Se trata del hastío de tanto materialismo que pretende imponerse frente a los principios y valores que fueron las raíces sobre las cuales cimentamos el desarrollo de familias honestas, con padres e hijos que disfrutaran de gozo, plenitud y solidaridad perdurables, pero conscientes de su importante rol individual, como guardianes de esos principios y valores, sin los cuales el hombre deja de ser importante frente al poder, la riqueza y la fama.

Quienes hemos mantenido esos principios y valores, dentro de los cuales Dios y el amor al prójimo son los principales, ni tenemos vacíos vivenciales, ni tenemos temores; porque al sentirnos hijos de Dios y por tanto imbuidos de su poder y amor, haciendo introspección del compromiso con nuestro congéneres, así como nuestra extraordinaria capacidad de adaptación a cualquier situación por muy difícil que fuere, la plenitud es tal, que no tenemos espacio para ningún vacío, porque ese coctel maravilloso compromiso-amor es demasiado dinámico, renovador y reconfortante.

No existen mecanismos de carácter externo, que divorciados de los principios y valores humanos, puedan substituir la espiritualidad de que éstos últimos están imbuidos; y como consecuencia, no son los elementos materiales como la riqueza o el poder, los que pudieran llenar esos vacíos que nacen y sólo pueden ser satisfechos por elementos intangibles como el amor, la solidaridad y el respeto por la persona humana, prioritarios frente a cualquier circunstancia económica, de poder o bienes tangibles.

Siento que se hace necesario reencontrarnos con la espiritualidad, dando oportunidad de expandir hacia el exterior ese potencial de amor y solidaridad humana, que todos tenemos como parte de nuestra herencia divina; aceptando gozosos, que nuestro espíritu prevalece frente a nuestra condición física, y por tanto es allí donde nace y se desarrolla la esencia de nuestra individualidad; y que de él depende la indispensable armonía físico-espiritual, que nos blinda frente a cualquier tentación, debilidad o adversidad, pero muy especialmente frente a esa insatisfacción angustiosa, de sentir y no saber como llenar esos vacíos… existenciales.

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“TODOS SOMOS UNO EN SIMBIOSIS CON DIOS”

Playa-Ferrara-En-Torrox-Costa-Provincia-de-Malaga_7555Nuestra naturaleza gregaria nos hace conectarnos con la idea de compartir vivencias, experiencias y… ayuda mutua, como condición para lograr una vida plena, cual no es posible obtener aislados o en solitario. Por tanto, requerimos desarrollar la actitud de sentir a las personas e interesarnos por sus particulares situaciones.

Conectarnos con el alma del prójimo es imbuirnos de su situación, compartiendo sus penas y problemas; dando apoyo moral y físico, a fin de hacer menos pesada su carga, porque cualquier situación siempre es más llevadera entre dos o más. Somos un todo con Dios y con el resto de los demás seres humanos, por lo cual las experiencias de mi hermano, de alguna manera tocan mi bienestar.

Funcionamos como órganos de un mismo cuerpo; si alguno se afecta, influye en su integralidad funcional y resultado. Cuando disfrutamos el éxito de nuestros hermanos o nos solidarizamos con su dolor y abriendo el corazón ofrecemos la mano solidaria, estamos contribuyendo con nuestro propio bienestar. Es que es difícil ser felices en soledad y todos necesitamos de… todos.

Compartir es condición indispensable para lograr nuestra realización material y espiritual. Nuestros hermanos humanos son el mayor regalo de Dios, ya que sin ellos nuestra vida no tendría significado.

Por eso tenemos que amarlos, aceptarlos, entenderlos, edificarlos y convertirlos en parte de nuestra propia preocupación. Fue eso lo que quiso significar Jesús cuando enseñaba: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” En esa sencilla expresión nos legó un compendio de amor, fe y esperanza en nuestros congéneres; pero también, por nuestra diversidad natural, nos dejó un compromiso: aceptar a nuestros semejantes como Dios los creó, porque al diseñarnos a su imagen y semejanza, nos hizo únicos y especiales.

Dios es amor, esencia, energía y poder juntos, más allá del tiempo y el espacio. Si reflexionamos sinceramente, entenderemos todo lo hermoso, amoroso, sensible y solidario que existe dentro de cada ser humano, siempre esperando que alguien toque la puerta y lo despierte, para saciar su sed de dar.

Tenemos necesidad de sentir que somos parte de un todo que es sinérgico, universal y poderoso; que no estamos aislados sino conectados, y que nuestros asuntos y los de las demás personas son de interés universal; que Dios nos puso sobre esta tierra para acompañarnos, amarnos, ayudarnos y jamás nos dejará solos. No asimilarlo y aprovecharse de ello, sería un desperdicio y una torpeza… imperdonables.

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«Escuchar a  un desventurado con amor y respeto, es el mayor acto de Caridad.»

CIELO III

La caridad es virtud innata en el hombre, porque corresponde a su esencia divina. No obstante, a medida que crece, la sociedad, inmersa en el temor y desconfianza, le crea mecanismos de defensa, que limitan su actuación generosa y disminuyen su capacidad para dar lo mejor de sí mismo.

Frente a ese panorama negativo, el individuo se siente inseguro y actúa en protección de sus intereses exclusivos, obviando el entorno grupal con lo cual se abstraerse de su obligación social, desperdiciando el disfrute del calor humano y los múltiples beneficios que aportar la relación interpersonal desprejuiciada con quienes conforman su propia especie, dentro de los cuales, quizás el mayor, sería vencer la soledad.

Como una constante en nuestra vida, en los peores momentos aparece una circunstancias, que hace menos dura la existencia en sí misma es compleja, pero que indefectiblemente debemos experimentar. Se trata de ese sentimiento que nos eleva por encima de nuestra propia originalidad, anteponiendo la parte espiritual a toda materialidad: LA CARIDAD

Ese sentimiento maravilloso, surge espontáneo y saca a flote lo mejor de nuestra personalidad, para ofrendarlo a nuestro hermano cuando requiere ayuda. Es ese pedacito de Dios que convive con nosotros y que, aunque físicamente no podemos detectarlo, es tan fuerte que disminuye a su más bajo nivel, esos mecanismos de defensa que por progresivo temor, fuimos desarrollando frente a nuestros hermanos humanos.

La caridad es una sola, pero tiene manifestaciones variadas que, aunque todas son elevadas, la más útil, hermosa y edificante, es aquella que se materializa con la ayuda a quienes se encuentran solos y necesitados de tranquilidad espiritual, porque la frustración, desesperación, perturbación o desorientación.

Escuchar con paciencia, respeto, comprensión y solidaridad a quien lo necesita, es acto más humano y provechoso que regalar comida, dinero o cualquier bien físico, porque para donar cosas materiales no se requieren capacidades especiales, pero para entender, especialmente los desventurados, se requiere espíritu elevado, nobleza de alma y corazón abierto.

Cuando se auxilia al necesitado con bienes económicos, su alcance y duración son limitados. En cambio, cuando se ofrenda el depurado sentimiento del amor al hermano desvalido, que conlleva comprensión, solidaridad y respeto, además de la intención y el acto, requiere la confianza del receptor en la buena intención e idoneidad de quien lo prodiga; y eso, realmente, es una condición difícil y especial.

Graves decisiones, situaciones indeseables y suicidios, habrían podido evitarse si esas desventuradas víctimas de la perturbación, falta de fe, incomprensión social, y en ocasiones por causa de su propio infierno interno, hubieran encontrado a tiempo alguien a quien confiar su problema, o simplemente en quien descargar esa frustración que obnubila y pesa tanto en el alma de las personas.

La palabra amiga y el corazón abierto para quienes sufren una desventura, son como gotas de rocío que refrescan el alma y restituyen la confianza en que, en cuanto tengamos confianza en Dios, todo problema o situación, sin ninguna excepción, siempre tendrá una solución posible.

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YO (ANTIGUO LOOK), MATT Y JENNY CON SUS HIJOS RIVER, MARCHI STORY)

Hoy debo tratar sobre aquellos hombres que pierden la ruta de cómo hacer bien las cosas en el plano familiar. He tenido amigos financieramente exitosos, pero sentimental y familiarmente… fracasados; de sus experiencias aprendí, que ciertos errores  en el plano personal, difícilmente la vida los perdona.

En la combinación familia-profesión/trabajo, he visto los casos más tristes. No obstante que el modelo económico actual  propone como verdad que el  mayor éxito de un ser humano lo es en su profesión y caudal económico, para la familia donde se ama a esposo y padre  auténtico, lo más importante es la convivencia amorosa y solidaria.

Cuando una mujer escoge un hombre para constituir un hogar cálido, afectuoso, edificante y… permanente, esencialmente busca amor, compañía, lealtad y solidaridad. Es que, aun disfrutando la cónyuge de los éxitos profesionales de su pareja, no fue su intención la fama o las cifras de una cuenta bancaria, sino la de un marido; porque hoy las mujeres tienen las mismas oportunidades que cualquier hombre, sin requerir apoyos adicionales.

¿De qué sirve acrecentar la riqueza personal, si se sacrifica  la familia? Lo que  hace la familia especial para un hombre, es disfrutar a plenitud del amor de su esposa, compartiendo con ella esos inolvidables momentos, como ver dar los primeros pasos a los hijos, oír sus primeras palabras, disfrutar sus cumpleaños, asistir a sus presentaciones en la escuela  y observar su rendimiento,  sentarse en la cama con ellos cuando están enfermos. Pero esas son situaciones especiales y únicas que tienen su momento cumbre, cual si se pierde desventuradamente nunca volverán.

Envejecemos y con los años, el dedicar más tiempo a batallar por una vida que no entendemos en su verdadera magnos lleva a descuidar ese pequeño pero trascendental mundo de las cosas sencillas, que se desarrolla en el hogar y no en el trabajo o las reuniones de negocios,   perdiendo la bellezaz e intimidad de esa fuente  de paz y amor que se llama… hogar.

Para el cónyuge, la ternura, pasión, solidaridad, reconocimiento, comprensión y buena comunicación, no puede sustituirlas una cuenta bancaria, fama o poder. El amor físico-espiritual no conoce elementos tangibles, porque en lo interno donde vive, las cosas materiales no tienen trascendencia.

Para los hijos, que crecen, se van y constituyen sus propios hogares, en su recuerdo es más importante la asistencia de su padre a un acto cultural, que los caros regalos o las placas de reconocimiento de su padre. El mundo de los niños es tan reducido y vulnerable, que papá y mamá prácticamente lo son todo. Por eso, el único recuerdo de su hogar primigenio que perdura, es el de los buenos momentos con sus padres. No recuerdan los honores o éxitos económicos de éstos, sino esos momentos que  con ellos compartieron en la intimidad del hogar.

Es la tragedia de quienes no entienden estas verdades y dedican su vida a atesorar dinero, fama o poder, dejando en segundo lugar la familia, que al final, de la manera más triste, terminan su vida sin compensación afectiva, y en algunos casos, en la mayor desgracia de un ser humano: solos en su vejez.

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voyage-vienne-paris_intro1 «DEBEMOS DARNOS LA OPORTUNIDAD DE EQUIVOCARNOS»

Individualmente todos andamos por un mismo camino, para unos largo y accidentado que los hace taciturnos y tristes; pero para otros es divertido, agradable y emocionante, que los convierte en  alegres y felices.

¿Qué diferencia unos de otros? La forma de ver la vida y las cosas; su actitud para recibir, asumir y enfrentar sus circunstancias personales cotidianas.

Los primeros, permanentemente contabilizan sus carencias, ilusiones y sueños no alcanzados; los segundos cuentan sus bendiciones, restando importancia a sus insuficiencias; se ilusionan con las cosas bellas que ofrece la vida y disfrutan intentando lograr sus sueños.

En lo tocante a lograr una pareja, tan importante para nuestra realización material-espiritual, me corresponde observar que, independiente de cuantas veces lo hayamos intentado, siempre en la vía hay alguien que viene con nuestras mismas ambiciones, sueños y esperanzas.

Ese alguien, al igual que nosotros, no ha definido una forma corporal ideal, raza o posición social, sino que antepone a estos factores, los valores fundamentales de amor, respeto, consideración, aceptación, solidaridad, lealtad y deseos de compartir integralmente… todo.

Amar la vida, derrochar buen humor y sentirnos optimistas como especiales hijos de Dios, nos presenta vitales, entusiastas y agradables; convirtiéndonos en paraje bello y sombreado, agradable para la contemplación y el reposo, donde ese alguien que esperamos no puede abstraerse de hacer un stop en el camino, para aceptar la invitación a compartir el descanso a sus cansados pies y el reposo a su alma.

Sólo se requiere jugarle a la vida abriendo el corazón y la mente; bajar los mecanismos de defensa; disponernos a dar más de lo que recibamos; aceptar a las personas como son para ser también aceptados; sembrar para luego cosechar; arriesgar a equivocarnos; pero por sobre todo: amar sinceramente, sin temor, sin reservas.

¿Qué podemos equivocarnos?

Claro que podemos equivocarnos, pero debemos insistir y correr el riesgo tantas veces cuantas fuere necesario. Al fin y al cabo, por el camino vienen y van muchas personas que coinciden con nosotros en sentimientos y ambiciones; tropezaremos con una, se producirá el contacto mágico, la luz se hará más clara, y la noche más hermosa; escucharemos las campanas del viento, sentiremos aromas de flores desconocidas, la luna nos guiñará su ojo de estrella, y como por arte de magia, llegarà o  renacerá el amor y ya nunca más estaremos… solos.

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250px-a_woman_thinking «SOMOS CUANTO Y COMO PENSAMOS»

Sin ánimo de adentrarnos en lo científico-neural, independiente del sistema neurovegetativo, en cada milésima de segundo y de manera continua, nuestro cerebro, en su actividad intelectual hace lo mismo: pensar, y conforme a esos pensamientos se comporta la parte más importante de nuestro ser consciente para producirnos felicidad: nuestro estado de ánimo.

Somos cuanto y como pensamos. En lenguaje llano, existe un flujo de pensamientos que establecen una corriente interminable de ideas, derivados  de nuestra actividad consciente, los que no nos abandonan ni siquiera cuando dormimos, y de los cuales me referiré objetiva, pero sumariamente, destacando como afectan nuestra vida diaria.

Los humanos somos una unidad físico-espiritual, con una prodigiosa capacidad de adaptación al medio y las circunstancias, que nos hace poderosos frente a la negatividad, en la misma medida en que hacemos nuestra la positividad. Nos corresponde por tanto filtrar ese flujo de pensamientos, de tal manera que sólo aceptemos los positivos, cuales enriquecen nuestro estado de ánimo.

En general, salvo casos patológicos, todos los seres humanos tenemos más o menos los mismos pensamientos; siendo entonces que como consecuencia, cada uno diseña su mundo mental a su propio gusto y voluntad. Por ejemplo, quien admira las fieras le complace su fortaleza, estatura, fuerza y desea su protección; mientras para quien le teme, esa misma visión le aterra y desearía su destrucción.

¿Qué determina la sensación de agradable o desagradable? Sin duda nuestro cerebro en su producción más abundante: los pensamientos, que corresponden a la identidad personal.

Cualquier evento imaginable, incluida la muerte puede ser desagradable o aterrador para algunos, mientras que para otros puede ser, sino agradable, por lo menos considerado una etapa normal a cubrir en el proceso vivencial.

Las herramientas más efectivas para rechazar, o cambiar lo negativo en positivo,  están a mano y dependen de nosotros mismos: Dios que es amor, alegría, buen humor, bondad, entusiasmo, fe, esperanza, compasión, caridad, sensibilidad y solidaridad humanas. Todo pensamiento negativo puede ser desterrado de la mente por la fuerza del amor, el sentimiento de inmediatez y unidad con Dios.

Como sabemos que los pensamientos positivos nos benefician pero los negativos nos perjudican, estamos obligados a crear barreras a estos últimos. Un buen mecanismo es pensando en Dios, sin preocuparnos por más allá de hoy, porque mañana traerá sus propios asuntos, cuales Él nos dará lucidez para resolverlos.

Me consta que podemos controlar nuestros pensamientos. Es necesario interesarse por esto y practicarlo. Les aseguro que vale la pena intentarlo. No lo deje para después, hágalo ahora mismo y verá que no es difícil pero sí muy remunerador, porque nos produce paz, tranquilidad y armonía, elementos fundamentales para lograr nuestra máxima ambición: ser felices.

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«TU Y YO SOMOS LAS ALAS Y NUESTRO AMOR EL VIENTO QUE NOS LLEVA»

burbuja-5Una de mis amigas lectoras me envió un mensaje con fotografías de una joven pareja y sus niños paseando por la calle, en un parque y luego en el supermercado; todos sinceramente… bellos, haciendo un conjunto que me enterneció y arrancó lágrimas de ternura, amor y agradecimiento a Dios, por regalarnos seres humanos tan elevados, que aún en presencia de las mayores adversidades, son ejemplo para recordarnos todo lo mucho que Dios nos ha dado.

El esposo era todo ternura con su esposa. En la primera fotografía, en el hospital, ella abrazaba a su recién nacido y se notaba la enorme cicatriz de la cesárea. En la segunda, ella besaba a sus chicos y ellos le respondían con ternura inocultable. En la tercera fotografía, en la calle, mientras los dos niños caminaban entusiasmados delante, él la llevaba tiernamente de la punta de sus dedos de la mano. En la cuarta fotografía, en el parque, el esposo la cargaba sobre su espalda mientras ella abrazaba su cuello y la familia entera celebraba como si se tratara de una broma.

La última fotografía, para mí la más tierna, fue tomada en el momento de hacer las compras en el supermercado. El esposo con una mano tiraba del carrito de mercado, sobre el cual había subido al niño más pequeño y con la otra mano, sonriente tiraba de la patineta sobre la cual su feliz esposa deslizaba su medio cuerpo, porque ella… no tenía piernas.

Tanto amor, tanta comprensión, tanta nobleza, tanta solidaridad, tanta alegría que no resignación, tanto agradecimiento al altísimo por disponer de una vida para dar y una persona a quien amar, que exhumaba aquel extraordinario y guapo joven esposo, contagiando a aquellos dos bellos niños, amalgamaban elementos fundamentales para constituirse en el cuadro más edificante y la más hermosa oración silente a Dios, que jamás haya presenciado.

Considero un privilegio recibir esos mensajes, señales y guiños de Dios, que nos recuerdan cuanto hemos recibido de la vida, porque fortalecen nuestra convicción que, únicamente disponer de esta existencia es ya una gran bendición; pero para quienes tenemos un cuerpo sano y una mente alerta, es un tesoro incuantificable que estamos obligados a disfrutar y agradecer todos los días.

Porque si una mujer que nació sin las dos piernas, mantiene su autoestima en alto, conforma una familia, logra amar y ser amada, haciendo felices a su esposo e hijos, quienes la miman y tratan con inocultable felicidad; si un hombre, joven, guapo y sano disfruta de ellos con el amor más tierno, es la ratificación de que en el alma de todo ser humano, anida ese pedacito de Dios, cuya herencia divina, de acuerdo a las circunstancias, le pone por encima de cualquier situación por adversa que fuere, y eleva su espíritu que es amor sobre su materialidad, para, como en este caso sembrar en nuestra alma fuertes semillas de… esperanza.

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«LA FELICIDAD DEBE CONSIDERARSE COMO UN OBJETO DE LA CIVILIZACIÓN»

Oswald.-

matt-and-jennifers-045Respecto de la felicidad, coincido con Oswald en que para  la civilización -que considero sinónimo de cultura- debe ser su objeto máximo; por tanto, se constituye en un derecho humano natural, orientado hacia el logro de un nivel de vida óptimo, que todos debemos procurar. Venturosamente, como lo veremos de seguidas, exclusivamente dependerá de nuestra disposición para crear las condiciones que la  materialice.

La felicidad no tiene una definición universal única, pero erróneamente las mayorías la imaginan dependiente de factores como riqueza, belleza, fama o poder. Sin embargo y sin desestimar que tales condiciones pudieran complementarla individualmente, no podrían por sí solas originarla o mantenerla.

Es que para producirnos felicidad  requerimos vincular el cuerpo al espíritu, lo cual nos produce sentimientos de realización material y espiritual, gracias a  dos elementos siempre a nuestro alcance: DIOS Y AMOR.

Tal sensación corporal-espiritual conviene diferenciarla de un acto agradable, cual únicamente resulta de  la parte física. Por ejemplo, cuando degustamos un trago de vino en solitario, nuestras papilas sólo reciben satisfacción corporal, pero al compartirlo con la persona amada se incorpora la parte espiritual y lo convierte en un acto feliz. Idénticamente, realizar el acto sexual para satisfacer la urgencia  biológica, sólo produciría satisfacción corporal; pero si lo experimentamos con la persona amada, al incorporar la parte espiritual representada por el amor, lo convertimos en un acto feliz.

La felicidad no es ni tiene por que ser permanente, cual sería lo deseable. Se constituye de momentos felices y como consecuencia, será más feliz quien acumule mayor número de momentos felices.

Como no existe felicidad sin el concurso del espíritu y éste es interno, deduciremos que somos nosotros en nuestro fuero interior, quienes decidimos cual evento o situación nos hace felices y cual no. Esta precisión nos blinda frente a quien deseare hacernos infelices, porque nadie puede penetrar nuestro interior y esto es un privilegio exclusivo del ser humano.

Próxima Entrega: LA PAREJA BINOMIO IDEAL

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«LA SOLEDAD Y DESAMPARO, SON MITOS QUE ROMPE EL AMOR Y LA CONFIANZA EN DIOS.»

imagesAyer, leí que un hermano venezolano asesinó a sus tres hijos y luego se suicidó; y digo hermano, porque era tan hijo de Dios y como nosotros, nació en esta noble tierra.

¿Por qué lo hizo? ¿Cuál fue su motivación?… Vaya usted a saberlo.

Para muchos, se trata de una noticia de «sucesos» o de la página «roja» de la prensa. Pero en verdad, es una gran tragedia, y estamos obligados a meditar y reflexionar sobre el por qué no solamente venció el mecanismo de defensa más arraigado de sobrevivencia física, sino que destrozó el nexo más hermoso, edificante, y si se quiere sagrado, de protección que nos vincula a nuestros hijos.

¿El nivel de culpabilidad de esos infelices no tendrá que ver con cada uno de nosotros? ¿Todos no somos uno con Dios? ¿Acaso… con la muerte de esos niños inocentes, de alguna manera no murió un pedacito de nosotros mismos?

Es urgente reflexionar sobre el por qué de esa cuasi-tragedia diaria en que hemos convertido este hermoso mundo, que en su máxima expresión se grafica en estos eventos; o al menos, introspeccionar qué nos toca hacer para ayudar a evitarla.

Factor dominante: ¿Soledad, tristeza, temor, rabia, frustración, desesperanza, dolor, insensibilidad e indiferencia afectiva? Quizás un poco de cada uno. Cuál de ellos el imperioso, no lo se; pero presiento el origen real… la fuente del problema: siendo nuestra especie vulnerable e indefensa frente a un medio ambiente determinado por una naturaleza de fuerza descomunal e incontenible, imprevista en sus grandes catástrofes; adicionado al deterioro progresivo de nuestro hábitat, cargado de variados y complejos asuntos que nuestra civilización ha inventado; sin un apoyo extraordinario, supra natural, la mente simplemente no resiste y explota en esa tragedia inconmensurable, y… el hombre mata al hombre.

Ante tan terrible realidad, no solamente lloro por los niños asesinados, sino también por esos desdichados actores, a quienes quizás, nunca, nadie les enseñó que no existe otra manera de hacer la vida buena, aún en sus peores momentos, que no fuere sintiendo amor en nuestro corazón, en su fuente principal: DIOS, que nos da fe y confianza en que somos uno con Él, y por tanto, nunca estamos solos ni desamparados.

Es un problema que nos afecta a todos, sin excepción. Todos estamos obligados a hacer algo, que no es tan difícil. Solo tenemos que amar, amar mucho a nuestros hermanos para que no se sientan solos, relegados, excluidos, ni desamparados. Requerimos hablar, interesarnos por sus problemas; abrir los brazos, el corazón y la mente para que todos nos sintamos hormigas de la misma cueva; pero especialmente, tenemos que ayudarlos a regresar al regazo de Dios, porque esa es la única protección real frente a un mundo, que con intención de hacerlo mejor, lo hemos convertido en muy complejo para lograr una realización personal, distorsionada por una creciente vanidad y antivalores como la riqueza fácil y el consumismo exagerado, que chocan con esos valores tradicionales que hicieron un mundo bueno para nuestros predecesores.

Ayer también se desgarró el corazón de una madre por su hijo que murió, que aún siendo el autor de esta tragedia, para ella sigue siendo… bueno; igual como lo fue Judas para la suya.

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«No andes solo porque si tropiezas no tendrás quien te levante y si estás triste no tendrás quien te consuele.»espalda-vista-pareja-posicion-medio-camino-bxp197277

Nuestra vida sobre esta maravillosa tierra de Dios, no es más que un avanzar, siempre en busca de algo mejor. De tal manera, desde que entendemos nuestra individualidad, capacidad y poder heredado de Dios,  iniciamos conscientemente la caminata en busca de la realización personal, y ya no pararemos hasta lograrla.

¿Quién nos lo enseña u ordena? Creo que lo traemos en los genes y tiene que ver con la inmutabilidad de nuestro sentido de avanzar y nunca retroceder. De alguna manera, es la concreción de que, ciertamente, somos espíritus utilizando esta experiencia física, para progresar y prepararnos para otro nivel más elevado, que sobrevendrá.

En esa corta pero interesante vida terrenal establecemos prioridades, dentro de las cuales pareciera la más importante agenciarnos compañía para el viaje, que al compartir nuestra ideología, sueños, ambiciones e intereses, camine a nuestro lado hasta que sus pasos se confundan con los nuestros y hagamos… una sola huella.

En cada una de las oportunidades que he logrado neutralizar algunos naturales mecanismos de defensa, que una sociedad compleja crea en los seres humanos frente a su propia especie, he verificado que, independiente de la edad, raza, sexo, nivel cultural, social o económico, todos los seres humanos, salvo muy raras excepciones, orientamos nuestra mayor capacidad, a buscar ese compañero de viaje… largo.

En lo más profundo de nuestro ser, donde no cabe la mendacidad ni la actuación teatral, más allá de cualquier nivel de  altruismo, en verdad, tratamos de lograr conocimiento, cultura, poder, fama  y riqueza, con la  esperanza de que tales factores, privilegien nuestra capacidad para lograr, de la mejor manera posible, el encuentro maravilloso con esa persona especial que compartirá nuestro destino.

Presentimos que en nuestro camino, en sentido contrario pero en la misma vía, de allá para acá siempre viene alguien en busca exactamente lo que tenemos y podemos dar; que comparte nuestra ideología, sueños  y ambiciones. Con ella nos encontraremos, y entonces, sin saber cómo, cuándo ni por qué, se producirá el contacto mágico de sentimientos compartidos; se conectarán las energías positivas; se producirá el circuito que encenderá la llama del amor; nos embargará esa sensación mágica del idilio; la emoción, la ternura y la pasión en un coctel sublime recorrerán nuestra espina dorsal produciendo una sensación nueva; enterraremos nuestro natural egoísmo, compartiremos todo  y ya nunca más desearemos estar… solos.

Pienso que todos los seres humanos, sin excepción de ningún género, tenemos el derecho a compartir nuestra vida con quien nos ame, respete, edifique y esté dispuesto a unir caminos para hacer con nosotros una sola vía. Por eso, soy un convencido de que es la unión de  pareja  el terreno abonado para sembrar nuestra simiente, que no solamente dará frutos buenos, sino que materializará la extensión de nuestros más bellos sentimientos, más allá de nuestra propia… vida.

Nadie debe concebir excepcional el logro de la felicidad. Por el contrario; fuimos diseñados por Dios para ser felices y traídos a esta tierra para lograrlo. Sólo se requiere nuestra diligencia, porque ese Padre Celestial que conoce mejor que nosotros lo que más nos conviene, siempre estará con nosotros en el camino.

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