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Archive for marzo 2020

¿CORONA O VIRUS?

Nunca he dudado que lo trascendente en nuestra vida, además de ser elemental no es material; nace y se desarrolla dentro de nosotros mismos; por tanto, esto de quedarse en casa más tiempo, de oír menos ruidos, de evitar visitas, compartir con mayor inmediatez con nuestras personas amadas, más me parece una corona que un virus. Es que ya por un virus o por lo que fuere, no me afecta ni debería afectar gravemente a nadie, el transitar más despacio este camino de la vida. Por lo contrario, nos da más espacio para meditar, orar y amar; cual es lo máximo que podemos hacer por nosotros y nuestras personas más queridas.

Adicionalmente, según información de la NASA, en menos de un mes de la paralización del mundo por la cuarentena impuesta por el Corona Virus, la temperatura global bajó más de un grado, la contaminación de Dióxido de Carbono descendió a nivel de cuatro décadas atrás y el agujero de la capa de Ozono en la atmósfera, se redujo a un tercio; las grandes ciudades despejaron sus cielos del asqueroso smog que las cubría por el monóxido de carbono y humo de las fábricas, así como que muchas especies -siempre escondiéndose de su depredador el hombre- salieron a disfrutar de su propio y natural hábitat, cual nunca debimos negarles; tenemos que reflexionar y aceptar que muchas o algunas cosas no las estamos haciendo bien y pudiera ser que un mundo desarrollista en función de la riqueza y no del hombre, por fin entienda su propio y desastroso destino, si no cambia su manera de ver la vida y las cosas.

Independiente de la condición de Riqueza, que con tanto esfuerzo y sin muchos miramientos alguien haya acumulado; del Poder Político que se logre, algunas veces sobre el cadáver de los adversarios menos fuertes o más desvalidos; o la Fama que se adquiere, a costa de un Marketing costoso e inmoral; aún disponiéndose de alguno de ellos  o de todos estos factores, seguimos siendo exacta e igualmente vulnerables frente a un peligroso Virus, que el mismo hombre creó sin medir sus consecuencias frente a su propia gente y al ambiente, pero que tampoco llega a entender bien. Sin duda, tenemos que aceptar que lo único valioso y permanente de que, como seres  humanos disponemos, por cierto gratuitamente, es Dios, el Amor, la Tranquilidad Espiritual, la Solidaridad Humana y la Utilidad que podamos brindar a nuestros congéneres, para llegar al fin más preciado: LA FELICIDAD. Por cierto, todos estos elementos mencionados son: físicamente indetectables y económicamente invalorables, porque desde el punto de vista humano, simplemente disponemos de sentimientos, intuición y presentimientos heredados de Dios, cuya esencia es Omnipresente, por lo cual no pueden ser determinados o detectados  por nuestros cinco sentidos conocidos.

Surgen como consecuencia de lo analizado algunas preguntas para la reflexión:

– ¿De qué sirve entonces ese afán desbocado por acumular Riquezas, que sólo son medios para obtener cosas físicas?

 – ¿Obtener Poder Político, la mayoría de las veces utilizado para avasallar, pero no para ayudar a los más desvalidos, cual se supone que debería ser el fin del poder político?

– ¿Para qué hacerse de mucha Fama, tratando de que sientan por nosotros, la admiración o reconocimiento  que no fuimos capaces de motivar con nuestros actos como seres normales, comunes y corrientes?

– Pero además… ¿Si ya no es un secreto que el estrés que se acumula en el camino de lograr esos supuestos “éxitos”, daña la salud, desmejora las relaciones íntimas e inmediatas en el entorno personal, siendo que además a la hora de la verdad, ninguno de estos elementos temporales y de vanidad puede protegernos frente a un virus o catástrofe natural, pero menos aún producirnos un minuto de amor verdadero, felicidad o de vida?

Es sobre esto que, dadas las circunstancias actuales de recogimiento y reclusión que por el Corona Virus, estamos obligados a…mantener.  Por ejemplarizar: ¿Existe alguna diferencia en el nivel de peligro actual, entre el Multimillonario y la chica que limpia el piso de su mansión, cuando salen a ver el médico o comprar alimentos;  entre el chofer y el importante Gobernante o Político, por muy humilde que fuere el primero y muy importante que lo fuere el segundo? O… ¿Existe alguna diferencia profunda  en el riesgo del Famoso o Famosa cuando baja de la limousine, y el que corre su sirvienta, cuando baja del bus, si ambos pisan donde existe un residuo de mucosidad de un contaminado  o vestigio del Virus?

 Cuando lo que está en peligro inminente es tu vida, sin la cual no puedes tener amor, tranquilidad  o felicidad, no tiene que ver para nada las diferencias de clase, sociales, políticas o económicas  de los protagonistas. Pudiera ser que lo único que quizás hiciera alguna diferencia, sería la fe que cada uno tenga, en  que más allá de todo lo físico está lo trascendente, que se convierte en ese báculo invisible pero fuerte, en el cual sientes que tu apoyo es Dios, a quien por cierto no le puedes afectar con tus bienes o prebendas materiales, porque está  más allá de esas dimensiones.

El refranero popular, y especialmente en los cristianos, siempre hemos manifestado que no hay mal que por bien  no venga;  tropiezo que no deje una enseñanza o mal que no tenga cura. El convencimiento de que Dios creó todo, y especialmente al hombre a su imagen y semejanza, nos reconforta en los momentos más difíciles, porque no tenemos duda que, ni una hoja se mueve sin la voluntad de Él, quien es nuestro Padre y sabemos, por experiencia propia,  que los padres amamos a los hijos y los protegemos… siempre y por encima de todo.

Realmente, yo amo a mis hermanos humanos y me preocupa que todos anden tan asustados y casi paralizados por el Corona Virus, cuando tenemos la certeza de que basta con tropezar en la calle o resbalarnos en nuestra propia casa, golpearnos la cabeza y todo terminó físicamente, si no fuimos lo suficientemente diligentes para cuidarnos y  si eso estuviere en los planes que Dios tiene para nosotros. Y es que ciertamente no  hacemos ningún convenio con Dios cuando nacemos, sobre cuándo ni cómo vamos a morir;  pero de lo que sí estamos seguros es que cada día que transcurre en nuestra vida, nos acercamos más al día del retorno, que no de la partida, porque cuando nos vamos sólo regresaremos a donde estaba nuestra alma antes de nacer; que por cierto es la que regresa, porque nuestro cuerpo físico es el vehículo que nos transporta en el camino de esta vida, que polvo es y al polvo vuelve. Pero la verdad innegable es que, como lo escribiera alguien de quien no recuerdo su nombre: “No somos un cuerpo humano viviendo una experiencia espiritual, sino que somos seres espirituales viviendo una experiencia humana.”

Para finalizar, debo aclarar a mis consecuentes lectores que no es que no tema o no me cuide de contagiarme con el Corona Virus; de ninguna manera, como quiera que soy feliz, tengo una bella familia que amo y trato de ser útil, dentro de mis limitadas posibilidades, tomo todas las precauciones a mano que me aconseja mi sentido común y de la diligencia, pero eso sí, con la absoluta seguridad de que nada va a sucederme, si no estuviere en planes que Dios diseñó para mí, desde antes de mi nacimiento. Esto me permite vivir un día intenso, disfrutar de las múltiples bendiciones que Dios puso a mi alcance sobre esta tierra, como el amar  y ser amado, comer y beber con fruición mis alimentos, orar con más fervor que nunca y… dormir plácidamente, cual es lo que muy seria y bien intencionadamente les sugiero; sabiendo que  nos cuida el más poderoso y omnipotente padre: DIOS.

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El pasado Domingo, 1 de Marzo de este año, a la edad de 80 años, falleció en la Provincia de Esmeraldas en Ecuador, nuestro querido amigo el famoso pintor y restaurador de obras de arte venezolano Policarpo Contreras. Como casi todos los seres humanos, también a mí me es difícil aceptar la muerte de las personas que amo; no obstante que siento que quienes mueren no se van, sino que regresan a su hogar espiritual originario: al lado del Padre Celestial. En el caso de “Poli, como le decíamos sus amigos, siento una profunda tristeza de saber que ya no lo veré más personalmente, máxime por el dolor que se que sufren, su esposa de 30 años de matrimonio, mi buena amiga Mónica Valencia, quien me llamó desde  Quito, apenas a horas de su fallecimiento, as{i como sus dos hijas, las cuales no veo desde que eran unas niñas. Sin embargo como amigo-admirador, tengo conmigo como recuerdos imperecederos, algunas de sus muy apreciadas obras, desde sus pájaros del año  1990 hasta una de sus máscaras del año 2015.

Este buen amigo fue, a mi forma de ver la vida y las cosas, un ser humano especial, que aprendió y enseñó con su ejemplo a sus relacionados, aquello que alguien llamó “El maravilloso mundo de las cosas sencillas.”  Nació en Morón Estado Carabobo e independientemente de que sus obras recorrieron, más allá de casi todos los Museos famosos de Venezuela, fueron expuestas y premiadas en varios países Europeos y de América Latina; pero, sin embargo, Poli siempre actuó con la misma humildad, caridad y amor a todas las personas de su entorno personal, como a los extraños que por alguna razón tuvieron acceso  a él.

Tanto su amplia  formación académica en Arte Puro en la Escuela de Artes Plásticas “Arturo Michelena”  Valencia       (1954-1958); Escuela Nacional Superior de Bellas Artes, París (Francia, 1962 – 1967); Artes Gráficas, Filosofía del Arte, con Pierre Francastel en la Sorbona en París 1967; Estudios e Investigación de Urbanismo y Planeamiento. París (1968 – 1971) y sus estudios de Restaurador de Obras de Arte en el Louvre en París, así como en Perú y otras naciones Latinoamericanas. Sus múltiples exposiciones colectivas y personales en varias Ciudades Europeas como en Bruselas y par{is, pero también en Venezuela. Las múltiples condecoraciones y honores recibidos dentro y fuera de Venezuela, hicieron de este Venezolano, un digno representante de un País que ayer, hoy, mañana y siempre producirá hombres y mujeres útiles a la humanidad, cual es la máxima ambición de un ser humano.

Hoy lamentamos su partida y nos hacemos solidarios con todos sus familiares, especialmente con sus dos hijas, de las cuales hace muchos años que no se nada, sólo que una de ellas representó a Venezuela, con honores en el mundo deportivo;  pero para el orgullo venezolano, sabemos que él dejó en el mundo una obra imperecedera, que sin duda alguna lo hará presente por siempre. Ahora, quienes lo conocimos íntimamente, sabemos que está más allá del bien del mal, quizás en compañía de su querido alumno y común amigo de siempre, el galardonado pintor venezolano Wladimir Zabaleta, en una de esas mansiones que Jesús comentaba, cuando decía: “En la casa de mi padre muchas mansiones hay.”

Finalmente,  para quien interese conocer, recordar o investigar sobre la obra de este amigo recientemente fallecido, puede localizarlas indicando su nombre en varios Web Sites, entre los cuales: https://www.cayomecenas.net/mecenas2067.htm.

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