¿SI DIOS ESTÁ CONMIGO QUIEN PODRÁ ESTAR CONTRA MÍ?
Un estudiante de la Universidad de Carabobo convalece en una clínica, gravemente herido por delincuentes que se enfrentaban, cuando se encontraba al otro lado de la calle de su vivienda.
Se trata de un padre de familia trabajador, pero además estudiante nocturno de la Universidad, para superarse y dar una mejor forma de vida a su grupo familiar.
La situación fue tan escabrosa, que sus relacionados no se explican cómo entre las ráfagas de las ametralladoras, y el vehículo de uno de los contrincantes fallecido, que agonizando le embistió, no perdió la vida; porque no solamente recibió impactos de bala sino que, además, el auto le pasó por encima.
Lo que hace más dramático el caso, es que no se encontraba en ningún sitio inapropiado o a deshoras, sino frente a su casa y en horas normales. Sin embargo, para él ni para nadie es posible prever el futuro, que está allí, a segundos de distancia, siempre para afectarnos en positivo o en negativo.
Por otra parte, no podemos quedarnos en nuestras casas por temor a un futuro negativo e incierto, sino que, estamos obligados a combatir ese pseudomasoquismo que pareciera invadir amplios ámbitos de nuestra sociedad, amenazando nuestra fe en Dios y en nuestra capacidad de supervivencia.
Ese amigo se recuperará, pero no por este desafortunado acontecimiento dejará de trabajar o estudiar. No, el seguirá adelante trabajando duramente para la subsistencia de su familia y estudiando en busca de un futuro mejor.
¿Cómo y por qué no murió, si todas las condiciones estuvieron en su contra? Es una pregunta que nadie puede responder y que, quizás, ni siquiera valdría la pena conocer.
Pero… ¿Podemos prever estas situaciones? Y… ¿Cómo y quién nos cuida en estos casos?
Pienso que por no conocer el futuro, no es posible preverlo. En cuanto a quien nos cuida, luego de haber estado varias veces cercano a la muerte y haber sobrevivido en condiciones asombrosas, no tengo la más mínima duda de que es Dios; porque como en el caso en referencia, por mis propios medios nunca lo hubiera logrado.
Por tanto, no debemos olvidar que si estamos en paz con nosotros mismos; si andamos en los caminos del bien, el amor, la generosidad y la verdad; alguien invisible pero muy efectivo, siempre cuidará nuestros pasos; y nadie, bajo ninguna circunstancia, podrá hacernos más daño que aquel que podamos resistir.
Deja una respuesta