
El pasado Domingo, 1 de Marzo de este año, a la edad de 80 años, falleció en la Provincia de Esmeraldas en Ecuador, nuestro querido amigo el famoso pintor y restaurador de obras de arte venezolano Policarpo Contreras. Como casi todos los seres humanos, también a mí me es difícil aceptar la muerte de las personas que amo; no obstante que siento que quienes mueren no se van, sino que regresan a su hogar espiritual originario: al lado del Padre Celestial. En el caso de “Poli, como le decíamos sus amigos, siento una profunda tristeza de saber que ya no lo veré más personalmente, máxime por el dolor que se que sufren, su esposa de 30 años de matrimonio, mi buena amiga Mónica Valencia, quien me llamó desde Quito, apenas a horas de su fallecimiento, as{i como sus dos hijas, las cuales no veo desde que eran unas niñas. Sin embargo como amigo-admirador, tengo conmigo como recuerdos imperecederos, algunas de sus muy apreciadas obras, desde sus pájaros del año 1990 hasta una de sus máscaras del año 2015.
Este buen amigo fue, a mi forma de ver la vida y las cosas, un ser humano especial, que aprendió y enseñó con su ejemplo a sus relacionados, aquello que alguien llamó “El maravilloso mundo de las cosas sencillas.” Nació en Morón Estado Carabobo e independientemente de que sus obras recorrieron, más allá de casi todos los Museos famosos de Venezuela, fueron expuestas y premiadas en varios países Europeos y de América Latina; pero, sin embargo, Poli siempre actuó con la misma humildad, caridad y amor a todas las personas de su entorno personal, como a los extraños que por alguna razón tuvieron acceso a él.
Tanto su amplia formación académica en Arte Puro en la Escuela de Artes Plásticas “Arturo Michelena” Valencia (1954-1958); Escuela Nacional Superior de Bellas Artes, París (Francia, 1962 – 1967); Artes Gráficas, Filosofía del Arte, con Pierre Francastel en la Sorbona en París 1967; Estudios e Investigación de Urbanismo y Planeamiento. París (1968 – 1971) y sus estudios de Restaurador de Obras de Arte en el Louvre en París, así como en Perú y otras naciones Latinoamericanas. Sus múltiples exposiciones colectivas y personales en varias Ciudades Europeas como en Bruselas y par{is, pero también en Venezuela. Las múltiples condecoraciones y honores recibidos dentro y fuera de Venezuela, hicieron de este Venezolano, un digno representante de un País que ayer, hoy, mañana y siempre producirá hombres y mujeres útiles a la humanidad, cual es la máxima ambición de un ser humano.
Hoy lamentamos su partida y nos hacemos solidarios con todos sus familiares, especialmente con sus dos hijas, de las cuales hace muchos años que no se nada, sólo que una de ellas representó a Venezuela, con honores en el mundo deportivo; pero para el orgullo venezolano, sabemos que él dejó en el mundo una obra imperecedera, que sin duda alguna lo hará presente por siempre. Ahora, quienes lo conocimos íntimamente, sabemos que está más allá del bien del mal, quizás en compañía de su querido alumno y común amigo de siempre, el galardonado pintor venezolano Wladimir Zabaleta, en una de esas mansiones que Jesús comentaba, cuando decía: “En la casa de mi padre muchas mansiones hay.”
Finalmente, para quien interese conocer, recordar o investigar sobre la obra de este amigo recientemente fallecido, puede localizarlas indicando su nombre en varios Web Sites, entre los cuales: https://www.cayomecenas.net/mecenas2067.htm.
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