Tengo profundo respeto por las culturas, religiones y filosofía particulares; entre otras cosas, porque es muy difícil juzgar con mentalidad propia actual, otra que durante centenares de años han sido diferente y sus fundamentos nacieron en condiciones y espacios disímiles a las actuales. No obstante, los horribles crímenes en el Medio Oriente, con espectáculos de decapitaciones de periodistas, fusilamientos en masa de soldados o civiles, asesinatos de familias enteras por grupos radicales, sectarios y dogmáticos, supuestamente en el nombre de Alá (Dios), quien todos los que creemos en la existencia de un Dios omnipotente, omnipresente, infinitamente bondadoso, amoroso y justo, independiente de cual fuere el vocablo para definirlo, nunca podrá ser motivo productor de Odio, Maldad, Crueldad. Fanatismo, Guerra y Muerte.
Para quienes conocemos que el profeta Mahoma fue un hombre que predicó la paz y que ISLAM, en árabe deriva de de vocablos con significado de amor y paz, no entendemos por qué, so pretexto de calificar a personas y grupos de “infieles”, en su nombre se pueda desatar tanta barbarie, que más parece una regresión atávica de cientos de años, en tiempos oscurantistas, cuando religiones y sectas utilizaron procedimientos horribles y deleznables, que la civilización ha condenado con fuerza y unanimidad, por innecesarios y abusivos; inclusive, algunas religiones han pedido perdón al mundo por tales deleznables actuaciones del pasado.
Creo que debemos orar, pero también actuar. La oración es fuerte, pero necesita el soporte de la acción. Quien no esté dispuesto a luchar, por lo menos, debe evitar apoyar o colaborar con tales detestables actuaciones, que han dejado perplejo al mundo, incluido el mundo Islámico. Pienso que también, al menos para los cristianos, es tiempo de meditar sobre el Mandamiento más importante de nuestra fe: AMAR AL PROJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS; esto, porque este Mandamiento como valor humano fundamental, es el único freno a la ancestral originalidad, que en ocasiones como ésta, convierten a los hombres en bestias irracionales e insaciables de…sangre.
Esos fanáticos, miembros de un pretendido Califato o Estado Islámico, que al actuar de forma tan terrible e intenciones inconfesables, deforman la filosofía de su propia creencia y le hacen daño a los muchos islamistas que nutren nuestras comunidades desde hace cientos de años, quienes son nuestros vecinos, compañeros de estudio y amigos, pero profesan su religión bajo las normas de convivencia de paz y armonía de su Credo; por tanto debemos tener mucho cuidado de no juzgarlos por lo que hacen unos fanáticos desquiciados en el nombre del Islam, porque quienes con nosotros conviven profesan su Credo en convivencia pacífica, trabajan, respetan nuestras leyes, costumbres, diversidad de religiones existentes y día a día colaboran con el desarrollo de nuestro País.
Tengo profundo respeto por las culturas, religiones y filosofía particulares; entre otras cosas, porque es muy difícil juzgar con mentalidad propia actual, otra que durante centenares de años han sido diferente y sus fundamentos nacieron en condiciones y espacios disímiles a las actuales. No obstante, los horribles crímenes en el Medio Oriente, con espectáculos de decapitaciones de periodistas, fusilamientos en masa de soldados o civiles, asesinatos de familias enteras por grupos radicales, sectarios y dogmáticos, supuestamente en el nombre de Alá (Dios), quien todos los que creemos en la existencia de un Dios omnipotente, omnipresente, infinitamente bondadoso, amoroso y justo, independiente de cual fuere el vocablo para definirlo, nunca podrá ser motivo productor de Odio, Maldad, Crueldad. Fanatismo, Guerra y Muerte.
Para quienes conocemos que el profeta Mahoma fue un hombre que predicó la paz y que ISLAM, en árabe deriva de de vocablos con significado de amor y paz, no entendemos por qué, so pretexto de calificar a personas y grupos de “infieles”, en su nombre se pueda desatar tanta barbarie, que más parece una regresión atávica de cientos de años, en tiempos oscurantistas, cuando religiones y sectas utilizaron procedimientos horribles y deleznables, que la civilización ha condenado con fuerza y unanimidad, por innecesarios y abusivos; inclusive, algunas religiones han pedido perdón al mundo por tales deleznables actuaciones del pasado.
Creo que debemos orar, pero también actuar. La oración es fuerte, pero necesita el soporte de la acción. Quien no esté dispuesto a luchar, por lo menos, debe evitar apoyar o colaborar con tales detestables actuaciones, que han dejado perplejo al mundo, incluido el mundo Islámico. Pienso que también, al menos para los cristianos, es tiempo de meditar sobre el Mandamiento más importante de nuestra fe: AMAR AL PROJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS; esto, porque este Mandamiento como valor humano fundamental, es el único freno a la ancestral originalidad, que en ocasiones como ésta, convierten a los hombres en bestias irracionales e insaciables de…sangre.
Esos fanáticos, miembros de un pretendido Califato o Estado Islámico, que al actuar de forma tan terrible e intenciones inconfesables, deforman la filosofía de su propia creencia y le hacen daño a los muchos islamistas que nutren nuestras comunidades desde hace cientos de años, quienes son nuestros vecinos, compañeros de estudio y amigos, pero profesan su religión bajo las normas de convivencia de paz y armonía de su Credo; por tanto debemos tener mucho cuidado de no juzgarlos por lo que hacen unos fanáticos desquiciados en el nombre del Islam, porque quienes con nosotros conviven profesan su Credo en convivencia pacífica, trabajan, respetan nuestras leyes, costumbres, diversidad de religiones existentes y día a día colaboran con el desarrollo de nuestro País.
Deja una respuesta