SI VOLVIERA A VIVIR, VOLVERIA A ESCOGER
LAS MISMAS HIJAS
Hoy, mirando un video musical de Andrea Boccelli cantando en italiano con una bella niña que parecía su hija, con esa voz sublime y esa presencia tan especial que Dios les regaló a ambos, quienes son capaces -aun a costa de una lágrima- de sacarme del mundanal ruido y elevarme a una dimensión superior de vida, nuevamente sentí en lo más profundo de mi alma el privilegio de ser padre de una hija, y por enésima vez… di gracias.
Mirando esa bella joven cantando de la mano de ese admirado mentor, mirándole y sonriéndole con esa dulzura especial que más allá de la visión física, ella sabe que puede transmitirle, en medio de esas notas y voces sublimes, reproduje en mi mente la imagen de una bella niña, creciendo en amor y sentimiento, para un día llegar a hacer eso: unirse y confundirse en una sola voz para regalarle al mundo lo más bello: música y voz, celestiales.
Es que soy padre de tres bellas hijas, por las cuales lloré de emoción cuando nacieron; viví intensamente y con alegría su inocente, graciosa y alegre niñez; compartí con ellas, dentro de lo posible, su confusión de adolescentes, frente a un mundo que a esa edad suele hacer difícil la ubicación real como seres humanos; y luego, las vi convertirse en mujeres, estudiar y terminar sus carreras, hacerse esposas y madres.
Aunque todos mis días son hermosos, mis recuerdos de esos días desde que nacieron hasta que dejaron la casa para crear sus nuevos hogares, son realmente maravillosos, reconfortantes y perdurables en mi alma. Siento que dentro de las muy bellas experiencias que mi padre celestial me ha obsequiado, haberlas enviado a mi hogar, hacerme su guardador, disfrutador y hoy orgulloso progenitor, fue lo mejor que pudo sucederme.
En mi caso, ellas no sólo vinieron a traer amor, emoción, alegría y unión a mi hogar, sino que, de alguna manera, las tres tienen características especiales de su madre a quien amo profundamente, que me la hacen siempre presente; porque son el producto de un amor emocionante y maravilloso, que gracias a su existencia ya no desaparecerá de este mundo.
No significa esto que tener hijos varones no sea también una bendición, ya que en mi caso tengo dos que amo y quienes no sólo son mis hijos sino mis amigos; pero las niñas en los hogares son como las flores en los jardines: les dan especial gracia, color y ternura.
Gracias papi bello por este escrito tan hermoso. Que privilegiados somos mis hermanas y hermanos por haber nacido de ti. Tus palabras son un canto de amor y sabiduria el cual quiero escuchar eternamente…
Tío que hermosas palabras, que bello, me encantó, Dios te bendiga, sigue asi.
Saludos desde Colombia
Besos TQM