Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for the ‘AUTOESTIMA’ Category

ESENCIA DE LA FELICIDAD

essence-happiness

 En todos los tiempos -por ser la mayor  ambición del ser humano- se ha escrito y especulado sobre la felicidad con diferentes criterios y disímiles formas,  pero con la tendencia equivocada de  considerar que sólo se materializa en pocos casos  u ocasiones en la vida, por considerar  que la produce un evento extraordinario o especial. Estoy en desacuerdo con tales estimaciones, ya que, en mi personal concepto, la felicidad no tiene nada de extraordinario ni especial, porque dada mi  experiencia de vida feliz, sé que la felicidad más duradera no es más que la suma de situaciones sencillas que nos hacen la vida más grata, pero no un evento especial por sí mismo, extraordinario.

Ser felices o no, es opción que sólo nosotros mismos en nuestro fuero interno podemos decidir; dándole el color y sabor deseados a situaciones sencillas y cotidianas, sin que ninguna de ellas tenga por qué ser especial o extraordinaria. Aseguro que así como nadie puede hacernos felices si nosotros no lo aceptamos, tampoco es fácil que nos puedan hacer infelices, si la trascendencia de los eventos que nos acontezcan se la damos nosotros, sin permitir influencias externas.

Si consideramos que cualquier situación que nos sobrevenga, su mayor entidad de afectación  será aquella que nosotros mismos le otorguemos, y no la que represente en sí misma como una generalidad, siempre estará en nuestras manos hacerla mejor o peor; esto es,  abonarla o restarla a nuestra felicidad. Es que disponemos del calibrador permanente de todo acontecimiento sobrevenido: nuestro milagroso estado de ánimo, que nos posibilita mirar el devenir de todo acontecimiento del color que nos apetezca.

Así como verdad y sinceridad caminan juntas, con Dios y  amor tomados de la mano haciéndonos compañía en este largo y venturoso camino de la vida, felicidad e infelicidad son vecinas, escasamente separadas por la visión que de ellas tenga nuestra alma; porque somos nosotros quienes decidimos la positividad o negatividad de cada situación o circunstancia que nos afecte. Es por lo cual, el único valor cierto y real que tienen los actos o las cosas, en función de nuestras felicidad, será aquel que nosotros libremente le demos;  y eso, ciertamente, es un privilegio único de los seres humanos. Pienso que la felicidad no es algo que cae del cielo, sino que producimos en la interacción diaria con nuestros semejantes, porque depende de nosotros y no de ningún acontecimiento en particular.

Read Full Post »

EL EXITO MÁS IMPORTANTE ES EL QUE NOS HACE FELICES

 dsc02489

¿Qué significa tener éxito personal?

Pienso que aunque existan definiciones académicas de esta palabra, no existe aceptación general de su significado, con relación específicamente al ser humano. Asimismo, creo que con el transcurso del correr del tiempo y las modificaciones que se han producido en la forma del hombre de ver la vida, su consideración lo es, como casi todas las cosas, conforme al tiempo y al espacio.

Por otra parte y a título de ejemplo, no es lo mismo tener éxito en construir en el tiempo previsto y costos estimados de una gran represa, gigantesco puente o moderna infraestructura vial, que el éxito que puedan sentir en sus vidas quienes las construyen. Ya que, no obstante que tales actividades se realizan  y debe celebrarse su éxito, porque lo son en función social, en el fuero interno de cada persona, la situación pudiera ser diferente con respecto a su éxito personal.

No obstante que la vida del ser humano es absolutamente elemental, y si se quiere relativamente fácil de sobrevivir, el éxito individual no puede medirse desde ninguno de sus logros o aristas de vida, sino que debería referirse a su existencia integral.

El hombre tiene una existencia físico-espiritual, esto es, que no sólo estamos constituidos por un  cuerpo sino también por un espíritu. Este hecho indiscutible nos saca de los logros únicamente materiales para llevarnos al plano de la necesaria satisfacción espiritual; vale decir, que el éxito personal para que sea tal, no podrá ser ni sólo físico ni  únicamente espiritual, sino que  tendrá que ser conjunto: físico-espiritual.

Así tenemos que se conoce de hombres y mujeres exitosos en hacer fortuna, obtener fama, poder y sobresalir académicamente, pero su vida privada ha sido terriblemente desordenada, torpe y dolorosa;  inclusive han terminado solos y sin familia, lo cual ha hecho su existencia desgraciada.   Estas personas sólo alcanzaron  su realización física, pero no la espiritual, por lo tanto en el sentido práctico y efectivo, no obtuvieron el éxito en sus vidas.

Otras personas, que nunca llegaron a destacarse por encima de lo normal en cuanto a su fortuna, poder o fama, pero sí lograron estudiar, constituir una familia donde reinó el amor y los valores humanos, llegando al final de su existencia en un hogar amoroso, al lado de sus seres queridos. Estos individuos, a mi manera de ver el asunto, lograron su realización físico-espiritual y como consecuencia el éxito personal.

 

Read Full Post »

Tengo tres bellas hijas, una de ella de 40 años, quizá por eso me afectó profundamente el fallecimiento DE WITHNEY HOUSTON. En 1993  escuché por primera vez su voz extraordinaria, hermosa, dulce, celestial y si se quiere insinuante, en su interpretación de I will always love you.”

Por lo poco que conozco  de su vida, tuvo el apoyo de  su madre desde sus primeros años. Desde muy niña se descubrió ese don especial de una voz hermosísima, que Dios da a pocos, por lo cual ingresó a la Coral de la Iglesia Bautista de su congregación donde fue todo un éxito.

Como muchas de esas celebridades,  su vida fue un sueño; y cuando sueñas, a veces te despiertas por  momentos; te invade una realidad que ya no entiendes, o quizá si la entiendes ya no tienes el valor de aceptarla frente al dulce sueño; porque la fama, el poder económico personal, los halagos, la mendacidad típica de ese ambiente  lleno de vanidad, característica de quienes por esos efectos materiales pierden la perspectiva de la realidad y caen en los peores errores, como  consecuencia directa de  una Sociedad insensible y metalizada, con  valores trastocados.

Seguramente ella, ávida de vivir nuevas experiencias, no resistió aferrarse a los patrones positivos que deben orientar toda vida sana,  y sucumbió entre candilejas, humo y mentiras envueltas en cintas multicolores con sabor a celuloide  y… Dólares.  Desde mi óptica personal, creo que nunca pensó sobre los patrones positivos y ejemplarizantes, para quienes por su celebridad debería ser un ejemplo para las juventudes.

Whitney fue una buena mujer;  se dedicó a ser la mejor en lo suyo y lo fue; hizo un esfuerzo por mantener su hogar, aun sufriendo agresiones en su entorno hogareño, en lo cual fracasó.

Parte de su riqueza la dedicó a obras de caridad, inclusive creó una FUNDACION para ayudas sociales.

Obtuvo muchos premios, galardones y reconocimientos en el mundo entero,  lo cual  consecuencialmente se convirtió en millones de dólares, lo que le permitió asegurar todo lo económicamente asegurable.

Desventuradamente, solo existe un seguro frente a la adversidad, que no nos cuesta dinero y que no obstante haber nacido en una familia religiosa, que lo conocía y practicaba, ella no llegó a fortalecer suficientemente: LA FUERZA ESPIRITUAL, cual consiste en ese contacto permanente entre nuestra alma y Dios, que nos asegura que nunca estamos realmente solos.

Read Full Post »

Este vocablo de inmenso sentido humano, se hace inconmensurable cuando se trata de la relación de pareja, porque representa ese especial compromiso que, aunque no se escribe en ninguna parte, se convierte en la base fundamental de la permanencia en esta tan personal relación humana.

Es que el hecho de que alguien nos escoja dentro del universo de miles, y quizás millones de personas, para hacernos una persona especial en y para su vida, es algo extraordinario, y si se quiere… casi milagroso.

El hecho especialísimo de ser detectado por otra persona que nunca antes nos vio, con diferente cultura e ideología sobre la forma de ver la vida  y las cosas; quien pudiera ser que incluso profese diferente religión, conlleva una importante, cuidadosa y permanente actuación personal.

Se trata de una circunstancia vivencial que  tiene que ver con los valores más  relevantes en una relación humana tan íntima como la de hacer pareja, donde cuando se solidifica la relación, más que unirse, dos personas llegan a confundirse física y espiritualmente.

Filosóficamente, el Compromiso es el continente y sus contenidos son, precisamente, esos valores representados por la verdad, respeto, aceptación, reconocimiento, solidaridad, fidelidad, comprensión, generosidad y buena comunicación, cuales se constituyen en la piedra angular sobre la que descansa el objeto de la relación: EL AMOR.

Cuando se mantiene sólido el compromiso que se manifiesta en las actitudes apropiadas, ambos están seguros de lo que tienen y lo que vive.

El convencimiento de que siempre se dice la verdad, genera la entrega íntegra y sin recelos, porque se materializa con plena libertad, sin coacción de ningún género, porque sin ella el amor se hace mediocre y calculado.

El respeto,  la aceptación y el reconocimiento, edifican la personalidad humana y aumenta la autoestima, alimentando la convicción de que se  hizo una elección acertada al escoger la pareja que comparte nuestra vida.

La solidaridad, fidelidad, comprensión y generosidad nos recuerdan a cada momento que no estamos solos en el sendero de la vida; y la buena comunicación permite la manifestación permanente de los sentimientos de amor, que constituyen los eslabones de esa fortísima cadena, que protege el compromiso en una relación edificante y duradera.

No es difícil mantener el compromiso, si estamos conscientes de lo extraordinario que es encontrar en esta vida alguien que, con amor y dedicación, quiera compartir la nuestra.

Read Full Post »

                                                 (Eugenio Martínez)

Definir el tiempo de tal manera que podamos introspeccionarlo positivamente en nuestra vida diaria, no es fácil; pero lo que sí es cierto es que conocemos su significado y su incidencia en nuestra vida.

 El tiempo es una especie de obsequio que recibimos al nacer; absolutamente indefinido como factor de vida, limitado a un espacio que tampoco conocemos y ambicionado en su extensión,  por todos.

Como recurso es uno de los más valiosos, pero no es renovable porque se agota con su propio paso. Tampoco podemos fabricarlo, comprarlo o cambiarlo. A lo sumo, podemos… regalarlo, aunque cuando lo hacemos, damos algo que no recuperaremos jamás.

Para los seres vivos el tiempo es… vida. De tal manera que, cuando dedicamos nuestro tiempo a alguien, de alguna manera estamos dándole parte de nuestra propia vida: Así de simple.

¿Qué el tiempo es oro? No, no es cierto; es mejor que el oro, porque el oro podemos lograrlo con nuestro trabajo en las minas y también, comprarlo, pero el tiempo no puede localizarse ni adquirirse de ninguna manera. Nos es dado el que nos corresponde y no tenemos oportunidad de aumentarlo ni rebajarlo.

Entonces, si no podemos conocer cuánto tiempo estaremos por estos lares, pareciera lo más inteligente disfrutar del que disponemos  intensamente, en cada actividad que realicemos y en segundo de nuestra vida.

El único tiempo seguro es este que vivimos ahora y no sabemos cual será la dimensión de su espacio, por lo tanto, debemos utilizarlo para ser libres y felices; amando a quien deseamos, disfrutando lo que hacemos, vemos, oímos y sentimos.

Tenemos que regalarnos nuestro tiempo para amar y dar amor, admirar y oler las flores; reír, bailar, cantar, beber, y comer… chocolates. También debemos hacer cosas de niños, como mojarnos y caminar descalzos bajo la lluvia.

Pero tenemos que hacerlo ahora, tenemos que estar activos y felices aquí y ahora, porque el tiempo no sabe esperar. Y sería doloroso dedicarlo a algo que no fuera… disfrutarlo.

Read Full Post »

¿Existe algo más urgente que vivir? No, definitivamente no hay nada más urgente que vivir… plenamente;  sólo que para vivir –que no sobrevivir- la urgencia diaria suele ser simplemente… fatal.

La palabra urgente, en su acepción  de interpretación masiva: angustia, se ha extendido sobre la faz de la tierra como la mala hierba,  habiendo extraviado en el camino su real y sano sentido: priorizar un asunto y  hacerlo más rápido.

Hoy, de manera enfermiza, se da urgencia a todo, menos a lo más importante: vivir intensamente las mil bendiciones de que disponemos en nuestra vida diaria.

Las personas, extrañamente, parecieran haber asimilado la palabra urgente a la intelectualidad, trabajo eficiente, importancia social, éxito en los estudios y todo lo que represente… vanidad.

Es urgente levantarse temprano, llevar los niños al colegio, tomar el tren, asistir al trabajo, sacar dinero del cajero automático, asistir a los meetings, atender una cita; inclusive,   hacerse rico o no llegar tarde al juego donde conoceremos un posible cliente.

En toda esta carrera loca por lograr lo que es pasajero se deja en el camino, por si queda tiempo, lo que es permanente y real como el amor filial y de pareja, el descanso y recreación necesarios,  la meditación, el disfrutar de una buena cena familiar o la lectura de un buen libro;  mejor dicho: se deja para después, porque no es  urgente, el vivir.

Por una cita de negocios dejamos de asistir a la escuela de nuestra niña o al juego de fútbol de nuestro hijo; a una reunión de padres, de nuestra comunidad o llegamos tarde a la celebración del aniversario de bodas.

Estamos tan apurados  que olvidamos el color y olor de las flores, los hermosos atardeceres, el sabor de un trago en la terraza con nuestra compañera de viaje largo y  su onomástico; y a veces, ese guiño cómplice y ese beso tierno, cual para nuestra desgracia pudiera ser el último, no porque nuestra pareja muera, sino porque nuestra obstinación e indiferencia, la haga dejarnos y correr por su vida.

El amor, la familia y solaz, fundamentales para disfrutar la existencia, no requieren urgencia sino disposición, ternura, atención, compromiso;  y eso no se adquiere con millones ni corriendo como locos. En cambio la urgencia es especialmente propicia para los infartos, los ACV y la impotencia sexual.  Venturosamente,  usted es libre de  escoger y eso sí  es… urgente.

Read Full Post »


 

¿Qué es la juventud o la vejez y cómo se presenta más allá de la edad cronológica?

Más allá de la semántica, estas interrogantes quedan al arbitrio de quien sobre ellas quisiere predicar algo.

He compartido con personas que acumularon varias decenas de años, pero tenían viva y activa su curiosidad, entusiasmo e interés por explorar nuevos caminos y proyectos,  quienes  de tal manera mantenían una juventud prolongada.

Quien acuñó el término “años dorados” fue alguien realmente brillante. Es esa edad la que nos permite mirar la espalda de las cosas, cuando parados sobre el pedestal de lo vivido, podemos determinar sin mucho problema quienes realmente son viejos  porque se sienten como tales  y quienes, independiente de los años vividos, disfrutan de juventud prolongada.

También he conocido algunos que  a los treinta años, por su forma de ver la vida y las cosas, su temperamento timorato, taciturno y negativo, parecían encontrarse de vuelta del final del camino, cual verdaderos… viejos.

Porque… más allá de la apariencia física ¿Qué diferencia la juventud de la vejez,  sino el entusiasmo, la curiosidad, el deseo de emprender, experimentar nuevos senderos, retos y proyectos?

¿No es el deseo de soñar, amar con pasión, enfrentar con valor y optimismo la cotidianidad y sus desafíos, independiente de cual fuere su entidad?

No son la cantidad de años vividos lo que determina la actitud juvenil, que se materializa en la aptitud y arrojo al plantearse metas, fantasías e ilusiones, para avanzar de frente y sin tregua a la consecución de su logro, en un mundo sinérgico y cambiante, sino la actitud frente a la vida y sus circunstancias.

Recordemos que fueron personas mayores de cuarenta años, quienes sintiéndose con su juventud prolongada, realizaron los mayores e importantes aportes a la civilización; sin que eso signifique  que brillantes jóvenes no aporten, especialmente en el mundo cibernético,  grandes beneficios a la sociedad contemporánea.

Un sesentón me decía: me siento muy bien con mi edad, tengo dieciocho años, porque los restante cuarenta y dos son de… experiencia.

Lo entendí perfectamente y creo en ello. La edad cronológica es subsidiaria a la edad que sentimos tener. Si nos apreciamos entusiastas, enamorados de la vida y de la gente, sin duda somos jóvenes; pero, si sentimos desgano, aburrimiento y no nos entusiasman los retos y nuevos proyectos, aunque tengamos pocos años, simplemente somos… viejos;  bendito Dios que la decisión es nuestra.

Read Full Post »


El concepto de belleza es subjetivo, porque depende de la optica particular de cada individuo. De tal manera, pareciera aventurado emitir un criterio definitivo sobre si alguien es o no bello.

Nuestra personalidad es individual, independiente, pero integral. Consecuencialmente, nuestra presencia, en mucho, es el reflejo de esa personalidad; cual involucra la parte fisica, pero también la espiritualidad que nos caracterizan como seres racionales.

Pudiera ser que alguien comente que otra persona le parece fisicamente linda; pero, cuando nos referimos a la gente bella, no lo hacemos por su sola apariencia fisica, sino que la determinamos como conjunto fisico-espiritual, que involucra esa belleza subjetiva que corresponde a nuestro gusto, pero tambien su trato, su bonomia, su humor, su generosidad y su respeto por las personas y las instituciones sociales.

De hecho, una persona bella, casi siempre es exquisita. Físicamente, su apariencia no la determina la marca de la ropa, los atuendos o accesorios que usa, sino el gusto al avenirlos a la imagen personal que de ella misma tiene.

La gente bella es diligente y atenta; especialmente, oye con atención y respeto a sus interlocutores, interviniendo cuando le corresponde, para aportar opiniones ponderadas sobre lo tratado e incorpor temas agradables o interesantes.

La gente bella demuestra su preocupación e interés por las cosas, problemas y sentimientos de los demás. Como consecuencia, normalmente genera las mismas reacciones e  inspira y recibe idénticos sentimientos, como los que logra demostrar con su trato afable pero auténtico.

La gente  bella, es activa, optimista, sinérgica y… vibrante. Este tipo de personas suele ser  moderada, tolerante, caritativa e intenta por encima de todo realizar esa proeza humana tan dificil: ser justa. Quizás porque nunca olvida que solo somos seres humanos, tratando de ser mejores, pero que, al final, no somos mejores ni peores, sino… diferentes.

La gente  bella, por lo general enfrenta la vida con alegría y da gracias por el privilegio de vivir. Por eso, en busca del éxito personal no se atemoriza del fracaso, porque entienden que es necesario tropezar para aprender como recorrer mejor el camino.

Lo único triste de todo esto es que, no obstante que a cada momento tropezamos con gente bella –porque ciertamente hay mucha- nuestros mecanismos de defensa,  y la prisa que injustificadamente ponemos en nuestra actividad, no nos deja tiempo suficiente para detectarlas;  y con ello perdemos la oportunidad más linda que nos ofrece la existencia: disfrutar plenamente de nuestros hermanos humanos.

 

Read Full Post »

Sobre el tema se ha escrito mucho, variado y constante; sin embargo, por su importancia para la felicidad personal, todo lo que se abunde es bueno.

La efectividad de nuestra personalidad, depende en mucho de cómo nos consideremos nosotros mismos; a nuestro favor tenemos que corpórea y espiritualmente, somos la obra más acabada sobre esta madre tierra.

Físicamente, somos especialmente singulares. Nuestro cuerpo es individual, único, hecho a imagen y semejanza de Dios y eso significa que nadie puede ser más o menos bello sino diferente, pero siempre… bello; precisamente porque Dios es bello.

Nacimos cuando, como y donde tenía que suceder; nuestra edad, siempre, es la apropiada; nuestros padres los mejores y este hermoso y apasionante mundo, nuestra heredad.

Tenemos el poder de dar a cada circunstancia la trascendencia que nos convenga, y eso nos asegura la posibilidad de determinar el nivel de la satisfacción deseada.

No necesitamos mostrarnos diferentes a como somos, ni desear la vida de otro, y la autenticidad es elemento importante de nuestra personalidad. En función del amor, sabemos superar nuestra originalidad, elevarnos por encima de nuestra propia naturaleza y eso nos hace… espirituales.

Disponemos del intelecto suficiente para diferenciar lo bueno de lo malo; lo seguro de lo peligroso; escogimos la generosidad y ser útil nos regala el honroso título de hijos de Dios.

Mis tiempos siempre han sido buenos: cuando niño satisfice mi curiosidad y me reí de todo lo importante; cuando joven aprendí a amar la vida, las personas y a disfrutar con fruición… todo, sin darle mayor trascendencia. En mi madurez aprendí que el respeto, la consideración, el reconocimiento y la admiración, fundamentan el amor verdadero y… permanente.

Hice de la generosidad y la felicidad mi ruta: por eso comparto mi pan con el necesitado, abro mi corazón al desvalido y presto mi hombre al desventurado, para recostar su cabeza.

Conozco lo que valgo, sé que como ser humano, soy único e irrepetible; consecuencialmente, a cualquier edad represento un valioso obsequio para cualquier otro ser humano. Así que, quien no lo descubra, aprecie o desperdicie, simplemente… se lo pierde.

Eso es la autoestima; sentirnos, dentro de nuestra natural sencillez, especialmente seguros de estar dotados por Dios, de todos los atributos necesarios para motivar éxito, bienestar, solidaridad y amor; condiciones fundamentales para combatir el egoísmo y lograr nuestra mayor ambición como seres racionales: LA FELICIDAD.

 

Read Full Post »

«AMOR, CONSIDERACIÓN Y RESPETO ES TODO LO QUE PIDE UNA MUJER»

En mi vida, desde muy tierna edad, siempre existieron mujeres que signaron de manera definitiva mi sino; por ellas he sentido la mayor ternura, respeto, admiración, pasión, y se quiere, devoción. De ellas aprendí el amor, la compasión, la caridad, la gratitud y esos otros valores humanos que nos forjan más cercanos, sensibles y solidarios con nuestros hermanos de especie, haciéndonos merecedores de llamarnos… hijos de Dios.

Comenzó con mi madre, esa dama antañona que llenó de amor el sendero que con ella viví; que proyectó el camino de mi vida, sobre la base de creer en uno mismo, de dar paso a las situaciones por adversas que fueren, con la fe y la seguridad de que, siempre, sin importar cuando, podremos superarlas.

Mi hermanita que convivió conmigo su niñez, que me llenó de afecto;  y al final, cuando siendo aun una niña Dios la llamó a su encuentro, por siempre dejó un aroma de azahar en mi alma, que  hoy, en este momento, lo percibo en lo más profundo de mi sentimiento.

Luego vino mi esposa, esa compañera de viaje largo que perfumó mi vida y siendo muy joven subió a mi barco, para ayudarme a llevarlo a puerto seguro. De ella aprendí lo importante del compromiso,  que conlleva respeto,  admiración, aceptación, consideración y buena comunicación, como los tres  pilares que soportan cualquier buena relación de pareja: amor, admiración y respeto.

Después vinieron mis tres bellísimas y amorosas hijas, que son la extensión de ese tierno amor que nos permitió edificar y mantener un hogar por más de cuatro décadas,  donde somos un equipo, y la felicidad es nuestro color de identidad.

Conozco mis hijas muy bien; las he visto llorar de amor y por amor, enfrentando con entereza pero con generosidad cualquier circunstancia, sin permitir perder la confianza en sí mismas y en los demás seres humanos, por lo cual siempre las he visto  perdonar y olvidar agravios, sobreponerse y… triunfar.

Las admiro, porque las he visto hacerse mujeres y sé que no es nada fácil el papel de madres, esposas, leales y entrañables amigas. Fabrican hombres y los hacen seguir el buen camino, aunque la mayoría de las veces no les sea debidamente reconocido.

Constantemente las he necesitado y siempre las necesitaré. Quiero irme primero, porque creo que no se vivir sin ellas; han sido siempre mi mayor acicate para salir adelante, mi mayor bendición y a ellas debo el éxito logrado en mi vida, que resume en una frase: SER FELIZ..

 

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »