“Si amas dilo, repítelo, no te canses de hacerlo; porque el amor en silencio es medio amor”
Millones de personas a las puertas de la muerte, darían lo que fuere sólo por unos minutos más de vida; en ese momento, quizás por primera vez, ellos, un poco tarde, logran entender el valor de un minuto de existencia, que en esa especialísima ocasión equivaldría a una vida… más.
Asimismo, si pudiésemos consultar quienes yacen bajo la tierra, seguramente nos manifestarían su frustración por no poder corregir su mayor error mientras vivieron físicamente: haber desperdiciado minutos de felicidad. Quizás fue esto lo que nos quiso recordar Borges, cuando al final de su vida sentenció: “He cometido el mayor pecado de la vida: no he sido feliz”.
Hoy al despertar, cuando abrí mis ojos frente a una mañana radiante y al abrir mi ventana el aire, que no sabe de donde viene ni hacia donde va, en su raudo vuelo con mil sonidos y aromas diversas acarició mi cara, sentí en toda su plenitud el privilegio de poder recibir esas maravillosas sensaciones, que me prueban que aún estoy aquí, en este extraordinario mundo que Dios me dio por heredad.
Entonces sentí la necesidad de orar, de decirle a mi Padre Celestial cuanto le amo; cuanto le agradezco el haberme permitido conocer y disfrutar de la bella e incuantificable naturaleza, y muy especialmente, por haberme regalado mis hermanos humanos, que con sus altos y bajos, me han hecho protagonista de una vida, que es una hermosa aventura, la cual, si pudiera repetir, lo haría exactamente como la he vivido.
Es que sólo respirar ya es una experiencia indefinible; pero amar, tener una familia, amigos, educación, trabajo, sueños, esperanzas, y la posibilidad de ser útil aunque fuere a una sola persona, son experiencias que no se pueden dejar de disfrutar con fruición.
Hay tanta gente sola, enferma física y espiritualmente, pero que tampoco tuvieron acceso a la cultura ni al conocimiento; quienes no disponen de un techo donde guarecerse, alimentación básica ni seguridad de ningún género, que estamos obligados a protegerlos y orar por ellos.
Por eso, no podemos desperdiciar ni un segundo, porque como el agua bajo los puentes pasará y no podremos recuperar ningún instante perdido.
Pero… aun hay tiempo; vaya, ponga contra su pecho a sus seres queridos, béselos, dígales y repita hasta el cansancio cuanto les ama y necesita; póngalos al rescoldo de su ternura, siémbrelos en el fondo de su alma, porque sólo allí lo acompañarán… siempre.
Es cierto, hay que decir te amo, te quiero, te extraño; tenemos que expresarle a nuestros seres queridos cuanto los queremos, con un abrazo, con gentilezas o simplemente con estar pendiente de ellos .. conversar, compartir, oirnos. Reconozco que a veces la rutina, y el dia a dia impide que expresemos todo nuestro amor.. a veces nos llenamos de resentimientos y no hablamos, no compartimos.. el ego domina nuestras relaciones interpersonales, limita que nos expresemos y demostremos abiertamente nuestro amor.
Y tambien es cierto que jamas pensamos que un dia no estaràn, jamas pensamos que un ser querido se nos irà, pensamos que siempre van a estar allì, que nunca se iran. que nunca la muerte nos visitarà. Realmente, es duro saber que se pudo dar mas, abrazar mas, compartir mas,..oir mas y ya no es posible. Se desea regresar el tiempo, enderezar lo vivido, decirle te amo, te quiero, cuidate, estoy contigo..Duele mucho saber que ya es muy tarde.
definitivamente yna belleza de texto que expresa u sin fin de verdades y hoy por hoy me ha ayudado a habrir los ojos a la belleza de la vida gracias dios por poner este texto en mi camino.