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Archive for 6 de febrero de 2008

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La multiplicidad de situaciones negativas que afectan nuestra contemporaneidad, hacen que el tiempo que antes nos parecìa suficiente, hoy se haga difícil de utilizar provechosamente. Los crecientes males sociales como la masificaciòn, inseguridad, competencia imperfecta e insensibilidad frente al dolor humano, lo contaminan todo.

Su impacto sobre nuestro intelecto determina una intranquilidad casi permanente, por la sensaciòn de que hay demasiados factores que escapan a nuestro control.

La familia, el trabajo, los estudios, así como mantener las relaciones en la comunidad, pierden su sabor agradable frente a la urgencia, desasosiego y trànsito… colapsado. Cubrir las distancias entre los hogares, centros de trabajo y estudio, hacen un ejercicio de espiritualidad el mantener el mínimo de autocontrol, suficiente para no terminar en el hospital psiquiàtrico.

Esas actividades diarias que en un tiempo fueron agradables, se han convertido en un trago necesario pero difìcil de tomar. La prisa impide sentir la brisa de la mañana; las bocinas de los autos en interminable colas nos convierten en ciudadanos con perfil de autómatas y actitudes de… zombies.

Se saluda el dìa con una mano en el volante y otra en el sandwich, que se alterna con el celular, buscando sin encontrar atajos que permitan ganar… segundos.

Todos lucen malhumorados, preocupados, casi neuròticos. Demorarse cinco minutos más en la guarderìa, puede significar una cola que te haga llegar tarde al trabajo, donde correos electrònicos y llamadas urgentes deben ser revisados y respondidos con suficiente rapidez para llegar a tiempo al meeting, donde un jefe aùn màs perturbado no acepta justificaciones por asistencia retardada.

Pero, aún frente a ese difìcil panorama diario observamos personas que rien, hacen chistes y se notan felices en su trabajo, estudio y hogar. ¿Cómo lo logran? ¿De qué se valen para no sucumbir ante esa especie de caos colectivo y mantenerse en control, disfrutando de las actividades que ocupan su vida diaria?

Se trata de una actitud, una forma apropiada de entender las circunstancias que integran la cotidianidad, interpretándola dentro de una ideologìa de vida que prioriza la óptica positiva de cada circunstancia, señalando que todo evento, por desagradable que fuere, siempre tiene una parte positiva, haciendo emocionante buscarla y… encontrarla.

En ese camino por vencer el tiempo y ponerlo a nuestro favor, la planificación es la base de partida. La disciplina y fe en que somos capaces para enfrentar cualquier reto con decisiòn y amor, se encargan de lo demàs, convirtiendo el autocontrol de conveniente en necesario.

Frente a las opciones donde debemos escoger la apropiada, la tranquilidad, mesura, equilibrio y confianza son las mejores herramaientas. Meditar y aquietarse puede evitarnos actuar de forma inconveniente, que determine consecuencias negativas. El tiempo para pensar cómo debemos atacar cada circunstancia, se hace tan o màs importante que el requerido para realizarla.

El amor por las personas y lo que hacemos, la convicciòn de que el tiempo de Dios es perfecto y que nada sucede fuera de su control; la certeza de que todo tiene una razòn y aportará una enseñanza; que en la pròxima esquina hay algo bueno para nosotros esperando por ser descubierto y aún quedan muchas esquinas por inspeccionar, son el combustible para el espìritu que alimenta el autocontrol, como ùnica opciòn vàlida para encontrar el lado bello de una vida que, dentro del plan divino, no cambiarà en su cotidianidad fìsica, pero que sì es posible adaptar a nuestras personales circunstancias.

Próxima Entrega: PROACTIVIDAD O NEGLIGENCIA

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