
Dada la especialísima situación, inverosímil e imprevisible en sus causas, que afecta al mundo con la pandemia del Corona Virus, que ha causado miles de contagios y muertos en todo el mundo; aunado a la inusitada baja en los precios del petróleo a nivel mundial y a menos de treinta días de terminar con la cuarentena en casi todos los países que la han decretado, aún no podemos prever ni siquiera en forma aproximada, cómo y de qué entidad será ese DIA DESPUES; ya que, más allá de habernos demostrado que no existe ninguna condición especial de riqueza, poder o fama, que nos haga diferentes en cuanto a una segura protección frente a cualquier tragedia desconocida o producto de la naturaleza, no nos permite predecir cómo quedarán las cosas en este mundo con la cantidad de enfermos física y sicológicamente, desempleados, centros de producción cerrados, Instituciones de Ayuda Social en bancarrota y hambruna, entre otros males. Personalmente pienso que, luego de esta gran catástrofe dúplex, sumado el Corona Virus al gravísimo problema de la baja nunca antes vista en los precios del petróleo -que lo ha puesto por debajo de su costo de producción y/o almacenamiento- recibiremos un mundo diferente.
En principio, ese nuevo mundo que tendremos debería cambiar radicalmente algunos de sus valores, poniendo como esencial y primordial de éstos la supervivencia humana colectiva; vale decir, todo en función de la vida –porque debe ser nuestro fin primordial- pero no como hasta ahora, cuando todos hemos visto Personas Naturales y Jurídicas e inclusive Estados y Regímenes, que han hecho todo lo contrario, poniendo al ser humano como medio para lograr fines subalternos como la Riqueza, el Poder y la Fama. Fue el gran error olvidar que cualquier otro elemento tiene que ser solamente un medio, para lograr el fin más valioso, que debe ser EL HOMBRE.
No obstante todo lo expuesto, quienes hemos vivido una época especial que nos permitió ver dos Siglos y dos Milenios, como a los setenta y ocho años de edad, es mi caso, no estamos desesperados; simplemente, sorprendidos, preocupados y mentalmente preparándonos para lo que venga, porque la vida nos ha enseñado, en primer lugar que TODO PASARA y en segundo lugar, que mientras no pase frente a nuestros ojos el funeral de Dios, todo tiene solución, especialmente para quienes hemos vivido bajo su mandamiento básico: amar al prójimo como a sì mismo, por lo que no nos importa donde vayamos, siempre que lo hagamos de su mano. Realmente, para cualquier ser humano racional en este momento sus mejores armas son la fe en Dios y la esperanza de que irremediablemente, ESTO TAMBIEN PASARA.
Cómo sea o cómo vivíremos nuestra vida futura, igual que ahora, aunque en diferentes condiciones, tendrá el mismo factor personal fundamental: nuestro estado de ánimo, que no es otra cosa que el color que seamos capaces de darle a cada evento de nuestra cotidianidad. Con más o menos comodidad e incidencia quizás de nuevos o desconocidos controles sociales, el mundo continuará y el hombre seguirá siendo el protagonista principal de su propio desarrollo; que se le de menor importancia a los factores riqueza, poder y fama, que han supeditado al ser humano a su impacto social, no evitará que sigamos siendo la especie más inteligente sobre la faz de la tierra; por tanto y sin duda alguna superaremos cualquier escollo y seguiremos adelante.
Ojalá esta dura lección nos enseñe la importancia del amor, de la familia, la amistad, la solidaridad y… el compartir de lo que disponemos con los más desvalidos, que dolorosamente pienso que en adelante y quien sabe por cuánto tiempo… serán muchos. Pudiera ser también que en el futuro aprendamos que, la oración más fuerte es aquella donde solicitamos al Padre Celestial Creador de este Universo, lucidez para tomar acertadas decisiones; porque todo acto de nuestra vida es una toma de decisión y lo único que requerimos es el acierto, que es `producto, precisamente, de esa lucidez que pedimos. Estoy convencido que si logramos esa lucidez, para cualquier realización positiva, siempre estaremos en el sitio apropiado y en el momento oportuno, que sería como decir: LOGRAR EL ÉXITO DE LO EMPRENDIDO.
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