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Archive for julio 2009

«LA INFIDELIDAD SEXUAL ES PRODUCTO DE LA CIVILIZACION   Y NACIO CON LA MONOGAMIA»

pareja-relajante-habitacion-~-u18526469La infidelidad sexual es un problema que afecta de tal manera a la sociedad, que si se le diera mayor trascendencia de la que realmente tiene, se bajaría de forma peligrosa el nivel de parejas constituidas.

¿Cómo, porqué surge y se acrecienta este problema? No tiene aceptación conceptual universal, quedando al libre arbitrio del analista que se interese en el tema; personalmente, creo que la infidelidad sexual es producto de la civilización y nació con el advenimiento de la monogamia como institución social.

¿Por qué se produce en una pareja consolidada, que se aman y hasta con hijos? Respuesta inmediata, lógica y general ciertamente no la tiene, porque los seres humanos somos especulativos, diversos pero individuales, y de esa misma forma reaccionamos ante una idéntica situación o motivación, independiente de su recurrencia y/o factores de tiempo y espacio. Consecuencialmente, corresponde analizar el cómo se produce la circunstancia que desencadena el acto, porque es allí donde podemos encontrar respuestas coherentes, que nos permitan entender y prever este fenómeno social.

La infidelidad sexual no se produce como una reacción inmediata o espontánea a un evento específico, sino que es un proceso progresivo del desamor, desencanto y perturbación, que sitúa a la relación de pareja en su más bajo nivel afectivo. En la mayoría de los casos, de alguna manera, ambos tienen parte de la culpa; el actor, por no plantear a su par su situación sentimental de frustración o rechazo, y el afectado por no ser suficientemente diligente y cuidadoso, para observar la actitud y el comportamiento anormal de la otra parte, previo a la materialización del acto desleal.

Pareciera que los miembros de pareja olvidaran que, aunque no se escriba en ningún documento, el compromiso de reciprocidad amorosa y sexual lo es únicamente mientras el amor se mantenga vivo y activo; porque continuar una relación de intimidad sexual con quien que ya no se ama, es un acto de engaño y violatorio de ese pacto no escrito que fundamentó el inicio de la relación.

Lo apropiado es que en el mismo momento que se deje de amar, se manifieste la situación y se ejercite el derecho de separación, so pena de incurrir en la utilización de la otra persona como instrumento de satisfacción corporal, pero sin involucrar el amor, que hace del acto sexual en la pareja algo sublime, sagrado y profundamente espiritual.

A título de ejemplo, para mencionar uno de los factores de mayor incidencia para que algunas parejas aun no amándose permanezcan unidas, convirtiéndose en potenciales candidatos para la infidelidad sexual, lo es la necesidad legal de repartir los bienes habidos durante la unión. Así, al sacrificar el amor por los bienes, se inicia un camino largo, desagradable y… peligroso, que al hacerse inaguantable en el tiempo, lo único que logra es demorar el rompimiento, con fatales consecuencias para ambos, debido a que se produce en una etapa de la vida, cuando no obstante ser posible lograr una relación nueva, por la edad se hace más difícil.

¿Existe forma de prevenir la infidelidad sexual? Pienso que sí, en tanto y en cuanto exista buena comunicación, aceptación y respeto por la relación; ya que, si se manejan bien los factores comunicación y aceptación, plantear a tiempo la situación previa de insatisfacción que induce a buscar otra persona para llenar los vacíos vivenciales producidos, es una muestra de respeto tanto a la persona con quien se hace pareja, así como de la relación existente.

Quien ama quiere la felicidad de su amado, y como consecuencia, conociendo que su amor no es compartido por su pareja, nunca pretendería sacrificarla en aras de mantener una relación donde sólo él se satisface. De tal manera que, liberarla para que pueda rehacer su vida, además de un acto de amor sublime, puede significar la posibilidad de emprender un nuevo proyecto personal, orientado a lograr la ansiada felicidad.

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¿Qué es la juventud o la vejez y cómo se presenta más allá de la edad cronológica?

¿Puede medirse la edad de las personas por la cantidad de años vividos o por su actitud frente a la vida?

Creo que más allá del aspecto semántico, estas interrogantes quedan al arbitrio de quien sobre ellas quisiere predicar algo.

En mi caso, dado el largo pero interesante camino por esta vida, he compartido con personas que acumulaban varias decenas de años, pero tenían viva y activa su curiosidad, entusiasmo e interés por explorar nuevos caminos y proyectos, que no se compadecían con su avanzada edad cronológica; vale decir, eran personas de juventud prolongada.

También he conocido personas no más allá de los treinta años de edad, quienes por su forma de ver la vida y las cosas, su temperamento timorato, taciturno y negativo, parecían encontrarse de vuelta del final del camino, cual personas de envejecimiento prematuro.

Porque… más allá de la apariencia fìsica… ¿Qué diferencia los jóvenes de los viejos? ¿No es acaso el entusiasmo, la curiosidad, el deseo de emprender, experimentar nuevos senderos, retos y proyectos? ¿No es acaso el deseo casi incontrolable de soñar, amar con pasiòn, enfrentar con valor y optimismo la cotidianidad y sus desafíos, independiente de cual fuere su entidad?

No son la cantidad de años vividos lo que determina la actitud juvenil, que se supone materializada en la aptitud y el arrojo al plantearse metas, fantasías e ilusiones, para avanzar de frente y sin tregua a la consecución de su logro, en un mundo sinérgico y todos los días cambiante.

Es la actitud frente a la vida y sus circunstancias lo que determina lel comportamiento juvenil o de vejez. De hecho y salvo raras excepciones, fueron personas mayores de cuarenta años, quienes, sintiéndose con su juventud prolongada, realizaron los mayores e importantes aportes a la civilizaciòn; sin que de ninguna manera pueda significar que brillantes jóvenes no aporten todos los días grandes beneficios a la sociedad.

En una oportunidad escuché una expresiòn por demás significativa de la actitud de una persona, respecto de su edad. Mientras degustaba un cafè en mi sito favorito, entró un señor como de unos sesenta  y cinco años, subido de peso pero risueño, a quien esperaba un parroquiano en una de las mesas y quien le saludò efusivamente, dicièndole:

-Te ves muy bien, hoy.

-Es lògico. Al fin y al cabo, soy hombre joven.

-¿Tú? Pues yo se que tienes màs de sesenta años de edad. ¿Còmo puedes llamarte joven?

-Si, yo… tengo dicieocho años de edad y cuarenta ycuatro de experiencia.

No sé si el paroquiano entendiò lo que este su amigo quiso transmitirle, pero yo sí que lo entendì perfectamente. Aquel hombre de sesenta y dos años de edad, su actitud frente a la vida y las cosas, su entusiasmo de vivir, le ubicaban en la òrbita de uno de dieciocho años, cual era su edad vivencial; pero estaba feliz de haber vivido cuarenta y cuatro años màs -que él consideraba de experiencia- cuales sumaban su edad cronològica de sesenta y dos años.

Por eso, quien acuñó el término “años dorados” fue una persona realmente brillante. Es con esa edad que nos permite haber visto la espalda de las cosas, cuando desde la atalaya de nuestro corazón y parados sobre el pedestal de lo vivido podemos determinar, sin mucho problema, quienes realmente son viejos  por qué se sienten tales,  y quienes por el contrario, independiente de los años vividos, disfrutan de una juventud prolongada.

Una joven amiga me decía en tono reflexivo: “Me es más grata la compañìa de un hombre de edad, entusiasta, atento, sencillo y bien humorado, que la de un joven negativo, apocado, timorato, díscolo o de mal humor.” Creo que en esa expresión se resume la diferencia objetiva que determina, no la edad cronológica de los documentos de nacimiento, sino esa otra edad vivencial, que hace del ser humano ese milagro de la naturaleza, capaz de ser y hacer de su vida exactamente lo que de ella desea, independientemente de cuantas lunas o inviernos halla experimentado como ser humano, sobre esta madre tierra.

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«LAS ENFERMEDADES SE ORIGINAN POR CONFLICTOS DE APEGO Y CONFLICTOS DE   DESAMOR»

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El Dr. Hamer planteó el carácter bifásico de las enfermedades. Esto es que, en cuanto la persona resuelva el conflicto, en ese momento la solución ocurre, INICIÀNDOSE EL PROCESO DE CURACIÒN DE LA ENFERMEDAD. Vale decir, si a nivel síquico esa persona resuelve el conflicto, el cerebro da la orden de restitución del daño causado y comienza la fase de curación orgánica. Esto fue probado científicamente en el 100% de los casos, mediante los scanner cerebrales.

Igualmente determinó que agrupando todos los tipos de conflictos del mapa cerebral, nos encontraríamos con dos grandes tipos de conflictos en los que cae el ser humano: conflicto de apego y conflicto de desamor. Los demás son matices de ellos, dependiendo del matiz será el órgano que se vea afectado.

Así, por ejemplo, en el cáncer de mamas, determinó que en 100 de estos casos, todas las mujeres tenían un conflicto con el mismo colorido: Si son diestras y la mama es la izquierda sería un conflicto de madre-hijo; conflicto de separación de un hijo. Si la mama es la derecha sería un conflicto general y especialmente de pareja. Como en los casos de cáncer de mama, él desarrolló una tabla que determina la relación causa-efecto y abarca el 90% de las enfermedades.

Lo insólito, paradójicamente por normal, es que a nadie extrañe que los problemas gástricos, los infartos y dolores de cabeza, siempre se atribuyan a la consecuencia de situaciones estresantes, pero cuando se trata de enfermedades más graves, especialmente como el cáncer, a ningún médico se le ocurre pensar en lo psico-somático; esto es que, como en los casos referidos, pudieran derivar o ser producto de situaciones generadoras de estrés en el paciente, como problemas sentimentales, temor, pérdida de seres queridos, situaciones difíciles en el trabajo, desempleo o por dificultades en los estudios, por citar algunas fuentes de problemas personales.

Ciertamente, más allá de cualquier especulación científica o academicista, para quienes hemos sobrevivido enfermedades o hemos estado al lado de un ser querido, que ha logrado superar una enfermedad considerada grave no utilizando la medicina convencional para curarse, los descubrimientos del Dr. Hamer soportan por primera vez y desde el punto de vista científico, nuestro criterio empírico de que, en mucho, somos nosotros  mismos los causantes de nuestras propias enfermedades y no podemos echarle la culpa a nadie.

Sólo son excusas justificativas  cuando en presencia de una enfermedad, decimos que la naturaleza ha fallado en nosotros, la mala suerte o el castigo divino, y ahora voy al médico para que me cure haciendo abandono de nuestra propia responsabilidad. Si nosotros que somos entes físico-espirituales, no somos capaces de resolver nuestros problemas internos, no podemos esperar que los resuelva un médico que actúa en forma externa; al menos no a uno a quien únicamente le preocupa nuestra parte física.

Para finalizar, les dejo como tema de reflexión las palabras del Dr. Fermín Moriano, en una conferencia en España en 1995: “El conflicto hay que resolverlo emocionalmente. La cuestión no es administrar fármacos…Lo que la naturaleza te está tratando de decir es que aquí estás viviendo una situación que no te conviene, o dejas de vivirla o te separas de ella.”

Inormación Adicional Sobre El Tema:

http://www.sunoven.de/medicina-sagrada3.html;    http://free-news.org/hamer08.html

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«TODA ENFERMEDAD TIENE QUE VER CON NUESTRA  INTEGRIDAD PSICO-FÍSICA.»

6457-tn_03roatangranvia_jpgUna consecuente lectora me solicitó “traducir a lenguaje común” un material de Internet sobre los descubrimientos del Dr. R. G. Hamer –cuales se originan del cáncer en su persona y su esposa por causa del dolor y estrés que les produjo la muerte de su hijo -cual fue el motivo que incentivó la larga investigación- que fundamentó su teoría de LA NUEVA MEDICINA, lo cual representa una nueva tendencia en el mundo de las Ciencias de la Salud, orientada a ver el enfermo en su conjunto y no solamente el órgano que padezca la enfermedad.

Por lo denso del material, me obligo hacerlo en dos entregas que inicio manifestando que tal información cientìfica afianzó mi criterio, muchas veces expresado en este Blog, desde el punto de vista humanista -y si se quiere empírico- de que la felicidad cura las enfermedades, y como deducciòn lógica, la infelicidad las produce –especialmente el cáncer.

El Dr. Hamer probó científicamente y al 100% mediante teoría de 5 Leyes Biológico Naturales que, «La enfermedad es un programa inteligente de la naturaleza tendente a decirle al individuo que está viviendo una situación que no le conviene» y por ende la inoperancia de las terapias agresivas que se utilizan en la curación del cáncer y de otras enfermedades, especialmente la quimioterapia, lo cual le significó una persecución por parte del gremio médico convencional, colegiado en academias y universidades, desde 1981 cuando presentó su descubrimiento, hasta el presente; no obstante que su teoría ha sido revisada por más de veinte universidades y grupos de alta calificación médica, en vez de dos revisiones, cual es lo que se exige en estos casos. Quizàs porque como lo escribieran en 1956 los enfermos de cáncer en los muros del Hospital de Villejuif de París: «Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos».

El Dr. Hamer probó mediante el estudio de la situación emocional previa de los pacientes con cáncer, que en un 100% estaban afectados por alguna situación problemática grave, y en muchos casos, una experiencia devastadora que afectaban su psique, como lo demostraron las historias, altamente dramáticas en un tiempo anterior al de la aparición de la enfermedad; lo cual, debido a las pruebas científicas realizadas, no dejó duda de que eran esos estados anímicos LA CAUSA que producía EL EFECTO dañoso: LA ENFERMEDAD DE CANCER.

Soy muy sensible a este tema, porque a principios de los ochenta, médicos venezolanos diagnosticaron a mi esposa una lesión cancerígena en el colon; determinación que fue ratificada por los médicos de un famoso Hospital en Houston Tx. Como la medicina convencional, en un 95% de estos casos, no ve otra opción que la cirugía, quimioterapia y/o radioterapia y habiéndonos manifestado que sólo le quedaban dos años de vida, desistimos de continuar utilizando la medicina convencional; nos refugiamos en Dios, nuestro amor, la capacidad natural de auto curación del organismo, la eliminación de factores de perturbación que logramos determinar estaban afectando su psique, y tomamos como único camino vivir intensamente nuestra vida, sin hacer mucho caso al diagnóstico médico, seguros de que otras fuerzas superiores harían lo demás. El resultado fue que hoy, 29 años después, mi esposa sigue viva, bella y feliz, con la plena seguridad de que, si se eliminan los factores de perturbación, la felicidad, la fe en Dios y una vida moderada, son el mejor remedio contra las enfermedades; especialmente el cáncer.

El Dr. Hamer advirtió algo que pareciera simple, pero que es fundamental: la medicina convencional no aplica la visión de conjunto del cuerpo humano, que es físico-psíquico, sino que lo trata por partes, en aquella que se supone se encuentre afectado. Más o menos como si se tratara de una parte de un auto o de una casa que debe repararse, lo cual es un craso error porque tratándose de seres humanos, no se puede perder la visión de conjunto que engloba sique, cerebro y órganos, concepción que para él es clara y contundente.

En sus descubrimientos este científico, al aplicar múltiples scanner cerebrales, determinó algo novedoso y extraordinario: “Todo shock síquico, altamente traumático, que nos toma por sorpresa y es vivido en aislamiento, a partir de ese momento lesiona el órgano que gobierna esa parte del cerebro…y esto se cumple en el 100% de las enfermedades, excluyendo tres: los traumatismos, los envenenamientos y las que ya se nace con ellas.”

Continúa en próxima entrega el 17-07-2009: RESOLVER CONFLICTOS, LA MEJOR MEDICINA.

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                                    “SI SABES APROVECHAR EL MOMENTO, NO IMPORTA QUE NO REGRESE”

EL VIENTO

La risa cantarina de una de  mi última nieta interrumpió mis cavilaciones y me regresó a este mundo real, que tantas cosas bellas me ha regalado.

¿En qué tiempo sucedieron tantas cosas?

¿Si parece que fue ayer que nacieron mi hijos Eduardo y Jenny, que de uniforme iban a la escuelita de niños, y de pronto, el uno cumple cuarenta años y la otra recibe del Decano de su Facultad el Título de Abogado?

¿Si aun siento en mi cara con dulzura la brisa mañanera del parque, mientras perseguía a Ginita, con su monito rojo y su carita de yo no fui, y en un tiempo que pasó como una exhalación, confundida dulzura y temor presencié su… matrimonio?

¿Si todavía percibo las lágrimas de emoción sobre mi pecho, de Wendy la más pequeña de mis niñas, cuando se casó, pero ya transcurrieron diez años y llegaron dos bellas niñas que parecen sacadas de un cuento de hadas?

¿Si el temor de no conocer el futuro de Johnny a los diciocho años, cuando se mudó para Chicago ,aun presiona mi garganta, pero ya tiene treinta y cuatro años y… dos hijos?

¿Cómo fue que transcurrieron tantos años y llegaron mis diez bellísimos nietos, casi sin percatarme de ello?

¿Cómo fue que el bullicio de la vieja casa familiar, el olor a parrilla de los sábados alrededor de la piscina, y la música de noches casi interminables, dejó paso al cálido pero a veces triste recuerdo de días que no fueron ni mejores ni peores, pero sí… diferentes?

Es el tiempo, que como el agua y la voz de las quebradas pasa, acaricia tus manos y tus oídos, pero se va y… no regresa nunca más.

Es la plegaria de la caída de las hojas y los pétalos de las rosas, que entregan a la tierra su vida para dar… nueva vida. Si sabes disfrutarlos, si entiendes su temporalidad como un atributo, entonces no importa que pasen y no regresen, porque se quedan por siempre en tu alma, donde nunca envejecerán.

Si has sabido entender que todo tiene su tiempo para vivirlo, y que eres únicamente tú y nadie más, quien puede hacer el recuerdo alegre, entonces no importa cuándo ni cómo transcurrió, porque lo viviste y eso nadie te lo puede quitar.

Rememoro por acertada la sentencia de Dale Carnegie: «Nunca más pasaré por este camino…» porque me hace recordar que debo amar y dusfrutar a la gente y a las cosas con fruición en todo momento, pero además decirlo porque pudiera ser que…  nunca más  volviera a pasar por este camino.

Y aquí, a mi lado  tierna, serena y feliz; como si no hubieran pasado los años, mi compañera de viaje largo, mi socia de la vida, siempre joven y bella; ayudándome a sentir cuánto hemos vivido y recibido de Dios;  haciéndome  apreciar que en todo tiempo la vida es bella, porque todas sus etapas son una oportunidad para… ser felices.

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«SEGUIR ADELANTE NO ES UNA OPCIÒN, ES UN COMPROMISO»

27__carreradelamujer_s¿Cuántas veces podemos tropezar y caer en esta vida para obtener el èxito?

Realmente, no tengo idea. Por experiencia propia me consta que podemos tropezar muchas veces y caer unas cuantas, independiente de cual fuere el motivo; pero, también doy fe de que en su mayoría, no son más que oportunidades que la misma vida nos da para aprender a sortear los problemas.

Es que a los seres humanos la vida no nos es dada hecha como a los vegetales o los minerales, cuales no necesitan realizar ningún esfuerzo para mantenerse con vida. Cuando nacemos no sabemos ni siquiera respirar, que debería ser lo más elemental; entonces, la orden genética e instintiva de sobrevivir conlleva aprender, pensar, razonar y… actuar.

El fracaso, a veces abre la puerta al éxito. Tropezar, caer, levantarse, lamer las heridas, secar las lágrimas, sacudir el polvo del camino y seguir… seguir siempre adelante, no es para nosotros una opción sino… un compromiso.

No tenemos más remedio que enfrentar la vida conforme se nos presenta: con entusiasmo, pero con cuidado; con bondad, pero con malicia; con amor y pasión, pero con control; sin temor ni duda, pero con moderaciòn; seguros de nuestro poder, pero con caridad; estableciendo planes y metas para cumplirlos; con fe en Dios, pero haciendo nuestra parte diligentemente.

Nuestra herencia divina nos condena a ser triunfadores, lo contrario sería anormal. Si tenemos suficiente fe en que somos uno con Dios y por tanto depositarios de parte de su poder, los tropiezos, las caídas y los dolores, serán nuestros mejores maestros; de ellos aprenderemos y los pondremos en función de nuestro éxito integral.

Con nuestras lágrimas y hasta con nuestra sangre dejadas en el camino, abonaremos la tierra de la que surgirá la semilla de nuestra felicidad; porque si tenemos fe, si somos diligentes, si pensamos positivamente, todas las fuerzas del Universo se complotarán para hacer nuestros sueños realidades.

Los retos son parte de nuestra vida. Por eso bienvenidas las dificultades, los tropiezos y las caídas; nosotros, que sabemos unir mares, separar continentes, volar como los pájaros, y dar nuestra vida por nuestros semejantes, podemos convertir cualquier circunstancia negativa en positiva, y eso, de alguna manera, es parecernos a… Dios; lo cual no puede considerarse una blasfemia porque los hijos deben y pueden parecerse a sus padres.

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“SI CONTAMOS NUESTRAS BENDICIONES, NO TENDREMOS TIEMPO PARA PENSAR EN LAS   POSIBLES CARENCIAS.”

FOTOS  MIRIAM HOSTON JUNIO 2009 041

El agua, el sol y el aire, para los vegetales y los animales son… la vida, pero para nosotros los humanos, apenas representan tres de nuestras múltiples bendiciones que Dios nos dio como heredad, sobre este paraíso que creó para nosotros, aunque por ignorancia y falta de fe, nos empeñemos en hacer menos hospitalario.

Como vivo por días y no por meses ni años, tengo presente a toda hora mis bendiciones personales. Así, cuando despierto abro mis ojos y siento que soy un hijo de Dios privilegiado; porque puedo ver y sé que millones de personas nunca podrán ver la luz del día. Cuando se despierta mi compañera de viaje largo y dice buenos días mi amor, siento que estoy obligado a ser feliz porque también millones de personas jamás podrán escuchar la palabra amor.

Cuando veo tantas personas solas, débiles, con defectos físicos, tristes, taciturnas y preocupadas, siento que Dios ha sido especial conmigo; porque a mis sesenta y ocho años tengo mi amor, puedo caminar perfectamente, me siento sano y fuerte, sonrío a la vida, a las personas, con lo cual destierro la tristeza, y en vez de preocuparme me ocupo de las circunstancias de mi cotidianidad, convirtiendo mis problemas en… asuntos por resolver.

Al degustar mis alimentos, que como con prudencia pero con apetito, no puedo dejar de considerar que, si una parte de mi alimento pudiera llegar a esas personas que mueren de hambre, vivirían un día más; entonces oro a mi Padre Celestial por ellos y… doy gracias.

Cuando tomo mi computadora e ingreso a este refugio espiritual en que se ha convertido esta página web que me regala amigos, amor virtual y la posibilidad de ser útil, tengo presente que muchas personas sobre el globo no saben leer ni escribir, y otros tantos no tienen los recursos para acceder a este medio, me siento especial y pido a Dios por ellos.

Ya en mi lecho, luego de un día más de vida, cuento mis bendiciones -que son tantas- que no tengo tiempo para considerar mis posibles carencias. Entonces, bendigo mi vida, mi inigualable esposa, mi bella familia y pido para todos mis hermanos humanos la bendición de Dios.

Muero al dormir, pero antes de cerrar mis ojos doy gracias a mi Padre Celestial por ese día de vida que termina; me encomiendo a Él y duermo tranquilo, con la esperanza de despertar al nuevo día para iniciar una nueva vida; pero seguro de que si me quedara dormido para siempre, habría vivido intensamente mi amor, mi gente, y este maravilloso mundo que Dios me prestó para mi confort terrenal.

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