La importancia de mantener una buena imagen física, reside en el hecho de que las personas mientras no nos conocen, la única idea que pudieran hacerse de nosotros estaría motivada por nuestra presencia física.
Como consecuencia, el mantener una imagen impecable puede ser determinante, tanto para quienes nos observan como para nuestra propia satisfacción personal.
Esa misma armonía física que aporta al sentimiento de autoestima, debemos procurarla en nuestro espíritu, cual incide de manera definitiva en la capacidad para ser felices. De tal suerte que, como nuestro cuerpo, requiere ser maquillado cuando fuere necesario.
Algunas experiencias vividas van dejando una especie de cicatrices en el alma, que si no son atendidas, debida y oportunamente, terminan afectándola y como consecuencia, desmejorando nuestra calidad de la vida.
La mejor manera de «maquillar el espíritu», es extirpando por siempre los recuerdos desagradables e ingratos; perdonando los agravios y aceptando la imperfección del ser humano, que en muchos casos, lo lleva a actuar más compulsiva que racionalmente.
La actitud positiva frente a la vida, convenciéndonos de que las actuaciones de las demás personas, cuando parecieren agresivas o desconsideradas, sólo son el reflejo de su propia personalidad, que es diversa, se constituye en la mejor «crema» para maquillar nuestro espíritu.
Eliminar el temor, sobre la base de la confianza en sí mismos y la protección permanente de Dios, es la mejor «base» para un buen maquillaje del rostro espiritual.
Recibir con amor y esperar lo mejor de cada día, disfrutándolo intensamente como si fuera el último, pero con vocación para vivir muchos años, es el mejor «reconstituyente» para mantener lozana la muy delicada piel del alma.
El amor espiritual vinculado a una actividad sexual plena, con la persona que amamos y hemos escogido para compañera de viaje largo, es «vitamina» que no tiene igual para mantener el espíritu en su óptimo nivel de eficiencia.
La risa, el buen humor y trato afable, son el mejor «perfume» para el espíritu, porque inunda, refresca y contagia de optimismo el ambiente, impregnándolo de buenos presagios.
No hay mejor «accesorio» para el espíritu que el buen estado de ánimo, porque predispone el compartir y hace más grata la convivencia.
Nuestra autoimagen interna no requiere de especialistas en cirugía reconstructiva o correctiva para variarla o mejorarla, porque depende de nuestra propia genialidad, actitud y aptitud para sentirnos plenos y satisfechos.
Por tanto, si en alguna oportunidad baja nuestro biorritmo y sentimos nuestra imagen espiritual desmejorada, debemos echar mano del maquillaje espiritual dándonos un toquecito de amor, de la misma manera como lo hacemos con nuestro cuerpo físico para vernos mejor.
Al fin y al cabo, no somos solo espirituales ni únicamente corporales; somos una conjunción físico -espiritual, que nos hace únicos y especiales sobre este planeta, y eso requiere permanente atención, porque además es… inmutable.
Me siento estupida ante la vida , ¿ porque? realmente para mi tiene poco sentido frente a esta batalla que dia a dia en este mundo hondo y solitario plagado de tanta maldad y triztesa .
La vida para mi es un derroche de amor si la vives para Dios nuestro Señor , de resto la vida no tiene sentido como ante lo mencione, es un torente de sin sabor o color , solo se que mientras la he disfrutado al lado de Dios hacido maravilloso , en suma Dios es el amor por la vida , es el mejor maquillaje que todos debemos llevar en el espiritu y en nuestra piel; ya que el otro maquillaje que llevamos de dolor , hipocresia y sufrimiento no le queda bien a nadie ya que vivimos ocultando lo quellevamos dentro ; que no nos deja libre y muchos menos sanar las heridas agrietadas por la vida .
Creo que no ha nada mas bonito que buscar la libertad y buscar la sanacion ; perdonando , amando , el otro en la dimension de la cruz.
Isandra Maria Rivas