Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for the ‘COMPROMISO’ Category

ENCONTRARSE A SI MISMO

mujer pénsando

Encontrarse a sí mismo no es algo que se quede en una frase banal; sino por el contrario, representa algo muy serio, cuyo resultado pudiera ser decisivo en el futuro, en la existencia de cualquier persona; especialmente quienes ya no siendo adolescentes, piensan seriamente en su proyecto de vida.

Encontrarse a sí mismo tiene que ver con la óptica personal de qué es lo que creemos y esperamos de la vida; de qué sentimos que requerimos y cómo haremos parase trata de realizarlo. De alguna manera, se trata de cómo entendemos nuestra capacidad para trazar, modelar y realizar ese largo, pero interesante, camino sobre esta madre tierra.

Todo tiene que ver con nuestra concepción físico-espiritual de lo que es… vivir. Consecuentemente, involucra principios y valores, que serán los rectores de todas y cada una de nuestras actividades, para lograr nuestros tales fines. En tal sentido, se requiere una gran sinceridad con nosotros mismos, en ese recóndito pero ineludible lugar dentro de nuestro interior, denominamos conciencia.

Encontrarnos con nosotros mismos es determinar sin duda, qué es lo que queremos hacer de nuestra vida, lo cual nos llevará a actuar en consecuencia. Determinada esa meta, no podemos desviar ninguno de nuestros pasos y, si sucediere, corregirlos a marcha forzada, porque es de suponer que cada uno de nuestros actos los realizaremos en función de ese importante objetivo que nos hemos planteado.

Involucra la globalidad de nuestro proceder como estudiantes, trabajadores, miembros de una familia y de una comunidad. Así, cuando nos encontramos con nosotros mismos y por tanto sabemos qué es lo que queremos de la vida, escogeremos la pareja apropiada, estudiaremos lo que se compadezca con esa forma de vida que queremos y trabajaremos en lo que estimamos idóneo con nuestras ambiciones. Siempre desde una óptica holística; esto es, con visión integral y de conjunto.

No pueden andar nuestras ambiciones y actuaciones separadas, sino que todo debe girar alrededor de ese eje que es la forma de vivir escogida. Por eso es tan importante la sinceridad con nosotros mismos, para que toda actuación nos aleje de cualquier frustración o trauma, llenándonos de realización; porque en función de nuestro objetivo crecemos física y espiritualmente a medida que avanzamos, convirtiendo los problemas en asuntos por resolver y los obstáculos en acicate para luchar con más fuerza, en función de nuestro proyecto personal de vida.

Read Full Post »

YO TAMBIEN TENGO UN SUEÑO

DAMA DE LA JUSTICIA IIEl 28 de agosto de 1963, en Washington DC., frente a más de 200.000 personas que se habían trasladado por todos los medios de todos los Estados Unidos de Norteamérica,  ese inolvidable  defensor de los derechos civiles, el Reverendo Dr. Martin Luther King, dio uno de los discursos reconocido mundialmente como de los más importantes del Siglo XX. Dados sus resultados,  hoy estamos seguros que en sus palabras no sólo envolvió el racismo contra los negros en su país, donde, lamentablemente, aún hoy de alguna manera se mantiene; sino que englobó a todas aquellas personas que de alguna forma  por su raza, nacionalidad, posición social o política, son excluidos en cualquier sociedad del mundo. Como parte de su maravillosa proclama, dijo: «Yo tengo un sueño…que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo; mantenemos estas verdades que son evidentes: que todos los hombres son creados iguales…»

Sería inoficioso por tantas fuentes a la mano donde se puede leer, repetir aquí ese maravilloso discurso a favor de los derechos civiles, cual no obstante haberle costado la vida, abrió una brecha que nunca pudo ser cerrada por los más oscuros intereses en los Estados Unidos de Norte América, por la cual se ha colado en estos más de 50 años, aunque aún no en su integralidad, la libertad e igualdad de las personas que allí residen, alcanzando no sólo a los negros (afroamericanos) sino también a los de otras nacionalidades y razas.    

En su acalorado discurso recordó que “…todos los hombres son creados iguales…» Una verdad incuestionable, pero que desgraciadamente no se cumple en casi ningún país del mundo. Al menos en nuestros países Latinoamericanos, no hemos logrado llegar a concretar ese sueño, que hemos hecho nuestro. La herencia mantuana española, nos sembró la semilla de la segregación hacia los indios, originarios dueños de estas tierras, los negros utilizados como esclavos para hacerla producir y los mestizos, producto de la unión entre esas dos razas; y aún  hoy a 200 años de la independencia, seguimos sufriendo segregación racial, política y económica, lo  que con profunda tristeza me hace sentir,  que mi sueño de igualdad entre mis conciudadanos, tampoco termina de cumplirse. Pero aquí seguimos no sólo soñando, sino trabajando, predicando, denunciando el segregacionismo y exclusión, que son los males que combatió ese sueño, porque sabemos que los sueños algún día se harán realidad.

Read Full Post »

33424_1501781785377_1259173846_1378487_4189322_n

Ayer, en un semáforo pidiendo limosna, observé dos mujeres muy jóvenes y mal vestidas, cada una con un niño desarrapado y mal tratado en sus brazos. Le comenté a mi acompañante que me llamaba la atención que los trataran tan mal, siendo prácticamente unos bebés. Mi interlocutor me respondió: “No son sus hijos, se los alquilan para pedir limosna.” Aquel espectáculo me llenó de rabia y tristeza al reflexionar sobre la importancia de ser un Padre; porque seguramente, esos niños que usaban como elemento para enternecer a los viandantes, carecían de padre.

La cualidad de padre no es como ser un padrote de un rebaño de ganado, cuya labor es preñar las vacas sin que esto acarree para el macho más que un placer pasajero y un beneficio para el dueño del hato.

Ser padre conlleva responsabilidad y el compromiso de responder ante sí mismo y ante la sociedad, por la vida grata y segura de los  hijos; conlleva el cuidado especial del bebé, conjuntamente con su madre,  dándole atención en todo su desarrollo, a su alimentación, salud física, sicológica y educacional hasta su mayoría de edad, o si fuere a la Universidad, hasta que termine su carrera. Adicionalmente, durante ese trayecto de vida, otra de sus obligaciones es infundirle los principios innegociables y rectos valores de la sociedad donde se desarrollen, sobre la base ejemplar de nuestras propias actitudes en la familia y con las demás personas. Es que cuando salen de nuestro hogar, el único equipaje seguro y efectivo que se llevarán los hijos, será aquel sembremos en su conciencia, en lo más profundo de su ser, donde nadie nunca  podrá arrebatárselos.

Los padres nunca dejamos de serlo. Ciertamente, lo somos durante toda nuestra vida; por tanto, cumplida que fuere esa primera etapa  formativa, continuamos ayudando de todas las formas posibles, a que nuestros hijos logren sus mejores metas para su felicidad y la de sus familias.

Creo que si todos los padres cumpliésemos con esa obligación sagrada de criar debidamente a nuestros hijos, no habría todas las semanas tanta delincuencia juvenil, ni tantos muertos regando el país, entre  dieciséis y veinticinco años, como lo reflejan permanentemente los medios de comunicación social masiva. De hecho, muchos de esos jóvenes que mueren por andar un camino equivocado, posiblemente fueron como esos dos niños que miré en el semáforo pidiendo limosna y que me produjeron estas dolorosas pero necesarias reflexiones.

Read Full Post »

Este vocablo de inmenso sentido humano, se hace inconmensurable cuando se trata de la relación de pareja, porque representa ese especial compromiso que, aunque no se escribe en ninguna parte, se convierte en la base fundamental de la permanencia en esta tan personal relación humana.

Es que el hecho de que alguien nos escoja dentro del universo de miles, y quizás millones de personas, para hacernos una persona especial en y para su vida, es algo extraordinario, y si se quiere… casi milagroso.

El hecho especialísimo de ser detectado por otra persona que nunca antes nos vio, con diferente cultura e ideología sobre la forma de ver la vida  y las cosas; quien pudiera ser que incluso profese diferente religión, conlleva una importante, cuidadosa y permanente actuación personal.

Se trata de una circunstancia vivencial que  tiene que ver con los valores más  relevantes en una relación humana tan íntima como la de hacer pareja, donde cuando se solidifica la relación, más que unirse, dos personas llegan a confundirse física y espiritualmente.

Filosóficamente, el Compromiso es el continente y sus contenidos son, precisamente, esos valores representados por la verdad, respeto, aceptación, reconocimiento, solidaridad, fidelidad, comprensión, generosidad y buena comunicación, cuales se constituyen en la piedra angular sobre la que descansa el objeto de la relación: EL AMOR.

Cuando se mantiene sólido el compromiso que se manifiesta en las actitudes apropiadas, ambos están seguros de lo que tienen y lo que vive.

El convencimiento de que siempre se dice la verdad, genera la entrega íntegra y sin recelos, porque se materializa con plena libertad, sin coacción de ningún género, porque sin ella el amor se hace mediocre y calculado.

El respeto,  la aceptación y el reconocimiento, edifican la personalidad humana y aumenta la autoestima, alimentando la convicción de que se  hizo una elección acertada al escoger la pareja que comparte nuestra vida.

La solidaridad, fidelidad, comprensión y generosidad nos recuerdan a cada momento que no estamos solos en el sendero de la vida; y la buena comunicación permite la manifestación permanente de los sentimientos de amor, que constituyen los eslabones de esa fortísima cadena, que protege el compromiso en una relación edificante y duradera.

No es difícil mantener el compromiso, si estamos conscientes de lo extraordinario que es encontrar en esta vida alguien que, con amor y dedicación, quiera compartir la nuestra.

Read Full Post »

INOCENCIA Y FELICIDAD

Read Full Post »

                                               EL DULCE ENCANTO DEL AMOR

PREMIO POR 1.000.000 DE VISITAS:  Libro gratis: “UNA VIDA FELIZ  click: https://unavidafeliz.com/author/maptalk/

No sé si a todos acontece, pero en mi caso, mi hogar es algo simplemente incomparable; igual hoy, cuando todos los hijos, en función de su vida y felicidad, físicamente nos dejaron solos en ese espacio maravilloso y especial que es más que concreto, ladrillos, muebles, retratos, cuadros, plantas y flores; porque tiene vida propia que palpita todos los días, de la misma manera y vigor que lo hacía hace 40 años, cuando arribó la primera de nuestras hijas.

Habiendo luchado mucho, arriesgado otro tanto, disfrutado lo necesario y vivido intensamente; enfrentado parte de mi vida el temor, la nostalgia, las miserias humanas y vanidad,  no hay sitio donde me sienta más a gusto y seguro, que en estas cuatro paredes que tienen un olor especial, donde todo es muy conocido y tiene un pedacito de mí, y donde está mi amor de siempre: mi compañera de viaje largo, que sabe cómo hacerme sentir que todos los días vale la pena vivirlos; porque no estoy solo con mi gran vulnerabilidad física y espiritual frente a un mundo que es amplio y ajeno,  porque ella, que es la parte más importante de mi existencia, siempre… está ahí.

De alguna manera, para todos los seres vivos siempre hay un hogar; mejor o peor, pero… un hogar. Sin embargo, con tristeza observo cómo algunos de mis hermanos humanos, en esa carrera loca por obtener bienes materiales, poder o fama, hacen pequeño e insignificante  lo que puede ser muy significativo, reconfortante y… grande: el transitar tomados de la mano de quienes aman, dando prioridad a ese increíble por maravilloso, camino de construir su hogar.

El hogar es integral y debe ser tan fuerte que  el tiempo ni las circunstancias puedan disminuir su importancia, como refugio seguro para el alma y el cuerpo. Inicia con dos, que permanecerán por siempre, más allá de la descendencia. Por tanto, no deben los cónyuges subestimar esta circunstancia.

Los hijos llegan y se van, pero papá y mamá quedarán allí; y si no tuvieron el acierto de no confundir los roles y establecer las verdaderas prioridades, cuando ellos emigren quedará convertido en un cascarón vacío e inerte, aburrido y triste, que es todo lo contrario de lo que debe ser… un hogar.

Por todo eso, debemos dar a cada cosa su sitio, importancia y momento. Es la única forma tener siempre un refugio, en el cálido y seguro… hogar.

Read Full Post »


He atravesado Venezuela desde La Guaira hasta Cararabo en Apure; he viajado desde Sichipés en la Goajira, hasta Quita Calzón en el Estado Amazonas; los llanos, los Andes, el Centro. En todo el territorio nacional conocí y traté gente sencilla, pero amable; pobre o rica, pero digna; académicos, estudiantes, autodidactos o sin educación formal, pero gentiles. En general, los venezolanos con quienes conviví eran atentos, generosos, amables, amistosos y… bien felices. Bastaba  conocer una persona, para ya considerarla una relación positiva, por no decir… amiga; siempre dispuestos a compartir sin recelos ni temores.

Hoy, en un gran número e independiente de su edad, cultura o posición social, nos hemos hecho irascibles, maliciosos, poco amables, estresados, materialistas, menos felices, y si se quiere… peligrosos.

En las colas de los bancos o del tránsito, todos apurados, nerviosos, mal humorados y hasta furibundos. Las ofensas por cosas nimias, como esperar prudentemente en el semáforo para avanzar, darle paso a un peatón o mantener una velocidad razonable, trátese de un caballero o una dama, nos convierte en acreedores de calificativos irrepetibles.

Cuando una lata de refresco convertida en proyectil sale por la ventana de una lujosa camioneta; un transeúnte en vez de pasar por el rayado para peatones destruye los jardines viales;  delante de mí los conductores de autobús sueltan un pasajero en mitad de la vía, poniendo en riesgo su vida y mi seguridad; un motorizado policial sin ninguna urgencia transita en contravía, exponiendo a conductores y transeúntes, barrunto que algo anda muy mal.

¿Qué nos sucedió?

¿Dónde se quedó nuestra decencia y formación, recibida en el hogar?

¿Dónde el respeto y amor por las personas, especialmente los niños y los ancianos?

No lo sé, pero tampoco lo entiendo. Me niego a aceptar que nos estamos convirtiendo en gente desagradable, desconsiderada, vulgar, malhumorada, grosera, malintencionada, resentida, envidiosa, y consecuencialmente… malos ciudadanos.

Tenemos que aquietarnos, revisarnos, y si es posible repensarnos. Quizás debamos hacer una reingeniería de nuestra vida, para poder disfrutar –aún con todos sus males- de  uno de los últimos refugios del mundo; con hermosos paisajes, clima envidiable y… mil oportunidades.

No es difícil recuperar el amor, la consecuencia, la paciencia, la generosidad y la alegría. Solo hace falta convicción del compromiso con esta bendita tierra que nos ha dado todo, para ser merecedores de llamarnos con verdadera cualidad y orgullo: venezolanos.

Read Full Post »

Por solicitud de una lectora Bogotana, repito este post que escribí y  publiqué el año  2008.

“SI TUVIERA DOS VIDAS TE REGALARÌA UNA; SIN EMBARGO, LA ÙNICA QUE TENGO   TE LA OFREZCO PARA HACER UNA SOLA CONTIGO.”


¿Cómo actuar luego de producida la infidelidad sexual?

Para el ofendido su sorpresa, orgullo herido, dolor y frustración no dan tiempo para el análisis racional de la situación, sino para la acción inmediata y violenta de rechazo.  Sin embargo, antes de abordar la actuación posterior, conviene analizar someramente los antecedentes previos al suceso.

Tomaré como referencia un caso de la vida real, como textualmente me fue propuesto por una de mis lectoras:

Descubrí que mi esposo me fue infiel, él me explicó que está muy arrepentido porque me quiere, pero que no sabe que le impulsó a hacerlo. Sólo tuvo contacto sexual una vez para quitarse esa inquietud y que esa relación ya no existe. Yo lo amo y no sé como manejar esto. Tengo tanta rabia, frustración y hasta dudo de mi capacidad sexual. Quiero perdonarlo pero tengo miedo que luego se vuelva a repetir, pero es que tampoco quiero perderlo porque salvo esto, él es  muy considerado conmigo, agradable  y sé que me ama. “

La infidelidad sexual no se produce por un impulso momentáneo; se trata de un proceso acumulativo de insatisfacciones que desencadena en una actuación cargada de emotividad, frustración, perturbación, confusión, y a veces, irracionalidad.

Es el triunfo de la originalidad sobre la cultura, actualizada por una reacción animal instintiva que supera principios éticos, que soportan la relación de pareja. La permanente lucha del hombre civilizado con su herencia atávica: atracción heterosexual y cópula.

Para el ofendido, el acto desleal violenta los sentimientos, los pactos de amor y solidaridad que produjeron la unión, afectando la fe, confianza, seguridad en si mismo y en la relación: el mundo se pone… oscuro.

Para el ofensor, la fantasía y debilidad dan paso a la realidad. Al momento fugaz de supuesto goce -que la mayoría de las veces no es nada extraordinario- sigue la perturbación, angustia y sentimiento de culpa; los remordimientos y tardía racionalización de las consecuencias cobran un precio demasiado alto, que algunas veces destruye años de esfuerzos, dedicación y… sueños.

La reflexión llega tardíamente, pero… llega. El mundo se pone pequeño y la vida se hace… miserable. El mal está hecho y la sensación es la de un  callejón sin salida. Para los dos es un momento aciago, en el cual se encuentran solos, porque nadie puede ayudarlos. El shock da paso al temor a las consecuencias, y ambos, emocional  y mentalmente desestabilizados se preguntan: ¿Y ahora qué?

En muchos casos, se trata de personas que por años han tenido una conducta apropiada de fidelidad y consecuencia, pero quienes en un momento dado, por razones que ellos mismos no pueden racionalizar,  cometen un error. Surgen entonces algunas interrogantes:

¿Debe condenarse sin término de juicio?

¿No tiene ningún valor su actuación consecuente, honesta, leal y solidaria, frente a un acto equivocado?

¿Cuando se unen dos no se aceptan con sus virtudes y defectos?

¿Acaso la solidaridad no es en las buenas y en las malas?

¿No es cuando nuestro par  tiene problemas cuando más requiere nuestra comprensión y… ayuda?

Frente al suceso fáctico sólo queda una opción válida, inteligente, sincera y valiente: controlar el dolor, la ira de uno y la tendencia a la justificación del otro, en pro de analizar los factores incidentes que desencadenaron la situación, poniendo por delante la verdad para decir, sin ambages y falsos prejuicios, lo que se siente que ha fallado en la relación.

De ese análisis sincero surgirá la realidad de  cuándo se inició el proceso de deterioro, cómo y porqué se produjo; pero también por qué  no fue advertido y tratado a tiempo. Si predomina la verdad y no la justificación, ambos, de alguna manera, consciente o inconscientemente, en mayor o menor grado resultarán con incidencia de culpa.

Si la llama del amor se mantiene viva, la frustración y el temor darán paso a la reflexión sobre valor de lo que se está en juego. La aceptación de la actuación errada, la solicitud del perdón y la contrición resarcirán el dolor. La nobleza y generosidad, hermanas gemelas del amor propiciarán el perdón y… el olvido.

El tiempo dará oportunidad al ofensor de compensar con creces sus errores y el ofendido se sentirá satisfecho de haber tenido la altura espiritual, que se requiere para perdonar y olvidar;  con lo cual, por cierto, salvó la relación.

Si por el contrario, no obstante habérsele dado la oportunidad de corregir definitivamente el entuerto, el ofensor resultare reincidente y se terminare la relación, no sería el ofendido el gran perdedor; porque para él, en el camino de la vida, en su misma vía y en sentido contrario,  otros vienen en busca de lo mismo, con idénticos deseos, ambiciones y sueños; en un momento, sin  importar como ni cuando, se encontrarán, sentirán que llegaron a su destino y se producirá el milagro: el amor nuevamente tocará la puerta y… deberá abrírsele.

Por su parte, quienes no tienen suficiente amor, generosidad y nobleza para entender que la pareja no es de ángeles, sino de seres humanos con virtudes y defectos; ambos tratando de ser mejores en un mundo complejo y progresivamente insensible a la ternura, consecuencia y solidaridad humanas, en una situación de infidelidad dejan que sus más radicales sentimientos decidan la situación, y el resultado siempre es el mismo: irreflexión, incomprensión, odio, rencor, frustración, revanchismo. Como consecuencia, soledad y tristeza, para lo cual por cierto no se requiere tener una pareja.

Read Full Post »

«AMOR, CONSIDERACIÓN Y RESPETO ES TODO LO QUE PIDE UNA MUJER»

En mi vida, desde muy tierna edad, siempre existieron mujeres que signaron de manera definitiva mi sino; por ellas he sentido la mayor ternura, respeto, admiración, pasión, y se quiere, devoción. De ellas aprendí el amor, la compasión, la caridad, la gratitud y esos otros valores humanos que nos forjan más cercanos, sensibles y solidarios con nuestros hermanos de especie, haciéndonos merecedores de llamarnos… hijos de Dios.

Comenzó con mi madre, esa dama antañona que llenó de amor el sendero que con ella viví; que proyectó el camino de mi vida, sobre la base de creer en uno mismo, de dar paso a las situaciones por adversas que fueren, con la fe y la seguridad de que, siempre, sin importar cuando, podremos superarlas.

Mi hermanita que convivió conmigo su niñez, que me llenó de afecto;  y al final, cuando siendo aun una niña Dios la llamó a su encuentro, por siempre dejó un aroma de azahar en mi alma, que  hoy, en este momento, lo percibo en lo más profundo de mi sentimiento.

Luego vino mi esposa, esa compañera de viaje largo que perfumó mi vida y siendo muy joven subió a mi barco, para ayudarme a llevarlo a puerto seguro. De ella aprendí lo importante del compromiso,  que conlleva respeto,  admiración, aceptación, consideración y buena comunicación, como los tres  pilares que soportan cualquier buena relación de pareja: amor, admiración y respeto.

Después vinieron mis tres bellísimas y amorosas hijas, que son la extensión de ese tierno amor que nos permitió edificar y mantener un hogar por más de cuatro décadas,  donde somos un equipo, y la felicidad es nuestro color de identidad.

Conozco mis hijas muy bien; las he visto llorar de amor y por amor, enfrentando con entereza pero con generosidad cualquier circunstancia, sin permitir perder la confianza en sí mismas y en los demás seres humanos, por lo cual siempre las he visto  perdonar y olvidar agravios, sobreponerse y… triunfar.

Las admiro, porque las he visto hacerse mujeres y sé que no es nada fácil el papel de madres, esposas, leales y entrañables amigas. Fabrican hombres y los hacen seguir el buen camino, aunque la mayoría de las veces no les sea debidamente reconocido.

Constantemente las he necesitado y siempre las necesitaré. Quiero irme primero, porque creo que no se vivir sin ellas; han sido siempre mi mayor acicate para salir adelante, mi mayor bendición y a ellas debo el éxito logrado en mi vida, que resume en una frase: SER FELIZ..

 

Read Full Post »

LO IMPORTANTE ES SENTIR Y… VIVIR

Más de la mitad de mis casi setenta años los he vivido feliz al lado de una mujer; quizás por eso extraño que algunas damas, al cumplir los cincuenta años, estimen que su vida declina y que se pierde interés en ellas.

Como esposo activo fìsica y espiritualmente, aseguro que es a partir de esa edad, cuando con un protagonismo nuevo, las mujeres se hacen especialmente atractivas y sensuales, ya que, además de su serena belleza, el haber sido madres y esposas les dota de una conjunción de sentimientos de confianza, generosidad, comprensión y experiencia, que las hace -como lo expresa un poema- como las frutas pintonas que dicen mucho… por dentro.

En esa edad dorada, habiendo cumplido con los complicados deberes que involucra levantar la prole, las mujeres pueden dedicar su mejor tiempo a disfrutar con toda la magia, pasión y libertad que requiere el amor para lograr su realización, que conjuga sexo y espíritu, haciéndolas para esa persona que aman y cuando la ocasión lo requiriera, románticas novias, leales esposas, apasionadas amantes o dedicadas madres.

Es el tiempo en que la mujer se encuentra a si misma, con sus virtudes y sus defectos. Es la época cuando desarrolla su mejor capacidad de amar y está segura de su valor como mujer, que su aquilatada experiencia además de sus bondades físicas e intelectuales, le aseguran la posibilidad de únicamente hacer lo que quiere, cómo y… cuando quiere.

A partir de los cincuenta, la mujer se crea prácticamente una coraza frente a las fruslerías, vanidades y nimiedades que afectan la juventud femenina; ya no se siente la princesa del cuento de hadas sino la mujer real, normal, común y corriente, con probada capacidad para amar y mucho dar, pero también con suficiente valor y autoridad moral para exigir y recibir en compensación, lo que conoce que en justicia le corresponde.

Esa mujer hecha, sabe que el respeto y la admiración son las bases del amor permanente; que la magia y la pasión no conocen de edad, raza, posición social ni contextura física; que en el amor la lealtad genera confianza, la sinceridad armonía y el toque de locura tiene sabor de… aventura.

Simplemente, sin nostaliga aprecia lo que fue y se siente feliz con los altos y bajos de la vida; con lo que es hoy, en el momento en que vive, que a voluntad puede hacer temporal o… eterno.

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »