Hoy, perdido en mis recuerdos, me devuelvo, cincuenta y ocho años atrás, desde el pueblo donde crecí, Caicara del Orinoco y en mi primera visita a Maracay, con un buen amigo que me presentó uno de sus compañeros de estudio en la Escuela Primaria, a quien le dijo: “….te presento a mi amigo Amaurí Castillo, quien como tú es poeta, a quien le hable de tus poemas y me pidió conocerte”. Ese día conocí un interesante joven, que sin ninguna reserva no sólo me habló de sus poemas sino que me regaló en original escrito por él en su màquina de escribir Underwood, que según sus palabras “…te gustarà mucho.” Aquel día, cual no recuerdo la fecha completa pero sí se que fue el año 1960, recibí de un hombre intelectual, joven y sencillo, un poema bellísimo que por muchos años memoricé completo, pero que como muchas de mis vivencias y en circunstancias muy especiales, la inconsecuencia de un alma atormentada que me hizo compañía por pocos años, a quien le entregué confiado mi poemario donde también guardaba ese original del citado poema, y el tiempo en parte… se llevó.
Tantos años han pasado y mi memoria no me ayuda, que no me acuerdo ni siquiera el nombre del poeta, sino que era de Maracay y sus apellidos, quizás Pérez Ramos, de lo cual no estoy tampoco tan seguro. Lo cierto es que el poema tenía un título que me cautivó, porque desde que aprendí a leer con uso de razón fui un fan de nuestro inolvidable Poeta Andrès Eloy Blanco, y muy especialmente de su poema “Angelitos Negros”. El título del Poema que me obsequió su Autor era “Contestación a Píntame Angelitos Negros”. Con los años he investigado dentro de lo posible, inclusive por Internet, si en alguna parte ese poema fue publicado, pero no he logrado encontrar nada. Sin embargo, como todavía quedan lectores quienes disfrutan de la poesía, la idea de este escrito es, precisamente, compartir los versos que recuerdo con quien quiera degustar, aunque sea en parte, de un bello poema venezolano; y que ojalá algún lector conociere si en alguna parte alguien ha publicado este poema y me lo hiciere saber, El contenido que recuerdo del poema citado, expresaba:
“Voy a hacerla de pintor para pintar tu contento;
pintando una Virgen blanca con siete angelitos negros,
nacidos, como tú quieres, de Morón a Barlovento.
Vendrán angelitos negros codeándose con los blancos,
pintaditos de carbón y con pelucas de pimienta,
guardando en estuches rojos, siete sonrisas de perlas,
introduciendo los mina en los caminos del Cielo.
Negrito, vete poniendo tus alpargatitas nuevas,
para hacer un largo viaje a lomos de mi acuarela,
que si te echase de menos la aristocracia del cielo,
le dices que vas conmigo, que tu vas en mi poema,
cruzando miles caminos para llegar hasta ella
Negros de la costa negra,
y que vas representando a los negros de mi tierra.
Regiones de Venezuela,
Cuando Barlovento llora,
Cuando se quejan su negros
Ya sienten dolor profundo
Los angelitos del cielo,
Porque no hay ángeles blancos,
porque no hay àngeles negros,
porque no hay policromìa de azabache y acuarela,
en la alta jerarquía del confín del Universo.
Por eso yo te complazco,
pintando angelitos negros,
Que aunque la Virgen sea blanca y los deje morir de miedo,
Los ángeles de mi tierra, también llegarán al cielo.”
Comparto estas vivencias con mis lectores, porque creo que lo bello y lo bueno debe compartirse. También porque soy muy feliz con mis setenta y nueve años de vida, quizás porque como alguien alguna vez escribió: “…no me arrepiento de nada de lo que he hecho ni de lo que he dejado de hacer..” Asimismo, porque después de más de cincuenta años de casado con mi amada Nancy, sigo enamorado de ella y de la vida; haber podido crear una familia de cinco hijos, hoy todos con sus propias familias felices; no almacenar en mi alma o mi conciencia odio o envidia por nada ni nadie; vivir intensamente cada hora de cada día de mi vida, pensando que voy a vivir muchos años, pero disfrutando de cada cosa, persona o elemento de la naturaleza, como si este fuera el último; desde que tengo uso de razón, haber tratado y hecho todo lo posible por ser útil –lo cual creo haber logrado con mis Artículos en Revistas y Periòdicos, mis Libros, conferencias, mi profesión de Abogado y mi Blog www.unavidafeliz.com- pero nunca una carga para nadie; no recordar haber tenido enemigos ni los tengo, quizás porque siempre he sentido un profundo respeto por la persona humana de todos mis congéneres conocidos, aceptando sin juzgar sus virtudes y defectos; amar a la gente y respetar su individualidad sin importar edad, género, raza o nacionalidad, porque siento que todos son mis hermanos; haber recibido tantas demostraciones de amor y cariño de mujeres y hombres desde que soy un niño, ciertamente no me dejan concebir el rencor o antipatía; haber visto con plena capacidad mental en más de sesenta años, cambiar buena parte, no del mundo sino de la forma de pensar de su gente, hacen aún mayor mi agradecimiento a Dios por esta vida que me dio; pertenecer a una generación tan especial que conoció dos Siglos y dos Milenios, me hace sentirme tan privilegiado, que sé sin lugar a dudas que, para que nazca otra persona, que como yo vea durante su vida llegar dos Siglos y dos Milenos, hace falta que transcurran por lo menos novecientos años, sinceramente es algo muy especial.
Finalmente, quiero dejar a mis lectores un mensaje de experiencias vividas por alguien de las características generales e integrales arriba expuestas, que resuma el hecho cierto de que somos nosotros y nadie más quienes decidimos nuestro propio destino, siempre sobre la base de lo que creemos y esperamos de nosotros mismos,
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