Hoy, al entrar en una Clínica local, tropecé con una joven dama que lloraba inconsolablemente, por lo cual me dirigí a ella con la intención de ver si podía hacer algo por confortarla en su pena. Al preguntarle cual era su problema, entre lágrimas me contó que su madre acababa de morir en la Emergencia. Tierna pero respetuosamente tomé sus manos entre las mías y le hablé un momento sobre lo que considero es la muerte como fenómeno universal más físico que espiritual; aconsejándole hablar con Dios, porque sin duda, ni una hoja de un árbol se mueve sin su voluntad. Ella me miró, secó sus lágrimas y me permitió continuar emitiéndole algunos criterios sobre la muerte, que como muchas veces lo he escrito, para mí es “el regreso” a esa morada que Dios tiene para cada uno de nosotros, donde ya estuvimos antes. Ella se tranquilizó y noté que, aunque no me lo dijo, ella no tenía claro como hablar con Dios, porque creo que sólo la habían enseñado a rezar. Yo traté de orientarla al respecto y este hecho fortuito, pero muy común, me hizo reflexionar sobre que para algunas personas no es fácil entender cómo hablar con Dios. Sin embargo, algunos hombres especiales y por mí muy admirados desde hace bastantes años, como es el caso del Ministro Evangélico norteamericano Norman Vincent Peale, en su obra “Por qué Algunos Pensadores Positivos Obtienen Resultados Poderosos” (1987) y el cual se ha reeditado más de diez veces, me hizo pensar que podría ser oportuno y conveniente compartir con mis lectores –independiente de que hayan o no leído el mencionado libro- algunas de las variadas y efectivas Invocaciones y Afirmaciones que se contienen en el mismo, y que me consta se convierten en Decretos Positivos a favor de nuestra vida físico-espiritual, así como Agradecimientos a Dios por tantas bendiciones que todos los días nos ofrece; entre las cuales, a mi manera de ver la vida –luego de haber estado varias veces muy cerca de la muerte y con la ayuda de Dios haber sobrevivido- destacan especialmente aquellas a favor de la vida, la salud y la felicidad. De tal suerte, tomando prestadas las palabras textuales del ya mencionado autor, me permito transcribirles algunas de sus expresiones literarias, que no tengo ninguna duda podrán serles de gran utilidad.
INVOCACION AL AMANECER PARA OFRECER EL DIA:
GRACIAS TE DOY SEÑOR, PORQUE ESTOY VIVO
GRACIAS POR MI FAMILIA Y MIS AMIGOS
HOY VA A SER UN GRAN DIA
TENGO GRANDES ESPERANZAS POR LO QUE ME TRAERÁ EL DÍA DE HOY
ME PROPONGO VIVIR TODO MINUTO DE EL INTENSAMENTE
AGRADECIMIENTO POR NUESTRO MILAGROSO CUERPO:
GRACIAS DIOS MIO POR MI MENTE CLARA
GRACIAS POR MI CORAZÓN ROBUSTO
GRACIAS POR MIS PULMONES SANOS
GRACIAS POR MI RED MARAVILLOSA DE VENAS Y ARTERIAS
GRACIAS POR MI CONFIABLE SISTEMA DIGESTIVO
GRACIAS POR MI VISTA Y MI OÍDO
GRACIAS POR LA PERFECCIÓN DE TU OBRA CREADORA TAL COMO SE VE EN TODO MI ORGANISMO
AFIRMACIÓN DE QUE DIOS EN TODO MOMENTO ESTÁ CON NOSOTROÓ:
LA FUERZA VITAL DE DIOS INUNDA EN ESTE MOMENTO TODO MI SER
TODO MI CUERPO SE LLENA DE SALUD
LA GRACIA SANADORÁ DEL GRAN MÉDICO ME SOSTIENE
EN ÉL ESTA LA VIDA: SU VIDA ESTÁ EN MÍ
ESTOY SANO Y FUERTE. ¡ALABADO SEA DIOS!
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