La sinceridad es una de las grandes virtudes del ser humano; entre otras cosas, porque nos permite sentir que decimos la verdad y esa es una forma de tranquilizar el espíritu. Cuando hablamos de sinceridad, en lenguaje coloquial, queremos decir que nos comunicamos y manifestamos a los demás lo que realmente sentimos.
Sin embargo, casi nunca nos referimos a la “auto sinceridad”, vale decir, quienes y como somos realmente nosotros mismos, lo cual trae por consecuencia que muchas personas vivan una existencia confusa y complicada, porque no logran encontrarse consigo mismos. Como consecuencia, al no aceptarse realmente como son, tratan de lograr atajos o justificaciones para sus decisiones, que de tal manera suelen ser desacertadas.
Si nos preguntamos y nos respondemos quienes somos, nos vemos obligados a analizarnos sinceramente de adentro hacia afuera, sobre cómo sentimos que somos en nuestro fuero interno; esto es ¿Nos sentimos internamente nobles, generosos, amables, amigables, considerados, desprendidos, amorosos, solidarios, leales, auténticos, afortunados, diligentes, espiritualmente elevados y… felices? O si por el contrario ¿Nos sentimos aislados, indiferentes a los problemas de los demás, segregados, excluidos, rabiosos o inconformes con nuestra familia, amigos y fortuna? La respuesta a estas interrogantes íntimas en nuestra conciencia, nos permitirá medir hasta que punto estamos en capacidad de vivir una vida plena, al tiempo que nos posibilitará determinar cuáles son nuestras deficiencias o capacidades para lograr tal objetivo.
Las personas felices saben perfectamente quienes y como son. No se sienten superiores ni inferiores a nadie, sino que simplemente se valoran como son. Este conocimiento íntimo de su ser y sentir, les permite saber hasta dónde pueden ser vulnerables frente a cualquier evento doloroso, pero también cuan mesurados actuarían en una situación especialmente afortunada. El conocimiento de su ser intrínseco les permite asimismo advertir su capacidad para beneficiar a su entorno íntimo y a la comunidad en general.
Por eso es tan importante conocernos internamente para saber QUIENES Y COMO SOMOS REALMENTE, que es como decir, cual es nuestro peso específico. Tal certeza nos hace ser comedidos y entender hasta donde somos capaces de lograr cualquier empresa; cual cosa está a nuestro alcance y cual no; y como resultado, nuestro potencial para entender a las personas y sus necesidades, sin subestimar o sobreestimar nada o a nadie. Tal conocimiento nos ayudará a realizar de la mejor manera, la actuación más trascendente de un ser humano en esta vida: SER UTIL.
Deja una respuesta