Vivo por días, lo disfruto intensamente las veinticuatro horas. Quienes viven por años tienen la posibilidad de ubicarse en la estación que les plazca disfrutandola a placer, porque no dependen de tiempo o espacio sino de su voluntad personal. Quien se sienta alegre, vigoroso y activo, disfrutando los colores de las flores, el canto de los pàjaros y la mùsica especial de la palabra amor, independiente de su edad, estará en primavera.
Si no obstante ser jóven se siente cansado, taciturno, pesimista, descuidando deleitarse en el bello sol del dìa, la calidez del frìo nocturno, la cantarina risa de los niños y el caer del agua en las quebradas, el aroma de las flores, estará ubicado en invierno.
Aquellos que sienten que la envidia corroe sus entrañas, que su vida no ha sido justa y se queman en la hoguera de los odios y la frustraciòn, viven en los rigores del calor del duro verano.
Los que se sienten doblegados por su edad avanzada, otorgando a la juventud màs trascendencia de la que tiene, sin considerar los grandes logros històricos de hombres realmente viejos; que el no disponer de riqueza y poder les hace demasiado vulnerables; que recuerdan nostàlgicos lo que fue y temen a lo que vendrá, viven sin remedio en el otoño.
Es que ser felices es un compromiso personal y una forma de agradecer a Dios nuestra existencia. Aun sin movernos podemos viajar con nuestra mente donde queramos y sin limitaciòn alguna.
Podemos soñar cuanto deseemos y convertirlo en realidad. Si imaginamos montañas cubiertas de nieve como maravillosas, podemos ser felices, pero si suponemos el frìo congelante, nos aterrorizaremos con su presencia. Imaginar ricos manjares, su sabor y aroma nos hace disfrutarlos con deleite, pero convencernos de que engordan o indigestan nos hace aborrecerlos.
Si aceptamos la enfermedad como excepcional y no como normal, porque son el escape de sentimientos retenidos, rencores y frustraciones represados; consecuencia de la insatisfacciòn, falta de desprendimiento, aceptación, amor y generosidad, nuestra salud será invulnerable. De hecho, no conozco personas realmente felices que se sientan o manifiesten enfermas.
Fuimos diseñados para amar, no importa donde, cómo, cuando ni a quien, y eso nos hace bellos, saludables y generosos. En una vida tan corta, donde los buenos somos mayoría, nuestro destino es hacer lo que nos satisfaga y nuestro fin la felicidad. Nos toca escoger y no es nada difìcil hacerlo.
Muchas felicidades dr. son los mejores textos que he leido, y me han sido de mucha ayuda en temas que imparto con jovenes, creo que este es un tema muy importante, todo ser humano, tiene relacion con la naturaleza,y ciertamente, nuestro pensar o ver las cosas, podemos relacionarlo fácilmente con las estaciones del año, dios nos da la oportunidad de estar siempre en primavera emocionalmente, mas nuestra negatividad natural, no hace ver siempre los errores de la vida y apaga la escencia de ella, la felicidad, el bien comun, y principalmente el saber amar.
El saber amar no solo implica dar cvariño a los demas, el saber amar implica defender, respetar, tolerar a los demas, a los que nos rodean, a nuestro hermano.
Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, por tal motivo tenemos que seguir sus principios, amar al projimo como amar a uno mismo.
Cabe mencionar que para saber amar, debes primero amarte a ti mismo, esto quiere decir, estar emocionalmente bien, porque como puede ayudar uno a sacar a alguien de un pozo cuando tu tambien estas sumergido en uno???