“Lo importante no es cuánto se vive, sino cómo se vive.”
Estoy convencido que la vida es algo más que respirar, comer y dormir; es como una bola de plastilina que se nos entrega al nacer, para que le demos la forma que deseemos. Pero, como únicamente nosotros tenemos acceso a nuestro ser interior, conforme a nuestra individual óptica propia y del entorno resultará mejor o peor.
Por otra parte, el privilegio de poder manejar nuestro estado de ánimo en el período de vida que nos pertenezca, posibilita manejar a nuestro antojo el factor tiempo, respecto de la intensidad de nuestros momentos felices. Así, podemos vivir situaciones por años sin experimentar plenitud, pero en otros casos o circunstancias, en un minuto vivimos un mundo de felicidad.
He presenciado tantas escenas edificantes y aleccionadoras, cuando los humanos somos capaces de ponernos por encima de nuestras miserias humanas y dejamos fluir esa espiritualidad que heredamos de Dios y que simplemente nos hace… maravillosos.
Hoy revisé las fotos de la boda de Katie Kirkpatrick, de 21 años con su novio Nick de 23, el 11 de Enero de 2005 en los Estados Unidos, cuales me arrancaron lágrimas, que no preciso si son de dolor, tristeza, felicidad o alegría.
En su boda Katie estaba espectac
ular con su traje blanco bellísimo que la hacía especialmente tierna y desbordando alegría, obsequiando a los p
resentes su mejor sonrisa, amor y dulzura, aunque ciertamente, se veía delgada… muy delgada, lo cual pareciera natural si consideramos que ella sufría de un cáncer terminal, que le hacía perder peso todos los días.
Su novio Nick, sus padres y los amigos presentes estaban emocionados, inundados de alegría, amor, belleza y… ternura. Al fin y al cabo, ella era la mujer que él había amado desde que era adolescente, y contraer matrimonio con ella no era sólo cumplir una promesa sino materializar un sueño, que se hacía realidad aunque solo fuera por poco tiempo.
En la fiesta, Katie reía a mandíbula batiente sentada en su silla de ruedas, escuchando a su flamante marido y sus amigos cantando para ella. A su lado, su fiel compañero de los últimos años, el tubo de oxígeno que le daba respiración artificial. De tiempo en tiempo, en medio de la fiesta, Katie se paraba pero tenía que sentarse a descansar, porque el dolor no le permitía estar muchos ocos minutos de pie, pero en ningún momento venció su sonrisa.
Katie sabía que le quedaban pocos días de vida -quizás horas- pero los vivió intensamente con ese maravilloso hombre que Dios había dispuesto para ella, quien había permanecido todo el tiempo a la cabecera de su cama y ahora cumplía su mayor sueño. Ella entendía que ese era su regalo de vida, que muchas personas aun con muy buena salud y muchos años por delante, teniendo la oportunidad de vivirlo todos los días, no tenían idea de su importancia y lo desperdiciaban.
Katie… murió 5 días después del casamiento.
¿A dónde iría Katie? No lo se, creo que sólo Dios lo sabe. Pero sí siento es que para quienes tuvimos la oportunidad de verla, aunque fuera en fotos, su carita de ángel, su voluntad venciendo su propio dolor, y su valor por encima de cualquier vaticinio, para disfrutar de una felicidad que le estaba robando a lo poco que le quedaba de vida, representa una valiosa lección que nunca deberíamos olvidar.
Katie nos dejó un mensaje imperecedero: La felicidad convive con nosotros, siempre esperándonos e independientemente de cual fuere nuestra situación; porque en el fondo, en lo más profundo de nuestro ser, lo importante es qué sentimos por la vida y por las demás personas. Pero también, que la felicidad no tiene tiempo definido y, por lo tanto, no se trata de cuanto se vive sino de cómo y por qué se vive.
Me encanta tu blog.
QUE BELLO ESTE ARTICULO, PERSONALMENTE ME TOCA. TE ADMIRO MUCHO POR TU GRAN PASION DE HACERNOS LLEGAR A MUCHAS PERSONAS TODAS ESTAS REFLEXIONES Y ARTICULOS QUE ESCRIBES, LOS QUIERO MUCHO UN GRAN ABRAZO.
GRACIAS REINA POR TU COMENTARIO. TE ENVIE UNA RESPUESTA APROPIADA A TU CORREO aidaggstr@gmail.com, PERO ME LO RECHAZÒ EL SISTEMA. ENVIAME OTRO CORREO Y TE REENVÌO.
QUE DIOS TE BENDIGA.
DR. AMAURI CASTILLO R.
http://WWW.UNAVIDAFELIZ.COM
amauricastillo2gmail.copm
Gracias, hoy una vez más mi Dios me dice que me ama a traves de sus palabras. En realidad mi vida sentimental se quedó en el pasado y no he encontrado una persona con quien compartir algo más que un momento de placer. Siento que algo en mi no esta insertado hacia lo positivo y de ello habla usted al referirse al TEMOr de vivir en pareja y como desprenderme del pasado con la seguridad que sola pòdré seguir y de que me irá bien al lado de otra pareja.