“LOS MOMENTOS FELICES NO PUEDEN ESPERAR”
En una sesión de asesoramiento, un empresario me manifestaba su preocupación porque los negocios estaban decayendo, las proyecciones económicas no eran buenas y vaticinaban una recesión. Cuando luego de emitirle mi criterio pregunté con interés por su familia, su respuesta fue realmente vaga y desinteresada; tal como si al formular esa pregunta, estuviera tratando algo de menor importancia. En ese momento recordé al rabino Harol Kushner, cuando escribió:
“¿De qué se trata la vida? No es acerca de escribir grandes libros, amasar una gran fortuna, alcanzar el poder; es acerca del amar y ser amado, es acerca de disfrutar la comida y sentarse al sol, en vez de almorzar corriendo y regresar apuradamente a la oficina. Es para saborear los momentos que no perduran, los atardeceres, las hojas que cambian de color en el otoño, los escasos momentos de comunicación real. Es acerca de saborearlos en vez de perderlos, porque estamos tan ocupados y no van a esperarnos hasta que tengamos tiempo para ellos.” (Citado por el Dr. Ron Jenson en su obra Viva la Vida no Sobreviva),
Ciertamente, a muchas personas se les escapa lo más bello del maravilloso hoy, pensando y preocupados por lo que pudiera suceder el día de mañana. En esa inquietud por asegurarse un futuro, que es incierto e imprevisible, mediante la acumulación de riqueza y poder, descuidan las cosas bellas, sentidas, sencillas e inmediatas, cuales tienen a su alrededor y pudieran hacer su felicidad, cuales para disfrutarlas no requiere ninguno de esos dos factores.
Es que para amar y ser amados, para disfrutar de la familia, de la paz mágica del hogar que premia el esfuerzo razonable, se requiere equilibrar el tiempo y el esfuerzo. La actividad productiva moderada deja holgado espacio para el disfrute de la familia, trabajo, comunidad, entretenimiento, estudio y actividades complementarias; pero jerarquizadas.
La acumulación de riqueza y poder, deben ser secundarios, porque no son esenciales para la felicidad, y por tanto, no debe cambiarse lo seguro y permanente, por lo dudoso y de imposible aseguramiento.
Como lo parangonara Harold Kushner, las frescas mañanas, los bellos atardeceres, las gotas de rocío sobre las flores, la graciosa risa de los niños, el tierno beso de la esposa, el abrazo y la bendición del padre anciano, no van a estancarse ni pueden esperar hasta que tengamos tiempo para ellos; porque cada momento es único e irrepetible; pasa, se desvanece y pudiera ser que… no regrese.
Pienso que en abono a la no preocupación por eventos imposibles de predecir, fue que Jesús enseñaba a sus discípulos: “Cada día trae su afán… basta a cada día su propio mal.”
Si damos prioridad, dedicación y entusiasmo a ese mundo maravilloso del amor y la familia, quedará el tiempo necesario para las demás actividades. Son las leyes de Dios que rigen nuestra vida; no todas están escritas pero se cumplen siempre, y de eso yo, con una vida activa y feliz por más de seis décadas, puedo dar fiel testimonio.
es muy lindo lo que dice esta paguina te deja pensando en todo.
besos
por favor necesito la jerarquía de los siguientes valores
RESPETO
PAZ
PRUDENCIA
FORTALEZA