«TODO LO QUE SE PUEDE PENSAR POSITIVAMENTE, ES REALIZABLE.»
Uno de los paradigmas que ha hecho daño al hombre, es aquel que reza que «No todo se puede tener en la vida.»
Considero que es todo lo contrario; para cualquier ser humano normal todo lo que requerimos para nuestra felicidad, sí que podemos conseguirlo en la vida. Me refiero a lo que dentro de los parámetros apropiados se requiere para ser feliz, sobre la base del concepto de felicidad como «la realización material y espiritual de un ser humano.»
Conforme a tal aspiración, los logros deberán localizarse en los dos planos que conforman la vida del hombre. Por una parte, el aspecto material donde se incluye todo lo necesario para subsistir físicamente, aprovechando los recursos que existen sobre el planeta, como el aire, el agua, los alimentos y aquellas cosas que lposibilitan vivir cómodamente y protegerse de la acción de los elementos naturales, tales como una vivienda, el moblaje y el acceso a un medio de transporte.
El hecho cultural, que transformó el paisaje geográfico originario en función de optimizar la calidad de vida , creó necesidades que no podían ser satisfechas por los recursos del medio en su estado natural, sino mediante la transformación en objetos que cumplieran con tales fines.
De tal manera avanzó el hombre en el empeño, que hoy no es indispensable amasar gran fortuna para disponer de una vivienda donde guarecer la familia, ni se requieren grandes cantidades de dinero para suministrarse los alimentos necesarios o los servicios básicos.
Tampoco hace falta ser rico para proveerse transporte, siendo que la atención a la salud y los estudios básicos, en casi todos los países son suministradas por el Estado, o lo cubren pólizas de seguro a las cuales puede acceder cualquier trabajador, empleado o profesional.
Fue así como se creó la multiplicidad de cosas que nos suministran confort, cuyo acceso es posible sin gran esfuerzo, en la medida en que se jerarquizan las reales necesidades físicas, dentro de parámetros razonables para obtenerlos; no a unos pocos sino a todos habitantes de este planeta. De tal modo, para un ser humano civilizado, que desde su minoridad hasta su adultez actúe conforme ha sido planificado en el contexto social, no debe ser muy difícil lograr suministrarse los medios físicos necesarios para una vida normal.
Cualquier persona común y corriente, quien haya cumplido desde niño con su educación básica, de joven con el aprendizaje de un oficio o profesión; o laborar como un empleado con la diligencia necesaria, estará en capacidad de acceder sin mayores sacrificios a lo necesario para desarrollar su vida físicamente, de tal forma cubriendo la realización material.
La parte restante del concepto, que es la realización espiritual, por depender excluisivamente de nuestro estado de ànimo y autoestima, solamente requiere de nuestra voluntad y deseo de sentirnos bien.
Tenerlo todo representa interiorizar que hemos logrado la satisfacción de nuestras necesidades materiales, al mismo tiempo que alcanzamos nuestra tranquilidad y crecimiento espiritual. Así de claro e igual de fácil.
Lógicamente que, si en vez de una casa o un apartamento se aspira a tener dos o más; si en vez de un auto para transportarse o utilizar los servicios públicos, se ambiciona disponer de varios; si en vez de los muebles necesarios se intenta tener un almacén repleto, o algunos con materiales exóticos y características exclusivas; si en vez de los recursos económicos necesarios para adquirir lo que se requiere y complementar las necesidades, se anhela tener cuentas de bancos repletas de dinero; conforme a esa manera de pensar, nunca se podrá «tenerlo todo».
Pero, si se realiza el trabajo con amor y eficiencia, procurando satisfacer las necesidades conforme a los ingresos devengados; si se prevé contingencias económicas dentro de lo posible y recomendable; se mantiene una alimentación balanceada, evitando ingerir o usar de elementos nocivos o excesivos, lo que revertirá en una buena salud, entonces no hay ninguna duda de que «Sí que es posible lograr todo lo que se requiere», al menos desde el punto de vista material.
Como la realización espiritual es intangible y depende de cómo decidamos sentirnos, simplemente podemos ponerlo a nuestro favor cuando nos interese, con lo cual se cierra el círculo físico-espiritual que determina nuestro estado de felicidad personal, lo cual nos permite declarar sin ninguna duda que no hay razòn para que se pueda generalizar el criterio de que «No se puede tener todo en la vida.»
Deja una respuesta